Lactancia prolongada protege contra la obesidad
La proteÃna FGF21 desencadena una mayor actividad de la grasa parda que permite un mayor gasto calórico.
La obesidad, cuya prevalencia ha aumentado en las últimas décadas hasta alcanzar la categorÃa de pandemia, es una patologÃa multifactorial en la que influyen factores ambientales, genéticos y epigenéticos. En consonancia con el papel esencial que se cree que desempeñan los acontecimientos neonatales en el neurodesarrollo y en las respuestas conductuales posteriores en la edad adulta, este rápido aumento de su prevalencia puede ser el resultado de factores determinantes en las primeras etapas de la vida, entre los que se encuentran la dieta materna y la alimentación neonatal.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, España, describieron el mecanismo mediante el cual la lactancia materna protege del desarrollo de la obesidad con efectos a largo plazo en la edad adulta. Este efecto protector se mantiene, incluso, con la exposición a dietas hipercalóricas.Â
El mecanismo se da a raÃz de la acción de la liberación de una proteÃna: el factor de crecimiento de fibrobalstos 21 (FGF21) desde el hÃgado hacia el hipotálamo. Una vez allÃ, esta activa los receptores de dopamina, lo que a su vez conduce a una mayor actividad de la grasa parda, un tipo especial que desencadena en un mayor gasto energético.Â
De esta manera, la lactancia materna prolongada se transforma en un mecanismo protector contra la obesidad al provocar cambios fisiológicos duraderos en la comunicación del hÃgado al hiopotálamo y la regulación del metabolismo de este último.Â
En conjunto, estos datos implican que, modificando la interacción madre-lactante durante una ventana temporal postnatal especÃfica, es posible reprogramar los circuitos hipotalámicos para que la descendencia sea más resistente a la obesidad.Â
El equipo reconoce que los posibles efectos protectores a largo plazo de la lactancia materna prolongada sobre la energÃa y la disfunción metabólica en los seres humanos no están claros -existen otras influencias que afectan tanto a la madre como al niño, por ejemplo, las condiciones socioeconómicas, la dieta materna y la composición de la leche de fórmula- y es por este motivo, que el protocolo de destete diferido desarrollado en un modelo animal, fue caracterizado por unas condiciones experimentales controladas que minimizan los factores de confusión y permiten identificar e investigar estos efectos duraderos y sus mecanismos subyacentes.