Fundación Arturo López Pérez:
Claves en prevención de cáncer colorrectal
Los doctores Roberto Charlin y Verónica Silva aseguran que el 90 por ciento de los casos proviene de pólipos adenomatosos que podrían ser extirpados a tiempo, si es que existiese mayor chequeo preventivo.
Según la Organización Mundial de la Salud, en Chile el cáncer de colon y recto es el segundo más frecuente y el tercero más mortal después de los tumores de pulmón y estómago. Se estima que a diario fallecen tres personas por este motivo, sumando aproximadamente mil muertes por año.
El cáncer de colon y recto se describe como un tumor maligno originado en las células del intestino grueso y que, en etapas tempranas, puede ser detectado y tratado hasta con un 100 por ciento de eficacia.
“De los cánceres digestivos, el colorrectal es el que más ha aumentado en los últimos años”, afirma la doctora Verónica Silva, gastroenteróloga de la Fundación Arturo López Pérez (Falp). Este fenómeno se debería, en su mayoría, al aumento en la expectativa de vida de la población, pues los tumores de colon suelen detectarse a partir de los 50 años.
El doctor Roberto Charles, cirujano digestivo de Falp, también comparte esta mirada: “actualmente, el 60 por ciento de las enfermedades que operamos son cánceres colorrectales. Si bien esta es la realidad de Falp, que es un centro especializado en cáncer, diría que en todas partes la visión es que los casos han aumentado”.
Además de la edad, existen otros factores de riesgo que son determinantes en el desarrollo de este tipo de cáncer: obesidad, sedentarismo, dietas ricas en grasas y el consumo de tabaco y alcohol. “El 60% de los casos ocurre en países desarrollados y el nuestro se está comportando como tal en este sentido”, advierte la gastroenteróloga.
Respecto a la prevención, la doctora Silva enfatiza en que la mayoría de los casos viene de una lesión precursora que en el transcurso de unos 10 años puede evolucionar hacia un cáncer de colon. Es por esto que la realización de exámenes de tamizaje en población de riesgo asintomática es clave para encontrar tanto lesiones precursoras del cáncer como tumores incipientes.
“El paciente con riesgo estándar es alguien que a los 50 años no presenta antecedentes de cáncer colorrectal, pólipos o enfermedad inflamatoria intestinal. Ellos deberían ser examinados a esa edad y, si no se encuentra nada, repetir el examen después de 5 a 10 años. Si hay hallazgo de pólipos, éstos se extirpan y, según el grado de displasia que hayan generado, se le indica al paciente que vuelva estudiarse entre uno y tres años después”.
“Se ha demostrado que los estudios de detección precoz han reducido la mortalidad de este cáncer a nivel mundial. Cuando el cáncer da síntomas, lo vamos a encontrar en etapas más avanzadas. Por eso, debemos recordar que esta es una enfermedad que podemos prevenir”, finaliza la doctora Silva.

Dra. Verónica Silva Figueroa