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07 Octubre 2013

Tecnologías de la información que derriban paradigmas en salud

  • Dr. Alberto Moreno Parra

    Dr. Alberto Moreno Parra

  • Dra. Angélica Avendaño Veloso

    Dra. Angélica Avendaño Veloso

  • Dr. Rubén Bravo Castillo

    Dr. Rubén Bravo Castillo

Gracias a la paulatina consolidación de su programa telemédico, el Hospital Las Higueras de Talcahuano se ubica en una posición de liderazgo en Chile, fundamentalmente en el área de la cardiología. Junto con plantear grandes desafíos, la implementación de este modelo de gestión a nivel masivo promete modificar radicalmente el sistema sanitario nacional.

En la primera entrega de este reportaje, publicada el lunes 2 de septiembre de 2013 en SAVALnet, revisamos los orígenes de la telemedicina a nivel mundial y su progresiva aparición, impacto y beneficios en el sistema sanitario chileno. Su positivo desempeño tras el terremoto de 2010 se convirtió en una valiosa carta de presentación en la Región del Bío Bío, donde la influencia del proyecto implementado en el Hospital Las Higueras de Talcahuano por el doctor Francisco Albornoz ha sido enorme. Sin embargo, pese a sus credenciales, al tratarse de un modelo de gestión relativamente nuevo surgen dudas, inquietudes y desafíos.

Para el paciente, por ejemplo, la aplicación práctica de la telemedicina en el ámbito asistencial ha configurado nuevos escenarios, debido a su costumbre de interactuar presencialmente con el médico. Con los avances actuales, los facultativos pueden, a tiempo real, ver y escuchar a miles de kilómetros de distancia la condición física y mental de un enfermo. Y no sólo eso, ya existen algunos dispositivos telefónicos asociados a un sofisticado software que permite acceder a las fichas médicas de los pacientes en cualquier punto geográfico. Es una tendencia que ya se ha implementado en varios países del mundo y que empieza a asomarse en Chile.

El doctor Rubén Bravo Castillo, director del Hospital de Linares, cuenta que “cuando planteamos la idea de aplicar la telemedicina en Linares no fueron pocos los que me preguntaron si yo creía que la gente que vive en el campo aceptaría esta forma de diagnóstico y tratamiento. Con el paso del tiempo todos nos hemos llevado una grata sorpresa, ya que después de la incertidumbre inicial y tras los comentarios entre los propios usuarios, todos están abiertos e incluso aspiran a recibir una atención médica de estas características. Lo principal es que los pacientes se van muy satisfechos por haber sido atendidos a través de esta vía, que garantiza en casi todos los casos rapidez y excelentes resultados. No es cierto que la gente se niegue al tema tecnológico, ocurre exactamente al revés. Los usuarios quieren tecnología, aunque no la entiendan muy bien, y exigen como un derecho adquirido optar a las mismas cosas que ven en televisión o escuchan de otra persona”.

Sobre este tema, el destacado pediatra Alberto Moreno Parra, profesor Emérito de la Universidad de Concepción, plantea algunas aprensiones. “La telemedicina constituye una herramienta muy útil para difundir información relevante en diferentes temas de la medicina práctica y, sabemos, su finalidad es acercarse a la comunidad mediante el acceso a atención médica oportuna y especializada, descongestionando las primeras instancias de consulta. Sin embargo, podría tener una limitación muy importante que es la pérdida de la relación médico-paciente, en la cual el enfermo cuenta sus problemas directamente al profesional, haciéndolo conocedor de muchos detalles referidos a su patología y al entorno emocional-afectivo que obviamente acompaña a sus dolencias. La privación de esa relación humana puede limitar las confianzas y la discusión de determinadas sintomatologías, lo que traería consigo la poca efectividad del ejercicio telemédico”. 

