Smartphones: vectores potencialmente mortales
Un nuevo estudio publicado por la American Journal of Infection Control señala que, al igual que los dientes, los dispositivos móviles deben limpiarse regularmente, porque son caldo de cultivo de diferentes microorganismos.
En la actualidad, los teléfonos móviles se han convertido en una parte importante del moderno sistema de telecomunicaciones mundial. En muchos países, son utilizados por más del 50 por ciento de la población y el mercado sigue creciendo exponencialmente. Ya a fines de 2009, había en todo el planeta unos 4600 millones de contratos de telefonía celular.
Dado el gran número de usuarios de teléfonos móviles, para la Organización Mundial de la Salud (OMS) resultaba importante investigar, comprender y seguir de cerca las repercusiones que podrían tener estos aparatos sobre la salud pública. Los primeros dardos apuntaron a los efectos adversos en la salud provenientes de la exposición a los campos electromagnéticos (CEM); al rol de los campos magnéticos de frecuencias extremadamente bajas (ELF) en el desarrollo del cáncer en la niñez; y a los posibles riesgos de la radiación de radiofrecuencia (RF) de los teléfonos móviles, especialmente con respecto al cáncer al cerebro y a la función cognitiva.
El mayor estudio retrospectivo de casos y testigos realizado hasta la fecha, conocido como INTERPHONE, el cual fue coordinado por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) no pudo confirmar tales efectos.
Si bien el análisis de los datos internacionales combinados, procedentes de 13 países participantes, no reveló un aumento del riesgo de glioma ni meningioma con el uso del teléfono móvil durante más de 10 años, habría ciertos indicios de un aumento del riesgo de glioma en las personas que se hallaban en el 10 por ciento más alto de horas acumuladas de uso del móvil, aunque no se observó una tendencia uniforme de aumento del riesgo con el mayor tiempo de uso.
Los investigadores señalaron que los sesgos y errores limitaban la solidez de estas conclusiones e impedían hacer una interpretación causal. Basándose en buena parte en estos datos, el CIIC clasificó los campos electromagnéticos de radiofrecuencia como posiblemente carcinógenos para los seres humanos (grupo 2B), categoría que se utiliza cuando se considera que una asociación causal es creíble, pero el azar, los sesgos o los factores de confusión no pueden descartarse con una confianza razonable.
Aunque los datos obtenidos en el estudio INTERPHONE no indicaron un aumento del riesgo de sufrir tumores cerebrales, el uso cada vez mayor del teléfono móvil y la falta de datos referentes a su utilización por periodos de más de 15 años, hicieron evidente la necesidad de seguir investigando la relación del uso de este aparato con el riesgo de contraer cáncer cerebral.
Algunos centros hospitalarios tomaron sus propios resguardos, prohibiendo a los visitantes y al personal introducirlos en las áreas de los pacientes por temor a que pudiera interferir con los equipos médicos y los monitores. Para algunos esta medida fue considerada un tanto extrema. Sin embargo, una investigación publicada recientemente por la American Journal of Infection Control (AJIC, 2013; 41:1136-46) volvió a poner en primera línea a los smartphones y tablets al señalar que el verdadero riesgo que representan estos dispositivos en los hospitales es que están llenos de bacterias, algunas de las cuales son resistentes a los antibióticos y todas ellas capaces de infectar a pacientes y personal sanitario. Y los más preocupante: los móviles de los pacientes estarían doblemente contaminados que los que el personal introduce al hospital, posiblemente porque los profesionales de la salud aplican medidas de control de infecciones con más frecuencia.
Los “infiltrados” encontrados en estos aparatos son los mismos que ocasionan las infecciones intrahospitalarias, responsables de provocar aproximadamente cien mil defunciones en Estados Unidos, donde al año se registran 1.7 millones de infecciones contraídas en hospitales.
El estudio, encabezado por el doctor Dubert Guerrero, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Dakota del Norte, evaluó 30 iPads usados en su hospital y llegó a la conclusión de que hasta el 15 por ciento de ellos estaba infectado por bacterias potencialmente peligrosas, como el Staphilococus aureus o Clostridium difficile, que puede llegar a causar diarreas serias. También descubrieron la presencia de enterobacterias de las especies Salmonella typhi y Escherichia coli.
A diferencia de otros microorganismos, las bacterias tienen la capacidad de sobrevivir a condiciones climáticas extremas y algunas no requieren de oxígeno pudiendo causar una infección cuando se encuentran en grandes cantidades y consiguen una ventana de entrada como heridas o cuando son trasportadas a un hábitat distinto.
La proximidad de la nariz, boca u oídos con un teléfono, más allá de establecer cualquier tipo de comunicación, con el calor del cuerpo está engendrando una serie de bacterias o virus que pueden desencadenar en varias patologías lo que con la portabilidad de estos aparatos permite que lleguen a cualquier objeto o lugar.
La investigación destacó que en ocho tablets de las 30 analizadas, se encontraron niveles de alto riesgo de más de mil unidades de enterobacterias por hisopo. También se hallaron estos niveles en siete de los 30 smartphones. El peor diagnóstico se lo llevó una tablet y cuatro móviles en los que se hallaron 15 mil unidades por hisopo, algo alarmante considerando que los asientos de los inodoros tienen, normalmente, menos de 10 unidades por hisopo de enterobacterias.
Por eso, para los investigadores, la solución radica en mantener la pantalla táctil limpia, por eso también analizaron los principales métodos de limpieza: agua, alcohol, Windex y toallas húmedas Nice n’ Clean. El alcohol fue el que mejor calificación obtuvo, ya que su uso eliminó casi el 100 por ciento de bacterias. El agua, en comparación, resultó ser el peor método de limpieza con sólo un 20 por ciento de efectividad.
Todavía existe discrepancia entre lo que aconsejan los doctores y lo que sugieren los fabricantes de aparatos acerca de su limpieza, porque no hay productos que se venden específicamente para limpiar teléfonos móviles.
Por el momento los consejos son varios: lavarse periódicamente las manos con agua y jabón, usar alcohol en gel, aplicar las normas correctas para estornudar y toser, mantener limpio nuestros smartphones o tablets con pantalla touch screen o utilizar algún plástico sobre la pantalla que pueda limpiarse y cambiarse con facilidad.
