Telemedicina, herramienta clave en salud pública
Tecnología ha confirmado sus capacidades durante la pandemia. Organización Mundial de la Salud incentiva su desarrollo e implementación para reducir contagios por COVID-19.
“Quédate en casa” es la consigna global para disminuir la propagación del COVID-19. Es un llamado a la conciencia, autocuidado y empatía, respetando la recomendación de aislamiento físico emanada por la Organización Mundial de la Salud.
Se trata de un esfuerzo comunitario que exige la generación de medidas y herramientas que permitan a la ciudadanía comprometerse con la iniciativa. Cumplir con este objetivo es clave y establece una serie de desafíos en todos los ámbitos de la sociedad, incluyendo los sistemas sanitarios.
Es aquí donde la telemedicina ha redoblado su valor, consolidándose como una plataforma estratégica en los países que la han implementado durante los últimos años, sin embargo, muchas naciones han postergado su desarrollo debido a la falta de recursos, abriendo una tarea que debe ser abordada con celeridad, según el organismo internacional.
Una de las grandes ventajas de esta tecnología en el contexto de la pandemia, es su capacidad de dar respuesta remota a requerimientos que habitualmente son atendidos de manera presencial en los recintos hospitalarios. El propósito es descongestionar los servicios de urgencia y evitar el riesgo de contagio.
Chile es uno de los países que se encuentra a la vanguardia en esta materia a nivel latinoamericano, gracias al trabajo de instituciones de salud públicas y privadas, las que en su gran mayoría han trabajados alineados con diferentes universidades.
“Generalmente se ofrece orientación, revisión de exámenes, controles de enfermedades crónicas o agudas, que no sean de urgencia y que por supuesto no requieren un examen físico o evaluación presencial. Este tipo de atención no reemplaza la atención en vivo, pero sirve para dar respuestas prácticas a los pacientes y evitar una visita a urgencia si realmente no es necesaria”, comenta Valeria Ortiz Vega, médico familiar y docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Maule (UCM).
Especialidades como psiquiatría y dermatología, entre otras, han usado esta modalidad hace varios años, pero la emergencia sanitaria ha expandido sus áreas de acción. “Hay varios pacientes que, desde el punto de vista de la ansiedad, valoran la posibilidad de no tener que salir de casa porque están asustados. Muchas personas atraviesan estados de estrés, con algunas conductas obsesivas y compulsivas debido a las rutinas de aseo y la idea de no exponerse al virus. En ese sentido, contactar a un profesional de la salud vía telemedicina es un beneficio integral”, agrega Daniel Jiménez Zulic, psiquiatra y académico UCM.
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