Neurología
Los fumadores tienen mayor riesgo de demencia y Alzheimer
Fumar es un factor de riesgo para muchas patologías crónicas relacionadas con la edad, como la enfermedad cardiovascular y los accidentes cerebrales. Su asociación con la demencia, una de las alteraciones neurodegenerativas más frecuentes en los ancianos, ha sido extensamente analizada. Varios estudios han sugerido que el hábito pudiera proteger contra la enfermedad de Alzheimer (EA). Las investigaciones in vitro señalan que la nicotina podría ser neuroprotectiva al poder contrarrestar los efectos negativos de la proteína beta amiloide, de los radicales libres, de las moléculas excitotóxicas y de la proteína precursora amiloidea. En contraste con los estudios caso-control, los prospectivos han divulgado un mayor peligro de EA en fumadores, sugiriendo que las características propias de los estudios caso-control pudieran ser una explicación para los resultados del efecto protector. Esto se ve apoyado por las observaciones que el fumar está asociado a una mayor tasa de mortalidad entre pacientes con demencia en comparación a los controles, sugiriendo además, que los individuos con demencia que han sido fumadores pueden no estar debidamente representados en las muestras seleccionadas transversalmente.
Investigadores holandeses, analizaron la relación entre fumadores y el riesgo de desarrollar demencia, enfermedad de Alzheimer y demencia vascular (DV). La población evaluada consideró a 6.868 participantes, de 55 o más años de edad y libres de alguna de las enfermedades anteriores. Además, se exploró el impacto del alelo APOE-e4, del género y la edad para la hipotética asociación.
Después de un seguimiento de 7.1 años, el hábito de fumar estuvo relacionado con un elevado riesgo de padecer demencia (riesgo de 1.47, IC del 95% 1.18 a 1.86) y de enfermedad de Alzheimer (riesgo de 1.56, IC del 95% 1.21 a 2.02). Este aumento de peligro para la alteración neurodegenerativa se limitó más a personas sin el alelo APOE-e4. No hubo asociación entre los fumadores y el riesgo de demencia vascular, y tampoco entre los ex fumadores y la demencia, la EA o la DV.
En conclusión, la costumbre de fumar aumenta el riesgo de demencia. Este efecto se pronuncia con mayor fuerza en personas sin el alelo APOE-e4.
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