Frente a esto, el doctor Francisco Albornoz, médico jefe de la Unidad de Medicina Cardiovascular Integrada del Hospital Las Higueras y director del programa Telemédico–Cardiovascular del recinto asistencial, reconoce que tal vez en las primeras etapas de la implementación de la telemedicina en el país se presentaron algunos resquemores de la población, pero estos fueron rápidamente superados en virtud de las ventajas comparativas que ofrecía el proceso. “Durante cuatro años nosotros pudimos medir muchas cosas en el programa piloto denominado Galileo. Dentro de los factores que más atención pusimos era la aceptación de parte del paciente de este modelo, porque giras de un modelo presencial-tradicional, que tiene seis mil años de historia, a un modelo telepresencial que es totalmente nuevo. Sin embargo, la evaluación de los pacientes es muy positiva. Han juzgado en nuestras encuestas el acto telepresencial con nivel selectivo de alta definición o muy alta definición, como igual o mejor que una consulta presencial normal. Ahora, es importante establecer que el acto telepresencial no reemplaza en forma total al acto presencial, sino que en la cadena de procesos asociados al ciclo diagnóstico terapéutico, el acto telepresencial es un eslabón más. En el camino también hay encuentros presenciales, esto no es ‘blanco o negro’, son ambas cosas integradas. Lo que se está haciendo es enriquecer el acto médico presencial con herramientas telemédicas, generando más eficiencia en el modelo, acceso oportuno y seguimientos apropiados. Yo creo que esa es la visión correcta, no es reemplazar lo uno por lo otro, porque la medicina sigue siendo un arte de relaciones humanas”, sentencia.

El facultativo aprovecha el punto de discusión para incluir otro aspecto al debate. “En un principio la telemedicina se asoció sólo con un tema de lejanía geográfica de grandes centros asistenciales, lo que es un error. La persona que vive en la esquina, al frente de este hospital, puede estar igual de aislada que personas que viven en la ruralidad. Aquí se trata de facilitar el acceso a la medicina especializada y oportuna, es un tema de distancia operativa, no geográfica. Hay que cambiar ese concepto, porque aún son muchos los pacientes que se sienten postergados por el sistema. Cuando nosotros partimos con el proyecto, éste se convirtió en un modelo de gestión normalizado y, por lo tanto, su escalamiento, desarrollo, medición de impacto y su viabilidad financiera, van a ser significantes porque serán un cambio de paradigma en salud”.

Un nuevo impulso

Uno de los centros que está “en línea” con Las Higueras es el Hospital de Linares, establecimiento que, a la espera de la inauguración de su nueva infraestructura, evidencia un grave problema de falta de especialistas. “Nosotros planteamos la incorporación de las tecnologías de la información para solucionar la falta de cobertura clínica que tenemos. El proyecto telemédico, a través del cual estamos conectados con el Hospital Las Higueras de Talcahuano, ha funcionado con bastante éxito, principalmente en las áreas de psiquiatría y cardiología”, comenta el doctor Rubén Bravo.

Sin embargo, el facultativo estima que, por diferentes circunstancias, el proyecto no ha crecido al ritmo esperado durante los últimos meses. “Me preocupa que la telemedicina no se esté desarrollando. Por alguna razón creo que está estancada, lo cual es preocupante porque, por ahora, es la única manera de poder acceder a especialistas de manera rápida. Veo que existen varias iniciativas, pero iniciativas dispersas y sin una política ministerial clara. El giro de los hospitales es salud, y lo que la gente busca en su hospital, en su posta o en su consultorio es atención de salud y me da la impresión que las tecnologías de la información se están aplicando más en lo que respecta a la administración y no a la gestión clínica. Creo que se está enfrentando el problema desde una perspectiva errada”, fundamenta.

El doctor Bravo asegura que la aplicación tecnológica al área administrativa puede mantener las cuentas en regla, pero eso también restringe brindar todas las prestaciones de salud necesarias. “Si yo cuadro las cuentas administrativamente estoy impidiendo de alguna manera dar prestaciones de salud, porque para mantener las cuentas cuadradas tengo que dejar de entregar prestaciones”, plantea.

Para él, el nuevo desafío que impone la telemedicina es cómo revitalizarla para que logre cumplir sus objetivos. “Yo creo que hay que sentarse a conversar, pero principalmente los actores más involucrados o interesados en que esto funcione. Me refiero, más que los profesionales de grandes ciudades, a los médicos que nos desempeñamos en regiones, que es donde hoy están centralizados los problemas. Pienso, y con mucho dolor lo digo, que moriré sin ver a médicos de todas las especialidades en mi hospital, de manera que tengo que buscar todos los medios que están a mi alcance para contar con un especialista, ya sea física o virtualmente”.

Según explica el director del establecimiento linarense, existe una experiencia muy positiva en este campo entre el Hospital de Santa Cruz y un grupo de médicos de la Clínica Alemana de Santiago, sin embargo, comenta que no es necesario que los profesionales estén concentrados sólo en un lugar, ya que si se realiza una planificación y coordinación adecuada, nuestro personal podría mantener interconsultas con especialistas de distintos puntos del país. “Para eso se requiere un fuerte apoyo ministerial y hoy veo que los esfuerzos son aislados. Debemos aunar criterios y pensar cómo incorporamos de mejor forma estas tecnologías al fortalecimiento prioritario de la gestión clínica, más que a la gestión administrativa, para así darle mejores prestaciones a nuestros usuarios”.

