Neurología
Estimulación cerebral profunda mejora las cefaleas en racimo
La cefalea en racimo es una forma rara de cefalea neurovascular primaria, que se caracteriza por la aparición súbita de dolor insoportable periorbital unilateral. La dolencia suele ir acompañada por signos locales de disfunción autonómica facial como lagrimeo, rinorrea, sudoración y rubor. Los ataques duran hasta 3 horas y ocurren en grupos de meses con múltiples ataques por día, a menudo seguidos de períodos de remisión. En su forma crónica, se pierde la remisión y los ataques aparecen a diario y de forma más seguida. Para este tipo de pacientes, los estudios de neuroimagen han revelado anormalidades estructurales y funcionales en la zona posterior del hipotálamo lo que sugiere una disfunción de la actividad hipotalámica. Por otra parte, la estimulación cerebral profunda (ECP) de la zona posterior del hipotálamo ha resultado ser eficaz en el tratamiento de las cefaleas en racimo crónicas que muestran ser farmacorresistentes.
Docentes del Departamento de Neurología del Hospital Universitario Schleswig-Holstein, Kiel, Alemania, presentaron los resultados de un estudio de casos en seis pacientes con cefalea en racimo crónica en los cuales una ECP en el hipotálamo posterior se realizó. En cada individuo, se hizo una intervención estereotáctica de electrodos en la zona ipsilateral del hipotálamo posterior, de acuerdo a las coordenadas 2 mm lateral, 3 mm posterior y 5 mm inferior según la línea AC-PC.
De cada seis pacientes, cuatro mostraron una profunda disminución de la frecuencia de sus ataques y la intensidad del dolor en la escala analógica visual durante los primeros 6 meses. De ellos, un paciente estuvo libre de ataques durante 6 meses en virtud de neuroestimulación, antes de regresar a la línea de base la cual indicaba dejar la ECP. Dos pacientes experimentaron una disminución no significativa y marginal durante las primeras semanas bajo neuroestimulación antes de regresar a su antigua frecuencia de cefaleas. Después de un seguimiento medio de 17 meses, tres pacientes se mantuvieron casi completamente libres de ataques, mientras que tres pudieron ser considerados como fracasos terapéuticos. La estimulación fue bien tolerada y no se observaron efectos secundarios relacionados en el largo plazo.
En conclusión, la estimulación cerebral profunda de la parte posterior inferior del hipotálamo es una opción terapéutica eficaz en un subgrupo de pacientes. Futuros estudios multicéntricos y controlados podrán confirmar esta experiencia y definir mejor los factores predictivos para los no respondedores.
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