JAMA Network Open
Impacto del consumo de cannabis durante la adolescencia en la salud adulta
Distintos patrones de uso entre los 12 y 17 años, especialmente el inicio temprano y el uso frecuente, pueden incrementar la demanda de servicios médicos en la adultez joven debido a trastornos mentales y físicos.
El consumo de esta droga en la adolescencia constituye un problema significativo de salud pública, debido a su asociación con resultados adversos en la salud mental y física. Comprender la relación entre los distintos patrones de uso y la utilización de servicios médicos en la adultez temprana es fundamental para diseñar estrategias de prevención eficaces.
Esta investigación, liderada por el Dr. Pablo Martínez de la Universidad McGill en Montreal, Canadá, se propuso examinar la asociación entre los patrones de consumo de cannabis en la adolescencia y la subsiguiente utilización de atención médica para condiciones de salud mental y física en la adultez joven.
Se realizó un estudio longitudinal empleando una cohorte de nacimiento poblacional, vinculado a bases de datos administrativas. Participaron 1.591 individuos (51,4% mujeres) del Québec Longitudinal Study of Child Development, quienes fueron seguidos desde su nacimiento hasta los 23 años. Se identificaron patrones de consumo de cannabis durante la adolescencia (a los 12, 13, 15 y 17 años) y se examinaron las asociaciones con la utilización de servicios de atención médica entre los 18 y 23 años, ajustando por 32 factores de confusión.
Se delinearon tres patrones de consumo: no uso (59,6%), inicio tardío (20%; tras los 15 años, uso infrecuente) y uso temprano y frecuente (20,4%; antes de los 15 años, uso mensual o más). Los individuos con uso temprano y frecuente fueron 1,51 veces más propensos a la utilización de servicios de salud por cualquier trastorno mental (OR: 1,51; IC 95%: 1,10-2,08) y condición física (OR: 1,86; IC 95%: 1,3-2,67), incluyendo lesiones/intoxicaciones (OR: 1,41) y otras enfermedades físicas (OR: 1,47). El grupo de inicio tardío no mostró diferencias significativas en salud mental, pero sí un OR de 1,63 (IC 95%: 1,16-2,28) para cualquier condición física.
En conclusión, el inicio precoz y el consumo frecuente de cannabis en la adolescencia se asocian con una mayor demanda de atención médica para condiciones mentales y físicas en la adultez joven. Su uso tardío también se relaciona con una mayor utilización de servicios por enfermedades físicas. Estos hallazgos resaltan la importancia de retrasar el inicio y reducir la frecuencia del consumo en adolescentes para mitigar impactos negativos en la salud y la carga asistencial.
Fuente bibliográfica
Health Service Use Among Young Adults With a History of Adolescent Cannabis Use
Martínez P, et al.
DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2025.39977