Incremento de síndrome metabólico
Según el Ministerio de Salud, el 23% de la población adulta lo padece causando preocupación por sus efectos en el aumento del riesgo cardiovascular y accidentes cerebrovasculares.
El síndrome metabólico es considerado uno de los “males modernos”, dada su estrecha relación con la prevalencia de obesidad y sedentarismo. Responde a un conjunto de trastornos que se presentan de manera simultánea, caracterizados por acumulación de grasa a nivel abdominal, resistencia a la acción de la insulina, colesterol HDL bajo y triglicéridos altos y estado proinflamatorio y procoagulante.
Dentro de las principales causas destacan el sobrepeso y sedentarismo, que se ha visto afectados por la crisis sanitaria y las restricciones de tránsito e ingreso a recintos deportivos. La Encuesta Nacional de Salud de 2017 muestra una cruda realidad: 60% de la población chilena tiene sobrepeso u obesidad y 90% se declara sedentaria. Sin embargo, existe incidencia en factores genéticos y ambientales que intervienen sobre la grasa corporal y la inmunidad innata.
“Se caracteriza por la aparición secuencial de diversas alteraciones metabólicas e inflamatorias a nivel molecular, celular o hemodinámico asociadas a la presencia de resistencia a la insulina y de adiposidad de predominio visceral”, explica la doctora Mónica Weinberger de Nueva Clínica Cordillera.
El síndrome metabólico "no suele presentar síntomas muy claros, pero los pacientes suelen manifestar tres o más características marcadas que tienen relación con niveles de triglicéridos altos y obesidad central o abdominal, además de colesterol HDL bajo, hipertensión, altos niveles de glucosa, en particular en las mañanas”, comenta.
Para prevenir o disminuir las consecuencias es necesario acudir a chequeos médicos permanentes y para contrarrestar sus efectos modificar el estilo de vida, realizar actividad física, dejar el tabaco y disminuir el consumo de alcohol.
