Endocrinología
Dislipidemia: análogos de hormonas tiroideas no son recomendados
A pesar del desarrollo de varios agentes, actualmente no se aconseja su uso para el tratamiento de la condición patológica, tanto como mono terapia o como complemento a las estatinas.
El tratamiento de la dislipidemia es una carga importante para la salud pública. La hormona tiroidea regula el metabolismo de lípidos mediante la unión a su receptor (TR), pero su empleo contra la alteración lipídica no está indicado debido a sus efectos nocivos sobre el corazón, huesos y músculos. Por este motivo, se han diseñado análogos de la hormona tiroidea para activar selectivamente al TR en el hígado, reduciendo así potenciales efectos secundarios.
En este estudio (Alessandro P. Delitala y colegas de la Universidad de Sassari, Italia) se hicieron búsquedas en la base de datos PubMed para investigar sobre el rol del TR y la acción de análogos de la hormona tiroidea in vitro y en modelos animales. A continuación, se incluyeron todos los ensayos doble ciego, controlados con placebo que analizaron su uso para el tratamiento de la dislipidemia en humanos. Por último, se realizaron búsquedas sobre el uso de agonistas de TR en los Institutos Nacionales de Registro de Salud y en plataformas de registros de ensayos clínicos de la OMS.
Los resultados evidenciaron que los análogos de la hormona fueron probados en humanos para el tratamiento de la dislipidemia, como un solo agente terapéutico o como un complemento de la terapia con fármacos hipolipemiantes tradicionales. En la mayoría de los ensayos, los análogos redujeron el colesterol total, el colesterol asociado a lipoproteína de baja densidad y los triglicéridos. Sin embargo, su uso se ha vinculado con efectos secundarios adversos, tanto en estudios preclínicos y en seres humanos.
En suma, actualmente no se recomienda el uso de análogos para la dislipidemia. Futuras aplicaciones clínicas podrían incluir su uso para promover la reducción de peso. También podrían representan una alternativa interesante tanto para el tratamiento de la esteatohepatitis no alcohólica y diabetes tipo 2 debido a sus efectos positivos sobre la sensibilidad a la insulina. Por último, se necesitan estudios experimentales y clínicos adicionales para una mejor comprensión del efecto de una terapia a largo plazo.
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