Desafíos de la matronería en pandemia
Recoger datos relevantes sobre las embarazadas con COVID-19 es clave para pesquisar determinantes sociales que pudiesen estar implícitos en la mayor probabilidad de contagio.
A medida que avanza la pandemia causada por el COVID-19, aumenta la preocupación de grupos específicos de la población. Es el caso de las embarazadas, frente a lo cual la Organización Mundial de la Salud ha recomendado adoptar todas las precauciones necesarias para evitar el peligro de exposición.
“Se están investigando las consecuencias de este virus en las mujeres en estado de gravidez. Por ahora disponemos de datos limitados y no hay pruebas de que corran mayor riesgo que la población en general”, asegura el organismo internacional.
Sin embargo, agrega, “debido a las transformaciones que experimentan sus cuerpos y sistemas inmunitarios, sabemos que las embarazadas pueden verse gravemente afectadas por algunas infecciones respiratorias. Es importante, por tanto, que tomen precauciones para protegerse del COVID-19 y que informen al personal médico que las atienda sobre eventuales síntomas”.
En este contexto, Cynthia Vergara, matrona del Instituto de Salud Sexual y Reproductiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Austral de Chile (UACh), comenta que, después de revisar en profundidad el tema, “se puede concluir que la mujer que espera un bebé tiene un riesgo similar al resto de las personas, descartándose la transmisión vertical y por lactancia materna del virus. Lo anterior se demostró en China con pruebas de líquido amniótico, sangre de cordón umbilical, hisopos de garganta neonatales y muestras de leche materna de madres infectadas con COVID-19 que salieron negativas, incluso exámenes de placentas de madres contagiadas igualmente resultaron negativas”.
Según la académica, en 2008 hubo un estudio con otras cepas de coronavirus que sugiere riesgo de aborto y complicaciones que hacen sospechar un mayor peligro para cepas de síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés), lo que contrasta con una investigación reciente que refuta esa postura y considera improbable que el COVID- 19 altere el adecuado desarrollo fetal.
“Aún no existen datos en Latinoamérica, lo que constituye una oportunidad. La mayoría de la información disponible proviene de China y está relacionada con los episodios de SARS de 2003-2008, por lo tanto, no hay antecedentes sólidos que vinculen a la embarazada con el COVID-19”.
Para la profesional, este escenario plantea la importancia de un análisis crítico. “Los estudios que se han realizado carecen de un número significativo de pacientes reclutadas y no dan cuenta epidemiológicamente del total de contagiadas a nivel mundial, por tanto, la matronería debe organizar esfuerzos para recoger datos relevantes sobre las embarazadas con COVID-19 relacionados con la transmisibilidad y con el perfil sociodemográfico, para pesquisar determinantes sociales que pudiesen estar implícitos en la mayor probabilidad de contagio de las mujeres y con ello focalizar las decisiones en salud o políticas públicas”, finaliza.
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Mat. Cynthia Vergara Maldonado