Inauguran unidad de medicina hiperbárica
El moderno dispositivo, segundo disponible en la red de salud pública del país, proyecta atender 130 casos anuales de descompresión e intoxicación por monóxido de carbono.
El Hospital San Vicente de Arauco materializó un anhelado e importante avance tecnológico al inaugurar su nueva Unidad de Medicina Hiperbárica, dependencia especializada que cuenta con la primera cámara presurizada de la Región del Biobío, dispositivo que permite acelerar la recuperación de buzos mariscadores, uno de los principales oficios de la zona, afectados por descompresión, además de optimizar el proceso de cicatrización de heridas en pie diabético y rehabilitar el organismo de víctimas de intoxicación por monóxido de carbono.
Estas son algunas de las afecciones que aborda el aparato, caracterizado por la capacidad de suministrar oxígeno a una presión superior a la atmosférica normal, aumentando así la concentración y disponibilidad del vital elemento en el plasma sanguíneo. Su funcionamiento en Arauco representa un desarrollo clave para la provincia del mismo nombre, ya que anualmente decenas de buzos mariscadores sufren enfermedad por descompresión.
“Hoy ya podemos trabajar con pacientes que necesitan la cámara hiperbárica, por lo mismo, como equipo, nos hemos dispuesto a ajustar los horarios en turnos de 24 horas para así atender la mayor cantidad de pacientes”, comentó el doctor Julio Cruz Batías, jefe técnico de la Unidad de Medicina Hiperbárica.
En la unidad se desempeñan cuatro médicos, tres enfermeras y seis técnicos paramédicos, profesionales que fueron capacitados en terapia hiperbárica por la doctora Nina Subbotina, quien viajó desde Buenos Aires, Argentina, para compartir sus conocimientos especializados en esta área.
“Lo más reconfortante es que con este adelanto logramos cumplir con un anhelo de la comunidad al evitar pérdida de vidas humanas, especialmente de los buzos mariscadores de todo el centro sur de país”, explicó la directora del Hospital San Vicente, Roxana Morales Vásquez.
Se estima que cada año se atenderán por lo menos 130 casos por urgencia de buzos e intoxicaciones por monóxido de carbono. Sin embargo, en el caso de las atenciones programadas como pie diabético y otras enfermedades que requieren oxigenación especial aún no existe un número aproximado, debido a que se beneficiará a muchas personas en condición de precariedad.
“Luego que el paciente ingresa a la cámara se aumenta la presión. Esto provoca que el oxígeno logre penetrar más profundamente en células y tejidos, vale decir, llega donde no lo estaba haciendo de manera natural, activando los mecanismos de recuperación del cuerpo. Posteriormente se realiza una exhaustiva evaluación al usuario y se recomienda no menos de 20 sesiones, una o dos diarias”, agregó el doctor Cruz.
La cámara hiperbárica, segunda en su tipo en el sistema de salud pública del país, es de un alto estándar tecnológico y es considerada una de los mejores a nivel sudamericano. Junto a la existente en Ancud, permite asistir los casos de síndrome por descompresión, enfermedad aguda producida por una disminución brusca de la presión atmosférica. El afectado se expone a fuertes dolores, parálisis transitoria, lesiones permanentes e incluso la muerte. Con el nuevo dispositivo, si la persona es tratada de forma oportuna, la recuperación es prácticamente inmediata y la terapia completa no se extiende por más de dos semanas.
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