El frío es beneficioso para envejecer saludablemente
El activador del proteasoma PA28γ/PSME3 mitigaba los déficits causados por el envejecimiento.
Las temperaturas extremadamente bajas son perjudiciales, pero un descenso moderado de la temperatura corporal puede tener efectos beneficiosos para el organismo. De hecho, prolonga la longevidad tanto en poiquilotermos (por ejemplo, Caenorhabditis elegans, Drosophila melanogaster y distintas especies de peces) como en homeotermos, como los roedores.
También se han descrito correlaciones entre la temperatura corporal y la esperanza de vida en humanos. La temperatura corporal humana normal oscila entre 36,5 y 37 °C. Mientras que un descenso agudo de ella por debajo de 35 °C provoca hipotermia,esta varía ligeramente durante el día e incluso alcanza temperaturas frías moderadas (36°C) durante el sueño. Curiosamente, ha disminuido monótonamente 0,03 °C por década desde la Revolución Industrial, lo que podría estar relacionado con el aumento progresivo de la longevidad humana en los últimos 160 años.
El profesor Dr. David Vilchez de la Universidad del Hospital de Colonia en Alemania usó un organismo modelo no vertebrado, el nematodo Caenorhabditis elegans, y células humanas cultivadas para comprobar la hipótesis del beneficio del descenso. Ambos portaban los genes de dos enfermedades neurodegenerativas que suelen aparecer en la vejez: la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la enfermedad de Huntington. Estas enfermedades se caracterizan por la acumulación de depósitos de proteínas nocivas y perjudiciales, los llamados agregados proteicos patológicos. En ambos organismos modelo, el frío eliminó activamente los cúmulos de proteínas, evitando así la agregación proteica.
Más concretamente, los científicos exploraron el impacto del frío en la actividad de los proteasomas, un mecanismo celular que elimina las proteínas dañadas. La investigación reveló que el activador del proteasoma PA28γ/PSME3 mitigaba los déficits causados por el envejecimiento, tanto en el nematodo como en humanos.
Un hallazgo clave fue que la actividad del proteasoma también puede incrementarse mediante la sobreexpresión genética del activador. De este modo, las proteínas causantes de enfermedades pueden eliminarse incluso a la temperatura corporal normal de 37 grados centígrados. Estos resultados pueden proporcionar dianas terapéuticas para el envejecimiento y las enfermedades asociadas a él.