El avance de los métodos para eliminar tatuajes
Grabar dibujos en la piel humana, introduciendo materias colorantes bajo la epidermis, a través de punzadas o picaduras previamente dispuestas, es un rito tan antiguo como el hombre mismo.
Los tatuajes han sido utilizados por pueblos como los incas, egipcios y maoríes, relacionándose en un principio con el pensamiento mágico religioso o para impresionar a los enemigos en el campo de batalla.
Asociados luego con marcas de los piratas y de los prisioneros, en la actualidad los tatuajes constituyen una forma de expresión y una moda, de fuerte masificación en las últimas décadas, principalmente en grupos etarios jóvenes.
Cada vez son más las personas que buscan adornar su cuerpo con estos símbolos, que pueden tener características tribales o, simplemente, aludir imágenes significativas, con distintos colores, tamaños y formas.
Muchos también, son quienes deciden tatuarse y, al cabo de un tiempo, se arrepienten o ya no se sienten cómodos con el motivo que está grabado en su piel.
Los primeros antecedentes que se tienen sobre la eliminación de tatuajes, superan los 5000 años de antigüedad. En un principio, las formas para remover los tatuajes se basaban en la salabrasión, técnica que, como su nombre indica, se basaba en la utilización de sal y una herramienta abrasiva para borrar las imágenes. Posteriormente, se emplearon diversas técnicas como termocauterización, criocirugía, dermabrasión y extirpación quirúrgica.
El doctor Ariel Hasson, dermatólogo y profesor de la Pontificia Universidad Católica de Chile, explica que el problema de estas técnicas residía en que todas dejaban algún tipo de pigmentación residual, produciendo cambios en la textura de la piel, hipopigmentación y cicatrices atróficas o hipertróficas.
Las técnicas posteriores para eliminar los tatuajes, como los coaguladores infrarrojos, tampoco dejaban conformes a los pacientes que buscaban borrar las imágenes de su cuerpo, pues también dejaban marcas en la piel y provocando quemaduras en la zona contigua al dibujo.
El doctor Hasson señala que hoy la técnica más recomendada por los especialistas es el láser Q-Switched, pues emite longitudes de onda específicas para los diversos pigmentos que componen un tatuaje.
Para el especialista esta técnica es mucho más efectiva que las anteriores. “Además de tener un mejor resultado, no daña los tejidos contiguos a la zona tratada, tampoco deja cicatrices y no produce hipo o hiperpigmentación”.
Por Daniel Soza D.
