Cinturón negro
Oftalmólogo penquista destaca en práctica de artes marciales
El doctor Jorge Hernández Aravena ingresó hace cuatro años a la academia Choi Kwang Do Chile, buscando una disciplina que fortaleciera su salud, mente y espíritu.
Al doctor Jorge Hernández siempre le ha gustado el deporte, y tras incursionar en el tenis, natación y tenis de mesa, hace cuatro años decidió adentrase en un mundo que siempre había llamado su atención: las artes marciales. Fue así como ingresó a la academia Choi Kwang Do Chile, en Concepción, iniciando un arduo y apasionante camino que lo llevó a obtener recientemente el anhelado cinturón negro, máximo nivel de aprendizaje.
“Después de buscar diferentes alternativas, me convenció el Choi Kwang Do, porque es un deporte que entrega muchos beneficios físicos y espirituales. Además, permite mantenerme con buena salud, algo que para mí es fundamental ahora que tengo más de 50 años”, comenta sonriente el destacado oftalmólogo penquista, visiblemente cansado y tratando aún de recuperar el aliento después del exigente examen que rindió ante sus maestros y compañeros.
“Más allá de ganar flexibilidad y elasticidad, esta disciplina al igual que toda actividad física sirve para prevenir algunas enfermedades como obesidad, hipertensión y diabetes. También liberas estrés y aprendes técnicas de defensa personal, pero lo más relevante es que incorporas o refuerzas en tu vida aspectos valóricos muy importantes como la constancia, el sacrificio, la perseverancia, la disciplina y el respeto”, explica el doctor Aravena, quien ejerció durante 21 años en el Hospital Dr. Guillermo Grant Benavente.
Minutos antes, todas las miradas estaban sobre el facultativo, quien hacía gala de sus habilidades técnicas y destreza física. Siempre muy concentrado, imperturbable y con un rostro que reflejaba absoluta seguridad en cada movimiento, el especialista aprobó la evaluación. “El deporte es parte de mi vida y aunque sea difícil compatibilizarlo con el trabajo, la familia y el desarrollo personal en el área médica y científica, lo considero clave para convertirme en un ser integral. Realmente me siento muy feliz con este cinturón negro”.
Junto con perfeccionar su técnica, el doctor Jorge Hernández se aboca a traspasar todos los conocimientos adquiridos. Esa tarea la realiza en la misma academia que lo formó, dirigida por su maestro o sabonim, Héctor Hidalgo Castillo. “Lo que hice fue aprender lo básico de esta disciplina y a partir de ahora puedo realmente practicar el Choi Kwang Do. Desde 2015 soy instructor así que la idea es transmitir todo lo que sé a quienes están empezando. Mi labor es corregir y enseñar y en esa misión iré mejorando mi propia técnica y creciendo como persona”, finaliza el oftalmólogo egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y experto en vítreo retina de la Universidad de Chile.
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