Psiconeuroendocrinología
La aromaterapia puede mejorar los estados de ánimo
Ampliamente utilizada, la aromaterapia se aplica para el alivio del dolor, la relajación y la ansiedad. Los aceites esenciales se han utilizados para ayudar a las mujeres a hacer frente al trabajo de parto, para aliviar los efectos secundarios de la quimioterapia, mejorar la rehabilitación de pacientes con trastornos cardíacos, promover el dormir y reducir las molestias post-quirúrgicas. Sin embargo, los datos de eficacia son escasos, y los posibles mecanismos de acción son controvertidos. La teoría postula que los aceites esenciales actúan como un fármaco o una enzima, de modo que deberían tener efectos muy concretos, una opinión muy popular entre los profesionales de la aromaterapia que prescriben determinados olores para distintos problemas de salud. Por ejemplo, a corto plazo la inhalación de aceite de lavanda (por lo general durante el espacio de un par de horas) se describe como terapéutica para el insomnio, la gripe, los dolores de cabeza, migrañas, ansiedad, nerviosismo y la melancolía. Además, mejoraría la función inmune, así como las infecciones pulmonares y sinusales, la laringitis y el asma. En contraste con el carácter relajante de la lavanda, el aceite limón se describe como activador, inmunomodulador y potenciador del ánimo, además su inhalación promociona alivio para las infecciones de las vías respiratorias. En estudios en humanos, se le ha asociado con un aumento de la frecuencia cardíaca y un mejor desempeño en tareas físicas y mentales.
Este ensayo controlado aleatorizado examinó las consecuencias psicológicas, autonómicas, endocrinas e inmunitarias y de un supuesto olor relajante (lavanda), un estimulante (limón) y un control sin olor (agua), antes y después de un estímulo estresante (frío). 56 hombres y mujeres sanas fueron expuestos a cada uno de los olores durante tres visitas y luego entrevistados.
Los auto-informes y las medidas evaluativas del ánimo demostraron fuerte evidencia de que el aceite de limón mejora el humor en comparación con el agua y la lavanda, independientemente de las expectativas o uso anterior de la aromaterapia. Además, durante los momentos de estrés, los niveles de noradrenalina se mantuvieron elevados cuando los sujetos olían limón, en comparación con el agua o la lavanda. Las respuestas de hipersensibilidad de tipo retardado (DTH, por sus siglas en inglés) a Candida fueron mayores después de la inhalación de agua en comparación a la de lavanda o limón. Los aromas no alteraron la producción de IL-6, IL-10, cortisol salival, la frecuencia cardiaca o la presión arterial, la piel o el dolor al frío.
En conclusión, los aceites de limón presentaron resultados positivos sobre el humor o el ánimo, en cambio, los efectos de la lavanda no fueron mejores que los del agua (y en ocasiones más negativos). Los datos inmunológicos no apoyaron la supuesta eficacia clínica de los aromas de limón o lavanda.
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