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06 Abril 2012

Medicina interna

La obesidad no resguarda de las fracturas en mujeres posmenopáusicas

Estos resultados desafían la creencia generalizada que la obesidad tendría un efecto protector contra la incidencia de fracturas, de hecho sugieren que representa un factor de riesgo para ciertos tipos, en particular, de tobillo y parte superior de las piernas.

El bajo índice de masa corporal (IMC) es un importante componente de riesgo para las fracturas en mujeres posmenopáusicas, un efecto mediado predominantemente, aunque no exclusivamente, a través de una baja densidad mineral ósea. Por el contrario, se cree que la obesidad cuida de las fracturas debido a la mayor densidad mineral ósea y reducción del impacto de las caídas como consecuencia del aumento de los tejidos blandos.

Juliet E. Compston y colegas de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, investigaron la prevalencia e incidencia de fracturas clínicas en mujeres posmenopáusicas, a través de un ensayo multinacional, prospectivo, observacional, basado en la población y realizado por 723 profesionales en 17 sitios de 10 países. Un total de 60.393 mujeres mayores de 55 años fueron seleccionadas, y se recolectaron datos a través de cuestionarios auto-administrados que incluían las características del paciente, antecedentes de fracturas, factores de riesgo y medicamentos anti-osteoporosis.

El índice de masa corporal (IMC) y de fractura, se obtuvo desde el inicio y al 1 y 2 años en 44.534 mujeres, el 23,4% de las cuales eran obesas (IMC ≥ 30 kg/m2). La prevalencia de fracturas en obesas al inicio era de 222 por 1.000 y la incidencia a los 2 años de 61,7 por 1.000, similar a las tasas en mujeres no obesas (227 y 66,0 por 1.000, respectivamente). Las fracturas en mujeres obesas representaron el 23% y 22% de todas las fracturas previas y de incidencias, respectivamente. El peligro de fracturas de tobillo y de pierna fue significativamente mayor en las obesas en comparación a las no obesas, mientras que el riesgo de fractura de muñeca fue significativamente menor. Las mujeres obesas con fractura fueron más propensas a tener una menopausia temprana y de informar dos o más caídas en el último año. Los auto-reportes de asma, enfisema y diabetes tipo 1 fueron significativamente más frecuentes en obesas que en no obesas con fractura. A los 2 años, el 27% de las mujeres obesas con fractura estaban recibiendo tratamiento de protección ósea, en comparación con el 41% de las obesas y el 57% de las mujeres con bajo peso.

Finalmente, estos resultados demuestran que la obesidad no protege contra las fracturas en mujeres posmenopáusicas y se asocian con mayor presencia de fracturas en piernas y tobillo.

Fuente bibliográfica

Am J Med. 2011 Nov; 124(11):1043-50

Ciencia y Medicina

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