Rápido actuar en visualización del dolor crónico
Generar concesos para su manejo y tratamiento oportuno fueron parte de los objetivos planteados durante el XI congreso de la Ached.
El dolor crónico es una señal persistente de malestar que se repite por un período superior a tres meses, que se mantiene por más de un mes en una lesión tisular aguda o acompaña una lesión que no cicatriza. Entre sus causas más frecuentes, destacan trastornos crónicos como cáncer, artritis, diabetes; lesiones como hernias de disco, torsión de ligamento y trastornos de dolor primario como el neuropático, la fibromialgia y cefalea crónica.
Se considera un problema de salud pública al afectar a un tercio de la población mundial.
Para generar conceso sobre cómo tratar de mejor manera a pacientes aquejados por esta dolencia, la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor (Ached), realizó su XI Congreso Internacional del Dolor y II Congreso de Cuidados Paliativos.
La jornada destinada a cirujanos, odontólogos, fisiatras, terapeutas y enfermeras, buscó traspasar la mirada internacional en el manejo del dolor a la experiencia chilena y realizar contrastes, lo que según los organizadores permitiría un óptimo actuar en las unidades de dolor, tanto de salud pública como privada. Los esfuerzos señalaron los especialistas presentes, estarían destinados a vigilar el dolor, para lograr mejorar tanto la calidad de vida como la sobrevida de las personas.
El doctor César Cárcamo, presidente del congreso, señaló que el dolor es una epidemia silenciosa y que, junto a las enfermedades crónicas prevalentes, afecta a un 30% de la población, según indicaciones de encuestas nacionales e internacionales. “Es un problema de salud pública que se avecina y que hay que visualizarlo. Como sociedad científica, queremos ayudar a que existan políticas públicas, tanto de prevención como de tratamiento”.
Al estar asociado a procesos degenerativos, en la medida que la esperanza de vida se prolonga, el especialista señala que habrá mayor número de pacientes con dolor crónico, asociado a enfermedades como diabetes, cáncer o traumatismos complejos. “Hay que incorporarlo, una vez instalada la prevención, su detección y manejo en atención primaria. Se requiere que los médicos y equipos de salud tengan los conocimientos previos y puedan manejar ambulatoriamente el dolor crónico y detectar pacientes con mayor complejidad, para derivarlos a centros más especializados”.
“Si bien tenemos hace 20 años unidades de dolor crónico para cubrir cuidados paliativos en cáncer, se están recién desarrollando en hospitales pilotos unidades para dolor crónico no oncológico. Es aquí donde debemos como sociedad, seguir avanzando”.

Dr. César Cárcamo

Dra. Marisol Ahumada