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Un sueño deficiente acelera el envejecimiento cerebral
Los patrones de sueño inadecuados en adultos están relacionados con una mayor edad cerebral que la cronológica, proceso en el que la inflamación sistémica desempeña un papel mediador clave.
Los trastornos del sueño son frecuentes en adultos y existe una relación compleja entre estos y la demencia. La neurodegeneración puede alterar el ciclo sueño-vigilia, y a la vez, las alteraciones en el sueño pueden favorecer el desarrollo de la demencia. Diversos estudios han asociado patrones de sueño poco saludables con un mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Este estudio, liderado por el investigador Yuyang Miao del Departamento de Geriatría del Hospital General de la Universidad Médica de Tianjin en China, examinó la relación entre un patrón de sueño saludable y una mayor edad cerebral, así como la medida en que esta relación está mediada por la inflamación sistémica.
Se incluyó a 27.500 adultos del Biobanco del Reino Unido con una edad media de 54,7 años, de los cuales el 54% eran mujeres. La presencia de cinco características de sueño saludable autodeclaradas: cronotipo temprano, 7-8 horas de sueño diario, sin insomnio, sin ronquidos, sin somnolencia diurna excesiva, se sumaron en una puntuación de sueño saludable (0-5 puntos) y se utilizaron para definir tres patrones de sueño: saludable (≥4 puntos), intermedio (2-3 puntos) y deficiente (≤1 punto). La inflamación de bajo grado se estimó utilizando la puntuación INFLA, un índice compuesto de biomarcadores inflamatorios.
Después de un seguimiento medio de 8,9 años, la edad cerebral se estimó utilizando un modelo de machine learning basado en 1.079 fenotipos de imágenes de resonancia magnética cerebral y se utilizó para calcular la brecha de edad cerebral (edad cerebral menos la cronológica).
Al inicio del estudio, el 3,3% de los participantes tenían un sueño deficiente, 55,6% un sueño intermedio y 41,2% un sueño saludable. En comparación con el sueño saludable, el intermedio (β= 0,25; P=0,010) y el deficiente (β= 0,46; P<0,001) se asociaron con una brecha de edad cerebral significativamente mayor. En el análisis de mediación, la inflamación (puntuación INFLA) medió el 6,81% y el 10,42% de las asociaciones entre el sueño intermedio y deficiente con una brecha de edad cerebral más alta.
En conclusión, un sueño deficiente puede acelerar el envejecimiento cerebral. Esto puede estar impulsado por niveles más altos de inflamación sistémica.
Fuente bibliográfica
Poor sleep health is associated with older brain age: the role of systemic inflammation
Miao Y, et al.
https://doi.org/10.1016/j.ebiom.2025.105941
