Manejo nutricional en diabetes infantil
El aumento de la enfermedad a nivel pediátrico, en sus tipos 1 y 2, preocupa a organismos internacionales. La aparición de signos debe motivar la consulta inmediata.
La diabetes es una patología crónica degenerativa que se presenta cuando el organismo es incapaz de producir insulina o la que genera es insuficiente para procesar la glucosa que emana de los alimentos consumidos.
De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes (FID), en 2013 más de 383 millones de personas sufrían la enfermedad, proyectando que para 2030 podrían alcanzar los 600 millones, cifra que para la Organización Mundial de la Salud la convertiría en la séptima causa de fallecimiento.
A nivel pediátrico, es el trastorno no transmisible de mayor frecuencia, su incidencia anual crece como promedio 3,9% y es considerado, tal como en adultos, un problema de salud pública que aqueja a países de altos, medios y bajos ingresos, en zonas urbanas y rurales.
“90% de ellos está afectado por diabetes tipo 1, enfermedad autoinmune cuya causa se desconoce, aunque se sospecha de factores genéticos y ambientales. Sin embargo, la tipo 2 ha aumentado considerablemente debido a los elevados índices de sobrepeso y obesidad en este grupo de la población”, advirtió la Organización Panamericana de la Salud, agregando que a finales de 2020 el número de diabéticos menores de cinco años se duplicará en comparación a 2005, “superando los 160 mil casos nuevos”.
“Miles de niños corren el riesgo de desarrollar complicaciones en la edad adulta temprana, lo que supondría un impacto significativo en su familia y sociedad”, enfatizó la FID. En el marco del Día Mundial de la Diabetes, conmemorado cada 14 de noviembre, el endocrinólogo infantil de Clínica Sanatorio Alemán de Concepción, Julio Soto Barros, llamó a estar alerta frente a síntomas como aumento de sed, micción frecuente, fatiga y pérdida de peso. “Un signo claro de diabetes tipo 1 sería si se levanta a orinar o tomar agua varias veces en la noche. En este caso la evaluación e inicio del tratamiento deben ser inmediatos”.
Para el especialista, la terapia en base a inyecciones y bomba de insulina debe ser complementada con un adecuado manejo nutricional y pauta de ejercicios. “Los controles periódicos nos permiten hacer seguimiento, monitorear los niveles de glicemia y supervisar la alimentación”.
“Dada la importante carga que significa el abordaje de esta condición en los pacientes y familias, se ha visto un aumento de síntomas depresivos, estrés, ansiedad y trastornos alimentarios en los niños con diabetes, por lo que es fundamental también el apoyo psicológico”, finalizó.
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