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22 Julio 2010

Traumatología

Toxina botulínica reduce el dolor en la epicondilitis lateral crónica refractaria

Este estudio demuestra que en pacientes con “codo de tenista” inyectados con toxina botulínica en la zona adecuada del antebrazo, la intensidad del dolor en reposo disminuye significativamente.

Cuando se utiliza la toxina botulínica para el tratamiento de la epicondilitis lateral, la inyección a una distancia fija desde un punto de referencia anatómica podría dar lugar a una parálisis inadecuada del músculo tratado. Se ha sugerido que el músculo extensor de los dedos, que está inervado por ramas profundas del nervio radial, juega un papel importante en el desarrollo de la epicondilitis lateral.

Docentes de la Universidad de Teherán de Ciencias Médicas, en Irán, evaluaron la eficacia de la inyección de toxina botulínica con precisión anatómica. En este ensayo aleatorio controlado con placebo, 48 pacientes entre 18 y 70 años con epicondilitis lateral crónica refractaria fueron asignados aleatoriamente a recibir una inyección única de toxina botulínica (60 unidades) o placebo (solución salina normal). El lugar de la inyección fue elegido como una distancia de un tercio longitud del antebrazo desde la punta del epicóndilo lateral en el trayecto del nervio interóseo posterior. El resultado primario a evaluar fue la intensidad del dolor en reposo mediante el uso de una escala analógica visual de 100 mm, al inicio y a las 4, 8 y 16 semanas después de la inyección.

En comparación con el grupo placebo, el que recibió toxina botulínica presentó reducciones significativas del dolor en reposo durante el seguimiento (disminución de 4 semanas 14,1 mm, intervalo de confianza del 95% [IC] 5.8-22.3; a las 8 semanas 11.5 mm, IC del 95% 2,0-21,0; a las 16 semanas 12,6 mm, IC del 95% 7.7-17.8, p = 0,01). Por otra parte, la intensidad del dolor decayó en el grupo con toxina botulínica, no obstante, no hubo diferencias en el dolor durante el máximo agarre o en la fuerza de agarre entre los dos grupos. Todos los pacientes, menos uno, experimentaron debilidad en la extensión de los dedos tercero y cuarto en la semana 4, que se resolvió la semana 16. No se observaron eventos adversos serios.

Se concluye que el uso de una medición precisa anatómica para guiar la inyección de toxina botulínica reduce significativamente el dolor en reposo en pacientes con epicondilitis lateral crónica refractaria. Sin embargo, el déficit transitorio del extensor hace que este método sea inapropiado para los pacientes cuyo trabajo requiere la extensión de los dedos.

Fuente bibliográfica

CMAJ 2010. DOI:10.1503/cmaj.090906

Ciencia y Medicina

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