El doctor Albornoz asegura entender las críticas, pero su análisis es distinto. “La incorporación de la telemedicina a la salud es un fenómeno relativamente reciente en el mundo e incipiente en nuestro país, por lo tanto es normal que enfrentemos problemas complejos cuando hablamos de tecnología de la información y comunicación incorporada a la salud. No se trata sólo de lidiar con un tema tecnológico y su estandarización, sino que hablamos de la naturaleza del mismo, porque aquí hay un acto médico y el acto médico tiene implicancias administrativas, legales, financieras y éticas, que la sociedad juzga. Estamos hablando de un proceso en desarrollo y por lo mismo yo tendría una visión más bien positiva. Al momento de innovar, algunas cosas fracasan, otras quedan en pie y otras se van a desarrollar aún más. Eso es normal en un proceso de innovación y desarrollo, el cual implica recursos y esfuerzos. Esto puede aparecer como un proceso costoso, pero requiere atención en distintos aspectos para que resulte perfecto, por lo tanto, tenemos que aprender a tener paciencia. Nuestra sociedad tiene que girar hacia la innovación y ésta no ocurre mágicamente de la noche a la mañana. En resumen, la telemedicina es un proceso y creo que hay una gran definición política de querer hacerlo. Hay que asumir que la siguiente década va a ser una década de aprendizaje y de mucho desarrollo en el área. Ese es el mensaje correcto”. 

Las Higueras incorporó durante agosto de 2013 atención telemédica en el área de la nefrología, lo que representa un importante avance. “En 2008 se inició la consulta nefrológica de manera presencial, en la que los especialistas acudían a los Centros de Salud Familiar, una vez al mes, para resolver los problemas que presentaban los usuarios de esos establecimientos, además de orientar y clarificar dudas de los equipos de salud locales. Hoy, con Telepresencia, hacemos ese mismo trabajo, pero con un mejor uso del tiempo. Esto nos ha permitido, además, ampliar nuestra cobertura ya que a las personas de Talcahuano, sumamos Penco, Lirquén y Tomé. Mantenemos, por supuesto el policlínico de alta complejidad en el hospital, donde derivamos a los pacientes que no pueden ser manejados en la atención primaria”, explicó el doctor Hans Müller, médico jefe de la Unidad de Diálisis y Trasplante del recinto asistencial.

Traspasando fronteras

El Hospital Las Higueras de Talcahuano concretó un importante paso en el desarrollo de la telemedicina, tras establecer una alianza estratégica con la Universidad de Vanderbilt, Estados Unidos, convenio que posibilita el estudio, análisis y diagnóstico de casos locales por parte de expertos del establecimiento académico norteamericano.

El sentido colaborativo del programa permite que, ante la ausencia de especialistas o profesionales capacitados para resolver determinadas patologías, los pacientes puedan acceder, a través de facultativos del Hospital Las Higueras, a atención médica a distancia con expertos de la Universidad de Vanderbilt, quienes analizan los casos más complejos a través de encuentros virtuales y controles imagenológicos de última generación. Mediante la transmisión de imágenes de alta resolución y nitidez, como también el desarrollo de videoconferencias, se generan enlaces asistenciales destinados al traspaso de la información necesaria para dar respuesta a los usuarios. De esta forma, pacientes de comunas aisladas del país reciben diagnósticos de destacados médicos internacionales.

“Todos los usuarios tienen las mismas opciones, partiendo de la base que el proyecto está pensado para el sistema público de salud. Por lo mismo, decidimos ampliar la mirada y buscar ideas afuera. Si queremos mejorar el estándar de lo que tenemos en el país hay que mirar más allá de Santiago, y Estados Unidos es un referente en medicina, por lo tanto desde ahí debemos sacar lo mejor para replicarlo en Chile”, sostiene el doctor Julián Noche, integrante del proyecto telemédico del Hospital Las Higueras y quien además realiza una especialización en imagenología no invasiva, precisamente, en la Universidad de Vanderbilt.

Aplicación formativa

Considerando su rápida evolución y crecientes alcances, una de las finalidades más importantes de la telemedicina es promover la formación de las nuevas generaciones de profesionales del sector salud, así como realizar proyectos de investigación y evaluación. En este sentido, la Universidad de Concepción cumple un papel fundamental mediante una unidad especializada que se ha propuesto como misión incentivar la aplicación práctica de esta tecnología, fomentando su desarrollo como disciplina modernizadora e influir positivamente en la innovación.

