Neurología
Pérdida de peso en las mujeres puede provocar futura demencia
La evidencia para una asociación entre la pérdida de peso y el riesgo de demencia es contradictoria. Varios estudios han demostrado que el perder peso precede a la condición. Esta relación se ha observado a la hora del diagnóstico, y ocurriría a medida que progresa la enfermedad. Por otra parte, la obesidad se ha sugerido como un factor de riesgo para la demencia, ya que se asocia a diabetes, a hipertensión y a enfermedad cardiovascular, tres factores de peligro ampliamente reconocidos para la alteración mental. Por lo tanto, el sobrepeso puede ser un marcador de estas condiciones. Un reciente estudio acaba de sugerir que la obesidad en las últimas décadas de la vida también puede asociarse positivamente a un mayor riesgo de demencia.
Investigadores del Departamento de Neurología de la Clínica Mayo en Rochester, Estados Unidos, utilizaron datos de un análisis epidemiológico para comprobar casos de demencia entre los años 1990 y 1994. Los autores definieron demencia usando los criterios del DSM-IV. Cada caso fue emparejado individualmente por género y edad (+/-1 año) con un control sano de la misma población.
Se identificaron a 564 personas que habían desarrollado demencia. De ellas, 488 (86.5%) se consideraron afectadas con demencia primaria (enfermedad de etiología vascular o degenerativa). De los 488 casos, 355 (72.7%) eran mujeres y 133 (27.3%) hombres. No se determinaron diferencias de peso entre los enfermos y los controles 21 a 30 años antes del inicio de la enfermedad. Sin embargo, las mujeres con demencia habían perdido peso 11 a 20 años antes del comienzo de la patología.
En conclusión, la pérdida de peso precede al diagnóstico de demencia en mujeres pero no en hombres. Esta pérdida puede relacionarse con la apatía de la predemencia, definida como pérdida de iniciativa, y la disminución de la función olfativa.
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