Neurología
Neuroestimulación cerebral mejora el Parkinson
La estimulación cerebral profunda es un tratamiento aceptado para la condición avanzada de la enfermedad de Parkinson (EP), pero lamentablemente existen pocos ensayos aleatorios que hayan comparado los tratamientos existentes, y la mayoría de los estudios han excluido a pacientes de mayor edad.
Frances M. Weaver y colaboradores del Departamento de Neurología del Hospital Hines en Illinois, Estados Unidos, compararon los resultados de 255 individuos con EP que habían recibido estimulación cerebral profunda o el mejor tratamiento médico según perfil. El 25% tenía más 70 años de edad y en su mayoría eran hombres (82%). La neuroestimulación bilateral se aplicó en el núcleo subtalámico (n = 60) o en el globo pálido (n = 61). Los pacientes con tratamiento médico (n = 134) eran activamente manejados por neurólogos especialistas en trastornos del movimiento. El resultado primario fue el tiempo sin disquinesias, y otro objetivos incluyeron la función motora, calidad de vida, desempeño neurocognitivo y eventos adversos.
Después de 6 meses de seguimiento, las personas que recibieron estimulación cerebral profunda mostraron una media de 4,6 h/d sin disquinesias en comparación con 0 h/d para los pacientes con tratamiento médico (diferencia entre grupos, 4,5 h/d [IC del 95%, 3.7-5.4 h/d], p <.001). La función motora mejoró significativamente (P < 0.001) con la estimulación la cerebral profunda, de manera que el 71% de los individuos del primer grupo y el 32% del segundo experimentaron mejoras clínicamente significativas (≥ 5 puntos). En comparación con la terapia médica, la estimulación cerebral profunda obtuvo importantes mejoras en la calidad de vida (p < 0.001). Las pruebas neurocognitivas revelaron pequeñas caídas en algunas zonas de procesamiento de la información con la neuroestimulación en comparación al tratamiento médico óptimo. Al menos 1 efecto adverso grave se produjo en 49 pacientes con estimulación cerebral profunda y 15 con manejo médico (p < 0.001), incluidos 39 eventos adversos relacionados con el procedimiento quirúrgico y 1 muerte secundaria a hemorragia cerebral.
Finalmente, se concluye que la estimulación cerebral profunda fue más eficaz que un tratamiento médico para mejorar el tiempo sin disquinesias, la función motora y la calidad de vida, aunque se asoció con un mayor riesgo de acontecimientos adversos graves.
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