Dr. Ricardo Araya Baltra:
“Las capacidades existen, pero falta destinar más recursos a la salud mental”
El destacado docente e investigador, formado en la Universidad de Chile y especializado en Inglaterra, visitó la capital de la Región del Biobío para participar en un encuentro científico organizado por dos programas de postgrado que dicta la Universidad de Concepción.
El director del Centro Global de Salud Mental del King´s College de Londres (Inglaterra), Ricardo Araya Baltra, fue uno de los invitados principales del curso de verano “Formación de investigadores en salud mental para América Latina: desafíos metodológicos y herramientas para la práctica”, organizado de manera conjunta por los programas de doctorado en Salud Mental y Psicología, que dicta la Universidad de Concepción.
La actividad, coordinada por los docentes Sandra Saldivia, Pamela Grandón y Félix Cova, se propuso motivar la creación y el fortalecimiento de redes de investigación en el cono sur del continente, para potenciar el trabajo colaborativo con el fin de generar evidencia que conduzca a resultados capaces de fundamentar las decisiones técnicas y políticas ejecutadas en el ámbito de la salud mental.
Según sus organizadores, se requiere nuevo conocimiento en un área cada vez más sensible y en ese objetivo la vinculación académica internacional asoma como un aspecto clave para lograr un mayor desarrollo de la ciencia latinoamericana. Solo con investigación de frontera se podrán diseñar estrategias que impacten en la calidad de vida de las personas, se subrayó en la actividad que fue respaldada por la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud. Precisamente el valor de estos estudios aplicados a problemas relevantes en la salud fue el tema que expuso el doctor Araya.
“En esta ciudad existe un grupo de investigadores que se ha consolidado, que tienen muy buenos proyectos. Han ganado concursos internacionales de relevancia. Sin dudas la Universidad de Concepción es un polo interesante de desarrollo en el ámbito de la salud mental, incluso en materias que son de mi interés, como la atención primaria y el trabajo con adolescentes”, comentó el profesional formado como médico en la Universidad de Chile y especializado en el entonces Instituto de Psiquiatría, hoy parte del King´s College de Inglaterra, donde vive desde hace tres décadas.
“En Chile las capacidades existen, sin embargo lo que faltan son más recursos para profundizar la investigación en el área de la salud mental, más aún si hablamos de problemas y patologías de tanta importancia como sabemos”, agregó. Veinte años de experiencia como docente de “Salud mental global” le permiten tener un diagnóstico claro de las principales necesidades en esta materia.
Según se analizó en el curso de verano, de acuerdo a datos de la Organización Mundial de la Salud, el 32 por ciento de los 194 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas no cuenta con presupuesto para salud mental y el 36 por ciento que lo tiene invierte menos del 1% del gasto general de salud en investigación. Es más, el tema es escasamente mencionado dentro de los objetivos de desarrollo sostenible establecidos por la ONU. Por lo mismo, una de las conclusiones del encuentro efectuado en la Universidad de Concepción es que la salud mental debería ser una prioridad para los gobiernos, en virtud del fuerte impacto que tiene en la salud general de la población.
- ¿En Chile se están dando los pasos adecuados en investigación en salud mental?
Dentro de los medios que existen en este país se logran cosas muy destacables, pero no hay dudas que aún resta mucho por hacer, sobre todo en darle más importancia a la investigación y que esa importancia se traduzca en recursos. Chile todavía está muy atrás en el porcentaje del presupuesto que se está dedicando a la investigación. Mientras no aceptemos esa realidad y hagamos los cambios que se requieren, no vamos a poder ir a la par con el desarrollo que tienen algunos países de Europa.
- ¿La disponibilidad de recursos es el foco a trabajar entonces?
Yo creo que sí. En este país hay profesionales muy buenos, que tienen interés por explorar distintos ámbitos de la salud mental y capacidad para hacer estudios de interés público, pero se necesitan más recursos para que estas personas puedan demostrar que sus investigaciones pueden alcanzar un nivel muy alto. Por el momento, la única seguridad es que tenemos la gente.
- ¿Cuál es la importancia de la investigación aplicada en la esfera de la salud mental, considerando la alta prevalencia que muestran algunas patologías, como la depresión por ejemplo?
Es fundamental, porque si no se investiga cuál es el impacto de los estudios que se están realizando, nunca se podrá saber realmente si se están haciendo las inversiones adecuadas. En ese sentido, la investigación aplicada es clave. En Chile hay estudios terminados y otros en marcha que abordan distintos campos de la salud mental, pero desgraciadamente no sabemos cuál es el impacto real que estos trabajos tienen o tendrán en la salud pública. Como mínimo se requieren recursos para evaluar el impacto de lo que se está investigando.
- ¿El escenario de las patologías mentales en Chile es similar a lo que se aprecia en Inglaterra?
Sí, son las mismas patologías, pero eso está determinado por la forma en que se clasifican las enfermedades, y como se usan los mismos sistemas, aparecen las mismas cosas. Lo que varían son los volúmenes y las proporciones, sin embargo, la realidad es bastante similar. Ahora, insisto que el gran tema aquí son los recursos, no solamente para la investigación, sino también para los servicios de salud. Se ha avanzado porque hay varias enfermedades mentales que están en el listado de las 80 patologías GES, lo que era impensado hace veinte años. En este contexto, la depresión es la principal patología GES, es la que más prestaciones entrega. Se está avanzando, pero se podría avanzar más rápido. En Chile se dice que el país está cerca del desarrollo, entonces hay que ponerse al nivel y esta es una materia muy importante.
Por Óscar Ferrari Gutiérrez
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