Rutinas que dan claridad
Un grupo de investigadores chinos publicó un interesante estudio en la revista JAMA, en el cual se afirma que el aumento de actividades al aire libre reduce el riesgo de miopía infantil.
Según comenta el neuropsicólogo y psicoterapeuta español, Álvaro Bilbao, autor del libro “El cerebro del niño explicado a los padres”, Bill Gates y Steve Jobs establecieron una serie de restricciones a sus hijos para limitar el uso del computador o tablet. “Son una buena herramienta si se usan sabiamente, pero desde mi punto de vista es más útil enseñar caligrafía al niño, porque activas otras áreas del cerebro”, agrega el doctor en psicología de la salud de la Universidad de Deusto, cuyas conferencias despiertan gran interés en Europa y suelen convocar a cientos de profesionales que pretenden actualizar conocimientos en torno al desarrollo cerebral a nivel pediátrico.
Para el experto y colaborador de la Organización Mundial de la Salud, “educar es impulsar a nuestros hijos a crear conexiones valiosas en su cerebro. Casi todos queremos que ellos se sientan seguros, que tengan confianza y que se sientan felices. Ayudarles a conectar la parte emocional del cerebro con la parte racional es posiblemente una de las mejores estrategias para lograrlo”. El especialista dicta cátedra sobre rehabilitación de la memoria en distintas universidades españolas, donde, si bien no se declara un enemigo de las nuevas tecnologías, sí cuestiona los estudios que sugieren que el uso de estos dispositivos contribuye al desarrollo del cerebro.
“Cuando queremos estimular la inteligencia de una persona, estimular su memoria, lo mejor que podemos hacer es ponerlo frente a otro ser humano, más aún si trata de un niño. Hay niños que saben usar una tablet pero nunca han hecho la voltereta”, suele aseverar frente a audiencias que también están colmadas de hombres y mujeres que buscan consejos para lo que es, probablemente, una de las experiencias más absorbentes y al mismo tiempo cautivantes de sus vidas, la paternidad y maternidad. “La parte más importante de mi currículum es que soy padre de tres hijos”, enfatiza.
Más allá de la perspectiva de este académico, existen distintas investigaciones científicas que confirman que los niños que pasan más tiempo frente a tecnologías de este tipo tienen mayor probabilidad de desarrollar trastorno de déficit de atención, problemas de comportamiento, depresión y obesidad. A estos complejos cuadros se debe sumar la miopía infantil, cuya incidencia estaría en rápido aumento por el abuso de computadores, televisores y dispositivos móviles, de acuerdo a lo planteado por el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas (CNOO) de España.
La miopía es una falla en la funcionalidad del ojo, donde la luz entrante, en lugar de hacerlo en el fondo del ojo, como es normal, converge por delante de la retina. La corrección de esta alteración, medida en dioptrías negativas, es a través del uso de lentes divergentes, que hacen converger la luz en la zona correcta del ojo, aunque para algunos casos también se puede utilizar una alternativa quirúrgica.
Como el ojo miope presenta dificultades para enfocar bien los objetos distantes, es común que se produzca dolor de cabeza, estrabismo o incomodidad visual. Los miopes no ven bien a distancia, pero a medida que el objeto se acerca al ojo, llega un momento en que se puede hacer foco sobre la retina, logrando una correcta visualización.
En los niños este defecto puede presentarse por causas hereditarias o bien se gatilla por la excesiva luz que generan computadores o televisores, muchas veces a muy poca distancia del ojo. Pasar largo tiempo leyendo en condiciones inapropiadas puede desembocar en un cuadro conocido como “miopía escolar”, fácilmente advertido por padres o profesores debido a síntomas como escozor en los ojos, cansancio luego de actividades visuales, lagrimeo o baja comprensión lectora. Eso en una primera etapa, ya que después se puede sumar la mala postura del cuerpo y cabeza, frotación constante de los ojos, parpadeo exagerado y fruncimiento del ceño al leer o escribir.