Telmed UdeC, como se denomina, busca ser una entidad reconocida por promover la modernización, la innovación e investigación científica aplicada, constituyendo una instancia que incentiva la excelencia profesional y técnica, para propender al fortalecimiento del quehacer científico y académico de la Universidad de Concepción, asumiendo un rol de liderazgo en esta disciplina a nivel regional, nacional e internacional.

La unidad, ubicada en el primer piso de la Facultad de Medicina de la UdeC, cuenta con una sala multimedia, equipos de video conferencia, pantalla interactiva, equipos de captura y edición de video, digitalización de documentos y otros. La infraestructura se encuentra a disposición de estudiantes y docentes para llevar a cabo clases o exposiciones, a nivel de pregrado y postgrado, además de actividades extracurriculares, como el apoyo al proyecto Galileo.

Dentro de sus estrategias, se incluye desarrollar proyectos de asistencia técnica para instituciones educacionales y de salud con el propósito de transferir conocimientos y ofrecer soluciones académicas interdisciplinarias relacionadas con telemedicina; promover la conformación de redes de colaboración virtuales y presenciales, en las cuales de transfieran experiencias telemédicas, de innovación docente, de soporte tecnológico y de comunicaciones útiles para el desarrollo de la telemedicina como disciplina; y, también, fomentar la gestión del conocimiento para desarrollar capital intelectual y social.

Desde su creación, Telmed UdeC ha realizado numerosos programas de pre y postgrado, cursos de perfeccionamiento y discusiones de casos clínicos mediante videoconferencias, transmisión de cirugías en tiempo real y contactos internacionales. La integración curricular de videoconferencia en docencia clínica de obstetricia y neonatología, constituye la primera experiencia telemédica de la unidad. El proyecto, ejecutado durante el primer semestre de 2008 y presentado el 29 de mayo de 2009 en la Universidad de Chile, consistió en conectar el pabellón quirúrgico de obstetricia del Hospital Dr. Guillermo Grant Benavente con la unidad de telemedicina de la Universidad de Concepción, con el fin de transmitir técnicas de atención neonatal.

“Esta unidad surge como una necesidad a los tiempos actuales, sobre todo desde el punto de vista académico de los estudiantes que aloja la Facultad de Medicina, que son alumnos tanto de la carrera de medicina como de obstetricia y ginecología, enfermería, tecnología médica, kinesiología y fonoaudiología. Pensamos que es importante que ellos y también los docentes, incorporen dentro de su cultura académica que la telemedicina es una necesidad concreta y por ende tenemos que estar preparados para adquirir competencias clínicas que son una realidad y que se aplican en muchos establecimientos de salud para solucionar algunos de los problemas que existen en el país, como las grandes distancias geográficas, escases de recursos y falta de especialistas”, explica la doctora Angélica Avendaño Veloso, jefe de la Unidad de Telemedicina.

“Tenemos médicos que están vinculados con nosotros a través de proyectos o actividades, como la formación de los alumnos de postgrado en que utilizamos tecnologías de la información y comunicación en las áreas de otorrinolaringología y obstetricia y ginecología. Ahí existen programas establecidos, que ya son tradicionales, en los cuales los alumnos están conectados en tiempo real con universidades de Santiago y así parte de su programa de formación de postgrado lo hacen con nosotros mediante videoconferencia. El curso de otorrinolaringología es convocado por la SOCHIORL y en el caso de obstetricia y ginecología se trata específicamente del desarrollo de un módulo de medicina fetal y perinatal, que trabajamos en conjunto con las universidades de Chile y Católica. Ahora, en el caso del pregrado, nosotros tenemos una asignatura que se llama Introducción a la Telemedicina, donde se ofrecen cupos a las distintas carreras del área de la salud que alojamos, lo que significó una mejora en la malla curricular gracias a su componente tecnológico, de gestión, teórico y de aplicación práctica. También hemos incursionado en otras especialidades, como la coloproctología”, agrega la académica, autora del libro “Telemedicina y gestión del conocimiento. Modelo GC+T”.

Por su parte, la Facultad de Medicina de la Universidad de La Frontera de Temuco dio durante 2012 un importante paso en su vinculación con el desarrollo telemédico. A partir del mes de agosto, la Coordinación Académica de Recursos Informáticos, CARI, abrió un espacio en el soporte virtual YouTube, donde se pueden apreciar diversos procedimientos clínicos y actividades académicas de la carrera de obstetricia y puericultura y del área de ciencias básicas. Así se conformó un primer bloque de trabajos audiovisuales, que también incluye producciones en las áreas de neuroanatomía y anatomía topográfica.

