Ginecología
Escitalopram reduce los sofocos de la menopausia
Los agentes hormonales han sido el tratamiento predominante para los bochornos menopáusicos, pero su uso disminuyó sustancialmente a raíz de los cambios en la relación riesgo-beneficio identificados en estudios internacionales. Sin embargo, no existen otros tratamientos aprobados, y la eficacia de los agentes farmacológicos y no farmacológicos alternativos no es concluyente. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina (ISRS e IRSN) han sido investigados para el manejo de los sofocos con resultados mixtos, demostrando disminuciones en las puntuaciones de un 3% a un 41% en comparación con placebo. Las diferencias entre los antidepresivos serotoninérgicos, las poblaciones de estudio con otros problemas médicos o psiquiátricos, y las diferencias en la medición y el estado menopáusico han contribuido a la incompatibilidad de los resultados. Por ejemplo, se sabe que el escitalopram, un ISRS, reduce los sofocos con toxicidad mínima, pero tales conclusiones son limitadas por las pequeñas muestras consideradas y el tratamiento no ciego.
Esta investigación realizada en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, determinó la eficacia y tolerabilidad de 10 a 20 mg/d de escitalopram, en el alivio de la frecuencia, severidad y molestia de bochornos menopáusicos. La metodología consideró un estudio multicéntrico, de 8 semanas, aleatorio, doble ciego, controlado con placebo y grupos paralelos con 205 mujeres (95 afroamericanas y 102 blancas y 8 personas más) entre julio de 2009 y junio de 2010. Los resultados primarios fueron la frecuencia y severidad de los sofocos registrados todos los días a las semanas 4 y 8. Los resultados secundarios fueron la presencia de sofocos molestos y la mejoría clínica (definida como la disminución en un 50% de la frecuencia respecto al valor inicial).
La media (DE) diaria de la frecuencia de bochornos fue 9,78 (5,60) al inicio del estudio. En un análisis de intención de tratar que incluyó a todos los participantes asignados al azar con bochornos diarios, la diferencia media en la reducción de frecuencia fue 1,41 (IC del 95%, 0,13-2,69), con menor número de sofocos por día en la semana 8 entre las mujeres bajo escitalopram (P < 0,001), reducción media de 4,60 (IC del 95%: 3.74 a 5.47) y 3.20 (IC del 95%, 2,24-4,15) sofocos al día en los grupos con escitalopram y placebo, respectivamente. Cincuenta y cinco por ciento de las mujeres en el grupo de escitalopram frente al 36% en el grupo placebo presentaron una disminución de al menos el 50% en la frecuencia de sofocos (P = 0,009) a las 8 semanas de seguimiento. Las reducciones en las puntuaciones de severidad fueron significativamente mayores con escitalopram (-0,52, IC del 95%, -0,64 a -0,40 versus -0,30, IC del 95%, -0,42 a -0,17 para placebo, p < 0,001). La raza no modificó significativamente el efecto del tratamiento (P = 0,62). La interrupción total debido a eventos adversos fue del 4% (7 en el grupo activo, 2 en el grupo placebo). Tres semanas después de finalizado el tratamiento, las mujeres con escitalopram informaron de una media de 1,59 (IC del 95% 0.55-2.63, p = 0,02) más de sofocos por día que las mujeres del grupo placebo.
Finalmente, en mujeres sanas, el uso de escitalopram (10-20 mg/d) en comparación con placebo redujo los sofocos de la menopausia a las 8 semanas de seguimiento.
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