Lineamientos para fortalecer la salud mental materna
En el marco del Día Mundial de la Depresión Postparto, especialistas hacen énfasis en la importancia de la red de apoyo, factor clave en materia de prevención y tratamiento.
Durante el embarazo la mujer experimenta una serie de cambios hormonales que pueden conducir hacia la aparición de trastornos del ánimo o depresión postparto, patología que afecta a cerca del 20% de la población chilena, y que los primeros miércoles de mayo se conmemora.
De acuerdo con la investigación Salud Mental en madres en el período perinatal, publicada en la Revista Chilena de Pediatría, durante el embarazo el 44,3% de las mujeres reportaron síntomas de ansiedad, lo que se mantuvo incluso hasta seis meses postparto (41,3%).
“Aproximadamente el 70% de las mujeres posparto tienen síntomas depresivos leves llamados baby blues, que alcanzan su punto máximo entre dos y cinco días después del nacimiento, y que suelen disminuir espontáneamente en un periodo de dos semanas. Sin embargo, distinguir entre la tristeza y esta afección puede ser difícil, por lo que la evaluación del estado de ánimo y la gravedad de los síntomas puede facilitar esta distinción”, comenta el doctor Jorge Carvajal, obstetra de la Universidad Católica.
Por su parte la psicóloga de Nueva Clínica Cordillera, Ximena González, explica que “las hormonas cambian para tener un sistema de mayor alerta a las demandas del bebé, a la motivación y el reforzamiento. Esto conduce a que exista una alta concentración en oxitocina, que es a lo que nosotros le llamamos la hormona del amor, sin embargo, también genera mucha ansiedad”.
A ello, la profesional suma que para que la mujer pueda contener a su bebé es sumamente importante la red de apoyo y contención. “Cuando esto no ocurre el embarazo, crianza y maternidad se ven de una manera sumamente patriarcal, es decir, desde la obligación y responsabilidad, y no desde el placer de criar”.
En cuanto a materia de abordaje, el doctor Carvajal señala que “el tratamiento varía según la gravedad de los síntomas. Para casos leves, el apoyo psicosocial es la primera línea, si este no es efectivo o suficiente, se recomienda la psicoterapia formal. En cuanto a la medicación, se indica cuando los síntomas no se resuelven con tratamiento psicológico, son graves y requieren un abordaje rápido, o cuando la paciente prefiere la medicación”, concluye.