“Todo está dentro del concepto de telemedicina que buscamos potenciar. Esto nos ha permitido mostrar procedimientos que son particularmente complejos a los alumnos, quienes así pueden verlos de forma más directa y trabajar con ellos de manera permanente”, comenta el doctor Fernando Matamala, director de CARI.

Junto con lo anterior, se han realizado transmisiones vía streaming y se implementó un circuito cerrado de televisión en la Unidad de Morfología del Departamento de Ciencias Básicas para transmitir actividades académicas desde el pabellón de los laboratorios a las salas de clases.

En tanto, la Universidad Austral de Chile, UACh, se encuentra apoyando un ambicioso proyecto impulsado por el Servicio de Salud Valdivia, que busca implementar una red de telemedicina en la Región de Los Ríos y cuya inversión supera los mil millones de pesos. La iniciativa busca, fundamentalmente, superar los problemas de conectividad y gastos de traslado de los usuarios de localidades rurales que requieren interconsultas con especialistas del Hospital Base de Valdivia. El programa de asistencia virtual es financiado por el Fondo de Desarrollo Regional y cuenta con equipos de teleinterconsulta, teleelectrocardiograma, ecografía multipropósito y video interactivo, dispuestos en los establecimientos que integran la Red Asistencial de Los Ríos para así poder interactuar y obtener respuestas rápidas en tiempo real desde centros especializados.

En este marco, la capacitación y certificación de los profesionales en esta materia, como también de los estudiantes de pre y postgrado que se incorporarán más tarde, resultan clave y por eso las facultades de Medicina y Ciencias de la Ingeniería de la UACh dictaron un diplomado en Telemedicina. “La existencia de la telemedicina en la región me parece muy relevante, pues esta nueva tecnología nos permite acercar a los especialistas con los pacientes, disminuyendo los tiempos de espera, como también capacitar a los médicos generales. Encuentro que este programa es un avance importantísimo que se puede replicar también en otras regiones”, opina el doctor Andrés Vera, médico del consultorio Externo Valdivia y alumno del curso de perfeccionamiento.

Ejemplos concretos de los cambios que, en diferentes niveles, se pueden apreciar cuando las tecnologías de la información y comunicación se aplican de manera efectiva a la gestión de salud. La telemedicina ha revolucionado los sistemas sanitarios, rompiendo paulatinamente dilemas y paradigmas que, en sus primeros años, planteaban grandes interrogantes. Hoy, aunque en Chile sea todavía un tema incipiente, su vertiginoso desarrollo es sinónimo de un proceso de transición, que las próximas generaciones tendrán plenamente incorporado.

El aumento de la cobertura y resolutividad, la disminución de los tiempos de espera, la mejor gestión de camas, el mayor acceso a especialistas y la formación y capacitación constante en este campo sienta las bases de un futuro insospechado, donde el ejercicio médico tiene el derecho ganado a soñar con grandes innovaciones y una salud sin límites.

“En el futuro van a existir centros terciarios especializados en cierto tipo de procedimientos complejos y de vanguardia, con cada vez menos pacientes ambulatorios que concurren a dichos centros y una gran red de entidades públicas y privadas que controlan estos pacientes y que se comunican entre sí. Visualizo que el médico general, esté donde esté, va a tener acceso desde su teléfono a un especialista virtual las 24 horas del día, los siete días de la semana. Las interconsultas se van a poder hacer de manera inmediata, con sólo apretar un botón. Imagino que van a existir centrales coordinadoras en centros de teleprocesos que programen la atención de los pacientes por prioridad clínica. Muy probablemente muchos controles de crónicos se van a efectuar por televisión desde los propios hogares. La educación de salud en estrategias preventivas primarias, secundarias y de rehabilitación llegará a las casas. Lo mismo que las herramientas de autocuidado. La hospitalización domiciliaria va a ser posible y tendremos acceso a especialistas y tecnología de punta en todas las ciudades, mediante centros integrados, en activa comunicación. Estaremos conectados con el mundo entero”, avizora el doctor Francisco Albornoz.

Por Óscar Ferrari Gutiérrez

Dr. Alberto Moreno Parra

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Dra. Angélica Avendaño Veloso

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Dr. Rubén Bravo Castillo

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