Obstetricia y Ginecología
La pérdida de peso aminora los bochornos de la menopausia
Los sofocos son algunas de las preocupaciones más comunes de las mujeres durante la menopausia y persisten por más de 5 años en un tercio de ellas. Estos síntomas pueden afectar negativamente la calidad de vida mediante la interrupción del sueño, el trabajo y actividades de ocio, además de exacerbar la ansiedad y la depresión. La fisiopatología de los bochornos es poco conocida, aunque se sabe que las alteraciones en la termorregulación del hipotálamo o la función endotelial juegan un papel importante. Con los últimos estudios clínicos aleatorizados que documentan los efectos adversos de la terapia hormonal posmenopáusica a largo plazo, existe un creciente interés en identificar estrategias alternativas para aliviar la sintomatología.
Docentes de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos), utilizaron cuestionarios auto-administrados para evaluar el manejo de los molestos sofocos. Mediante un ensayo controlado aleatorizado de 6 meses de duración, 338 mujeres con sobrepeso u obesas e incontinencia urinaria, se sometieron a un programa intensivo para adelgazar (intervención) o a un programa de educación sanitaria estructurada (control). El peso, índice de masa corporal, circunferencia abdominal, actividad física, ingesta calórica, presión arterial y el funcionamiento mental y físico fueron evaluados al inicio y a los 6 meses.
Al inicio, aproximadamente la mitad de las participantes (n = 154) admitió sentirse como mínimo algo molesta por los sofocos. Entre estas mujeres, la intervención se asoció con una mayor mejoría en el control de los bochornos versus el grupo control (riesgo [R] de mejora en 1 para la categoría de Likert, 2,25; intervalo de confianza del 95% [IC]: 1.20 a 4.21). La reducción de peso (R, 1,32; IC del 95%, 1,08-1,61; disminución de 5 kg), el índice de masa corporal (1,17; 1,05-1,30; para 1 punto de reducción) y la circunferencia abdominal (1,32; 1,07-1,64; por 5 cm de disminución), estuvieron relacionados con la mejora de los bochornos, pero los cambios en la actividad física, ingesta calórica, presión arterial y el funcionamiento mental y físico no produjeron cambios positivos. El efecto de la intervención disminuyó ligeramente después de ajustar múltiples mediadores potenciales (R, 1,92; IC del 95%, 0,95 a 3,89).
En conclusión, en mujeres con sobrepeso u obesas y molestos sofocos, un programa intensivo para la pérdida de peso produjo una significativa mejora de la sintomatología.
