Vacunas con aluminio no se asocian a trastornos crónicos en niños
Datos a gran escala respaldan que la exposición a este metal en los primeros años de vida no aumenta el riesgo de problemas autoinmunes, atópicos o del neurodesarrollo, fortaleciendo la confianza en su uso a largo plazo.
La preocupación sobre la seguridad de las vacunas con adyuvantes de aluminio en niños pequeños aún persiste, debido a su posible vÃnculo con enfermedades autoinmunes crónicas, atopia, alergias y trastornos del neurodesarrollo. Aunque su administración es muy común, es necesario contar con datos de seguridad a gran escala para evaluar estos posibles riesgos de manera definitiva.
El Dr. Niklas Worm Andersson, del Departamento de Investigación en EpidemiologÃa del Statens Serum Institut en Copenhague, Dinamarca, y su equipo, realizaron un estudio de cohorte a nivel nacional para evaluar la asociación entre la exposición acumulativa al aluminio proveniente de las vacunas administradas en la primera infancia y el riesgo de trastornos autoinmunes, atópicos, alérgicos y del neurodesarrollo.
Se analizó una muestra total de 1.224.176 niños nacidos en Dinamarca entre 1997 y 2018, con seguimiento hasta 2020. La investigación empleó datos de registros nacionales vinculados para evaluar la exposición acumulativa al metal en los primeros dos años de vida y su relación con el diagnóstico de 50 trastornos crónicos, incluidos los autoinmunes (dermatológicos, endocrinológicos, hematológicos, gastrointestinales y reumáticos), atópicos o alérgicos (asma, dermatitis atópica, rinoconjuntivitis y alergia) y del neurodesarrollo (trastorno del espectro autista y trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Se estimó el riesgo incluyendo múltiples variables de confusión para asegurar la fiabilidad de los resultados.
La exposición acumulativa al aluminio no mostró asociación con un aumento en las tasas de ninguno de los 50 trastornos estudiados. Las razones de riesgo (HR) por cada incremento de 1 mg en la exposición al metal fueron de 0,98 (IC 95%: 0,94 a 1,02) para los trastornos autoinmunes, 0,99 (IC 95%: 0,98 a 1,01) para los atópicos o alérgicos y 0,93 (IC 95%: 0,90 a 0,97) para los trastornos del neurodesarrollo. En la mayorÃa de los resultados individuales, los lÃmites superiores de los intervalos de confianza al 95% no respaldaron incrementos relativos superiores al 10% o 30%.
Estos resultados indican que no hay evidencia que respalde un aumento en el riesgo de trastornos autoinmunes, atópicos, alérgicos o del neurodesarrollo asociado a la exposición temprana a vacunas que contienen aluminio. Aunque no se pueden descartar posibles efectos mÃnimos en algunas enfermedades poco comunes, las evidencias disponibles sugieren que las preocupaciones sobre los riesgos a largo plazo de estas vacunas en la infancia carecen de fundamento.
Fuente bibliográfica
Aluminum-Adsorbed Vaccines and Chronic Diseases in Childhood: A Nationwide Cohort Study
Andersson NW, et al.
DOI:10.7326/ANNALS-25-00997
