Infectología pediátrica
Ibuprofeno presenta mejor perfil antipirético en niños con fiebre tifoidea que el paracetamol
La fiebre y los síntomas sistémicos a menudo son prolongados y debilitantes durante el transcurso de la fiebre tifoidea. Esta fiebre prolongada, retrasa la recuperación funcional, lo que fomenta la preocupación médica por el adecuado tratamiento y aumenta los costes de hospitalización, lo cual se podría reducir con el uso del manejo antipirético regular. El paracetamol y el ibuprofeno son los medicamentos más apropiados para este papel, ambos son antipiréticos y analgésicos, pero el ibuprofeno tiene además una actividad antiinflamatoria sistémica. El ibuprofeno es tal vez más eficaz en acortar la duración de la fiebre y el tiempo de resolución del síntoma en varias infecciones. Los dos principios se consideran seguros en niños y están disponibles sin prescripción, incluso en países con disponibilidad farmacéutica fuertemente regulada, sin embargo, existen particulares preocupaciones por el uso de antipiréticos en la fiebre tifoidea.
Es probable que la fiebre tifoidea prolongada se relacione con niveles elevados de citoquinas pirogénicas pro-inflamatorias, aunque su mecanismo exacto es aún confuso. Moderados aumentos de las concentraciones de citoquinas pro-inflamatorias, tales como el factor de necrosis tumoral (TNFa) y la interleuquina (IL)-6 se han documentado en adultos y niños con tifoidea aguda, y altas concentraciones séricas de TNFa y de IL-6, se han relacionado con severidad de la enfermedad. Las declinaciones de la IL-6 se logran con una terapia acertada y la alta cantidad de IL-6 en el comienzo de la terapia se asocia a una respuesta de tratamiento más pobre.
En un estudio en el que participaron especialistas e investigadores de enfermedades tropicales se propuso seguir un trabajo para evaluar comparativamente al ibuprofeno y al paracetamol como apoyo a la terapia antimicrobiana en fiebre tifoidea no complicada en niños. Ochenta niños vietnamitas con fiebre tifoidea fueron seleccionados al azar para recibir preparaciones idénticas de jarabes con ibuprofeno (10 mg/kg) o paracetamol (12 mg/kg) cada 6 horas y hasta 36 horas después de la caída de la fiebre. Los niños con cepas susceptibles al ácido nalidíxico (NAS) fueron tratados con ofloxacino (15 mg/kg/day) por 3 días y aquellos con resistencia al ácido nalidíxico (NaR) fueron tratados por 7 días.
La Salmonella typhi fue aislada en 36 de los 40 niños aleatorizados a ibuprofeno (11 con NaR) y en 37 de los 40 aleatorizados a paracetamol (13 con NaR). El tiempo medio de eliminación de la fiebre (horas) fue más corto con el ibuprofeno que en el grupo con paracetamol (68, 4 a 260 versus 104, 12 a 404; P = 0.055) al igual que el área bajo la curva de tiempo-temperatura sobre 37°C (74, 0 a 237 versus 127, 0 a 573; P = 0.013). Las diferencias ocurrieron predominantes en niños infectados con S. typhi NaR que respondieron más lentamente al tratamiento antibiótico. No hubo efectos secundarios importantes asociados al uso de las drogas, tampoco existieron diferencias entre tratamientos para las concentraciones interleuquina-6 circulante y para el TNFa durante el curso de cada uno de ellos.
Para los autores, el efecto antipirético del ibuprofeno es superior al del paracetamol en niños con fiebre tifoidea, particularmente en fiebre prolongada. Ambos antipiréticos demostraron ser seguros.
Fuente bibliográfica
Pediatr Infect Dis J 2004 Mar;23(3):226-30