La aparición de la miopía infantil es inesperada y repentina. De un momento a otro el niño acusa imágenes borrosas y a partir de ese instante su avance es rápido. En España, es muy común encontrar niños con excelentes capacidades intelectuales, pero que no logran un rendimiento escolar satisfactorio, lo que sería resultado de esta anomalía visual. La CNOO asegura que en ese país tres de cada diez niños arriesgan su normal proceso educativo debido a este problema.
En Chile, de acuerdo a datos de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, desde 2010 hasta el primer trimestre de 2014, se pasó de 19 a 51,8 dispositivos de acceso a internet por cada 100 habitantes. Si a la utilización de smartphones, computadores y tablet se suma un creciente uso de televisores y consolas de videojuegos, entre otros, es fácil concluir que un número cada vez mayor de personas se ven expuestas a pantallas en la casa, en la oficina e incluso en el trayecto entre ambos puntos. Aquí tampoco hay que olvidar las pantallas que suelen instalarse en los autos para combatir el aburrimiento de los niños, lo que podría traer serias consecuencias a la salud visual.
En este contexto, de forma coincidente con el Congreso chileno de pediatría que se realiza esta semana en Puerto Varas, se dio a conocer un estudio publicado en la revista JAMA que afirma que la actividad al aire libre ayudaría a prevenir enfermedades visuales como la miopía. Los autores del trabajo, pertenecientes a la Universidad Sun Yat-sen (China), aseguran que los niños que pasan 40 minutos más en lugares abiertos, en comparación a otros menores de edad, tendrían menor riesgo de manifestar esta alteración.
Beneficios desmesurados
La miopía ha alcanzado niveles epidémicos en adultos jóvenes, adolescentes y niños en algunas zonas urbanas de Asia Oriental y Sudeste Asiático. En estas áreas, entre el 80 y 90 por ciento de los graduados de secundaria padecen miopía, un trastorno que parece ir en aumento, más lentamente, en las poblaciones de origen europeo y de Oriente Medio.
El doctor Mingguang He lideró una investigación que involucró a un grupo de niños de primer y segundo grado de 12 escuelas de Guangzhou, cuyo promedio de edad fue de 6,6 años. En la mitad de estos establecimientos educacionales se incorporó una clase diaria de 40 minutos al aire libre, junto con motivar a los padres a realizar actividades en parques o plazas, sobre todo durante los fines de semana y festivos. En tanto, otro grupo de alumnos mantuvo su rutina.
Tras tres años, la incidencia de miopía fue del 30,4 por ciento entre los niños que pasaron más tiempo al aire libre, frente a un 39,5% entre los niños que no modificaron su estilo de vida. Esa diferencia fue menor de lo esperado, “pero es clínicamente importante, dado que algunos niños pequeños que contraen miopía pronto probablemente lleguen a tener miopía alta, lo que aumenta el riesgo de miopía patológica”, subraya el equipo de la Universidad Sun Yat-sen.
“Por tanto, retrasar la aparición de la miopía en los niños pequeños, que tienden a tener una tasa más alta de progresión, podría ofrecer beneficios a largo plazo desmesurados para la salud ocular”, recalca el doctor He. En la miopía alta, el globo ocular se estira y se alarga demasiado, mientras que la miopía patológica o extrema es una afección poco común que conduce a la ceguera, según los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos.
“Aunque recetar este método con la intención de ayudar a prevenir la miopía aparentemente no conlleva ningún riesgo, los padres deben comprender que es probable que la magnitud del efecto sea pequeña y la duración es incierta. Futuros estudios deben incluir información sobre el tipo de actividad adicional al aire libre y si ésta se podría estandarizar”, plantea el doctor Michael Repka, autor de una editorial que acompaña la presentación del trabajo.
Establecer el efecto a largo plazo de rutinas al aire libre sobre el desarrollo y evolución de la miopía infantil cobra especial relevancia, porque la intervención es, en esencia, gratuita, y podría tener otros beneficios a la salud.
