Dislipidemia aterogénica y tratamiento integral
En pacientes con mayor riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares, la patología puede tratarse mediante el uso controlado de estatinas y fibratos, además de cambios en el estilo de vida.
Las cifras de la Encuesta Nacional de Salud 2017 no son alentadoras: cuatro de cada diez adultos presenta alto riesgo de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad.
Ante este panorama, se realizó la charla de Dislipidemia Aterogénica, evento que contó con dos destacados especialistas, los doctores Ada Cuevas, nutrióloga de Clínica Las Condes y Rodrigo Alonso, jefe del Departamento de Nutriología de Adulto de la misma institución. Para esto, profundizaron en el problema de la obesidad en pacientes adultos y cómo puede ser abordada de manera integral, combatiendo así los efectos de síndrome metabólico.
Para la doctora Cuevas esta enfermedad puede abordarse en tres pilares: cambios en el estilo de vida, farmacoterapia y cirugías bariátricas. En cuanto al manejo farmacológico, señala que esta debe ser indicada cuando existe obesidad o sobrepeso asociado a comorbilidades. “Las terapias combinadas han demostrado ser eficientes en cuanto a la mejoría de parámetros metabólicos, los que se alteran en pacientes con sobrepeso. Respecto a los fármacos recomendaos para el tratamiento de la obesidad, la FDA exige que haya cambios significativos para aprobar el uso de estos. En dosis ajustadas y bien estudiadas, hay disminución de grasas, mejoría de la masa muscular y condición física, sumado a una baja significativa del peso”.
El doctor Rodrigo Alonso durante su exposición se refirió al uso de estatinas y fribratos, como un método eficaz para el tratamiento de la dislipidemia, destacando beneficios y riesgos asociados, mayoritariamente en personas con antecedentes de enfermedades cardiovasculares y diabetes. Al analizar los estudios realizados, el doctor Alonso destacó que el beneficio de la combinación estatinas y fibratos es mayor en pacientes con riesgos elevados o con enfermedades cardiovasculares.
A esto agregó que tanto los tipos de estatinas como sus dosis utilizadas no tienen efecto similar, por lo que se debe ser cuidadoso en su administración: “Hay que clasificar a los pacientes según sus riesgos, para así calcular la dosis. Por ejemplo, la población adulta mayor a 70 años, debe recibir tratamiento en prevención secundaria, ya que en prevención primaria sus beneficios no están establecidos”.
En relación al uso de estatinas en pacientes con diabetes, el especialista señaló que “esta patología no es equivalente a un riesgo coronario, por lo tanto, en este tipo de pacientes su uso debe ser siempre en intensidad moderada”.
La actividad congregó a médicos generales, nutriólogos y obesólogos de diferentes centros de salud de Santiago.

Dres. Ada Cuevas y Rodrigo Alonso
