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06 Agosto 2010

Neurología

El síndrome de piernas inquietas presenta componente familiar

Estos datos confirman también la preponderancia femenina del trastorno neurológico, como han sugerido previamente otros estudios.

Se reconoce un importante efecto familiar del síndrome de piernas inquietas (SPI), sin embargo, no existen estudios sistemáticos a gran escala ni descripciones completas de las características clínicas de la forma familiar (SPIf). Este tipo de análisis, es decir, la investigación de cada miembro de la familia de forma individual en lugar de la historia familiar, constituye un enfoque más preciso para delinear el amplio espectro clínico de las manifestaciones fenotípicas y estimar la proporción relativa de riesgo recurrente en los familiares (es decir, la cuantificación de la agregación familiar). En la actualidad, el diagnóstico clínico se basa principalmente en síntomas subjetivos provenientes de autoinformes de los mismos pacientes. Se han desarrollado varias mediciones objetivas para confirmar el diagnóstico, sin embargo, ninguna de estas pruebas tiene una sensibilidad y especificidad del 100%.

Docentes del Centro de Investigación del Hospital Universitario de Montreal, en Canadá, analizaron el efecto de la agregación familiar del SPI y determinaron las características clínicas del SPIf, a través del seguimiento de 249 pacientes con SPI durante 15 años. Además, se incluyeron 671 casos con SPIf, 192 de los cuales estaban ingresados en un centro especializado del sueño para tratar la enfermedad y otros 479 eran familiares que respondieron a una entrevista de diagnóstico para evaluar si también tenían el síndrome.

Los resultados mostraron que en un 77% de los casos existe un antecedente familiar, con un riesgo relativo para los hermanos de 3,6 (intervalo de confianza del 95%, 2.8 a 4.4), y un riesgo relativo para la descendencia de 1,8 (1,0 a 2,7). El SPI familiar representó un trastorno crónico, con una duración media de 24 años y una amplia gama de edad de inicio (28 años), con la mayoría de miembros presentando un comienzo precoz de la enfermedad pero con sintomatología de leve a moderada. Los datos clínicos también indicaron que el SPI era más frecuente entre las mujeres, quienes también tenían una mayor incidencia de anemia o deficiencia de hierro, artritis y mayor número de embarazos.

Los autores concluyen que el síndrome de piernas inquietas tiene una representatividad significativamente fuerte en familias con expresividad fenotípica variable, y los hermanos de individuos severamente afectados tienen mayor riesgo de desarrollar la condición.

Fuente bibliográfica

Arch Neurol. 2010; 67(5):617-622

Ciencia y Medicina

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