JAMA Psychiatry
Consumo de bebidas gaseosas y depresión mediados por alteraciones en el microbioma intestinal
Su ingesta se asocia significativamente con el diagnóstico del trastorno mental y con una mayor severidad de los síntomas, a través de modificaciones en la composición de bacterias intestinales, especialmente en mujeres.
El consumo de bebidas azucaradas se ha vinculado con diversos problemas de salud física y mental, pero su relación con el trastorno depresivo mayor (TDM) y los mecanismos subyacentes no están totalmente claros. Una vía potencial es la alteración del microbioma intestinal, conocido por su influencia en la salud mental.
El estudio, dirigido por la Dra. Sharmili Edwin Thanarajah, de la Universidad Goethe de Frankfurt, Alemania, se propuso investigar la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el diagnóstico y la gravedad del TDM. Además, exploró si esta relación está mediada por cambios en la composición del microbioma intestinal, específicamente en la abundancia de los géneros Eggerthella y Hungatella.
Se realizó un análisis transversal utilizando datos de la cohorte Marburg-Münster Affective en Alemania. Conformada por 932 participantes, incluyendo 405 pacientes diagnosticados con TDM y 527 controles sanos, con edades entre 18 y 65 años. Se evaluó el consumo de bebidas azucaradas mediante un cuestionario de frecuencia alimentaria, la gravedad de los síntomas depresivos con el Inventario de Depresión de Beck (BDI-I) y la composición del microbioma intestinal mediante secuenciación del gen 16S rRNA.
El consumo de bebidas azucaradas se relacionó de manera significativa con el diagnóstico de TDM (OR=1,081; IC 95%: 1,008-1,159; p=0,03) y con una mayor gravedad de los síntomas depresivos (p<0,001; ηρ²=0,012; IC 95%: 0,004-0,035). Estos efectos fueron más evidentes en mujeres, quienes presentaron un aumento en el riesgo de diagnóstico (OR=1,167; IC 95%: 1,054-1,292; p=0,003) y una mayor severidad de síntomas. En este grupo, la ingesta de estas bebidas también se vinculó con una mayor abundancia de Eggerthella (p=0,007; ηρ²=0,017; IC 95%: 0,0002-0,068). El análisis de mediación confirmó que este género bacteriano media significativamente la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y el TDM, tanto en el diagnóstico (p=0,011) como en la severidad de los síntomas (p=0,005), explicando aproximadamente el 3,82% y el 5% del efecto, respectivamente.
Los hallazgos sugieren que el consumo de bebidas azucaradas podría contribuir al trastorno depresivo mayor a través de alteraciones en el microbioma intestinal, particularmente mediante el aumento del género Eggerthella. Se destacan las estrategias de salud pública para reducir su ingesta como una posible medida para mitigar el riesgo de depresión, especialmente en poblaciones vulnerables. Además, se vislumbran intervenciones dirigidas a modificar la composición del microbioma como enfoques prometedores para el tratamiento de la depresión.
Fuente bibliográfica
Soft Drink Consumption and Depression Mediated by Gut Microbiome Alterations
Edwin Thanarajah S, et al.
DOI: 10.1001/jamapsychiatry.2025.2579
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