Reparación prenatal de vanguardia para mielomeningocele
Si bien esta cirugía intrauterina es poco frecuente por su complejidad, es la alternativa viable para solucionar la disrafia espinal abierta que afecta a uno de cada 1.000 nacidos vivos.
La espina bífida es un defecto congénito del tubo neural caracterizado por el desarrollo incompleto del cerebro, la médula espinal o las meninges que ocurre al final del primer mes de embarazo.
La causa exacta sigue siendo un misterio. Se sospecha que factores genéticos, nutricionales y ambientales estarían involucrados y que la ingesta insuficiencia de ácido fólico en la dieta de la madre es un factor clave en su causa y otros defectos del tubo neural.
A veces, la malformación provoca una abertura visible en la espalda (mielomeningocele). En algunos casos, la médula espinal y su revestimiento se asoman por esa abertura (meningocele); y en otros, no existe una abertura y la malformación permanece oculta debajo de la piel (espina bífida oculta).
Para corregir el defecto del tubo neural, que afecta la médula espinal a uno de cada, el Hospital Regional Libertador Bernardo O’Higgins (HRLBO) de Rancagua lleva adelante el Programa de Cirugía Fetal con más experiencia a nivel nacional dentro del sistema público.
Si bien la cirugía prenatal es poco frecuente por su complejidad, es la alterativa viable para solucionar la disrafia espinal abierta que afecta a uno de cada 1.000 nacidos vivos y tiene una mortalidad del 10%. Actualmente, se practica en Estados Unidos, algunos países de Europa, Brasil y Colombia, como referentes latinoamericanos.
El programa está a cargo del doctor Edgardo Corral Sereño, jefe de la Unidad de Medicina Fetal del establecimiento asistencial, quien destacó que esta intervención se “realiza sólo en tres centros en Chile: en el Hospital Carlos van Buren de Valparaíso, en Clínica Las Condes y en nuestro hospital. Somos el centro público con más experiencia a nivel nacional”.
A la fecha, agregó, “hemos operado a 23 pacientes con resultados comparables al estudio norteamericano que validó esta técnica de reparación prenatal de espina bífida. Nuestro equipo ha madurado e innovado sus protocolos, lo que ha permitido mejorar los resultados y prolongar por más tiempo el embarazo”.
A partir de la fortificación obligatoria de harinas con ácido fólico en el año 2000, la frecuencia de estas malformaciones congénitas ha disminuido a la mitad en nuestro país. “Es decir, hoy tenemos un defecto del tubo neural cada 1.000 bebés y de ellos la mitad son espinas bífidas”.
Desde 2012 se encuentran realizando estas intervenciones, “en las que participan alrededor de 13 personas en pabellón de las Unidades de Neurocirugía, Obstetricia y Anestesiología. Todos trabajamos coordinadamente desde la evaluación pre quirúrgica, instancia en la que decidimos la viabilidad de la operación junto a la paciente”.
“Los criterios de ingreso al programa son bastante estrictos. La madre debe tener entre 24 y 26 semanas de gestación, cuello uterino largo, ser mayor de 18 años, no tener enfermedades crónicas graves, la lesión fetal debe comprometer menos de cinco cuerpos vertebrales y no presentar otras enfermedades fetales”.
El doctor Corral enfatizó que el ser referentes en el sistema público es “motivo de satisfacción, porque aportamos a una mejor calidad de vida de estos niños, pues antes no tenían ninguna posibilidad en este medio. Como Unidad tenemos el desafío de seguir incorporando nuevas técnicas diagnósticas y terapéuticas. Estas experiencias de trabajar intraútero nos abren el camino para participar de otras posibles terapias fetales”.

Dr. Edgardo Corral Sereño