Los avances que revolucionan la neurociencia
Mientras en Chile SONEPSYN celebra el mes del cerebro con distintas actividades destinadas a difundir en la comunidad los alcances de cuatro enfermedades neurodegenerativas, en el mundo se dan a conocer diversos progresos científicos que ponen a este órgano en la primera línea de la medicina.
La psicosis, el Parkinson, el alcoholismo y el traumatismo encefálico son los ejes temáticos centrales que la Sociedad de Neurología, Psiquiatría y Neurocirugía de Chile, SONEPSYN, decidió poner en la agenda pública durante la cerebración del Mes del Cerebro 2013, actividad que en nuestro país se está desarrollando durante abril y que es coordinada por el maestro de la neurología, doctor Luis Cartier, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y académico del Departamento de Ciencias Neurológicas Oriente, en Santiago.
Lo anterior es parte de una campaña global que en España, por citar un ejemplo, se conmemoró durante siete días y que es conocida como la semana del conocimiento del cerebro, cuyo fin, tal como en Chile, es transmitir a la comunidad los progresos y beneficios de la investigación de este órgano.
La idea nació de la Alianza Dana para Iniciativas del Cerebro, una organización sin fines de lucro respaldada por la Fundación Dana e integrada por más de 300 destacados neurocientíficos de distintos países, que se han propuesto generar conciencia en la ciudadanía sobre las muchas veces devastadoras consecuencias de las enfermedades y trastornos neurológicos, como también entregar información sobre el cerebro de manera comprensible y accesible para todos. Siguiendo esta premisa, a nivel mundial se aúnan voluntades a nivel de sociedades científicas, universidades, agencias gubernamentales y otras organizaciones para realizar difusión.
Este esfuerzo colectivo ha tenido un fuerte eco en Chile. Prueba de ello es el despliegue de especialistas de SONEPSYN desde Iquique hasta Coyhaique, los que han tenido la misión de coordinar localmente las actividades de promoción en el país. Los médicos Arturo Escobar, Percy Born, Roberto Rojas, Germán Cueto, Fernando Novoa, Hernán Rodríguez, Víctor Sánchez, Juan Carrasco, Óscar Jiménez, Gonzalo Quiroz, Marcelo Leiva, Juan Vukusic, Sabha Yunes y Carlos Guerrero han estado a cargo de esta tarea y junto a sus equipos se encuentran visitando colegios, hospitales, consultorios, universidades y recintos municipalizados con el objeto de dictar charlas didácticas y entregar información sobre el alcoholismo, psicosis, Parkinson y traumatismo encefálico, de tal modo de incentivar la prevención y la consulta, detectar oportunamente los respectivos síntomas y discutir los cuidados y conductas post diagnóstico.
Tejidos transparentes
Coincidentemente con esta conmemoración, durante los últimos días se han divulgado los resultados de tres importantes investigaciones en torno al cerebro, las que podrían abrir nuevos caminos para el desarrollo de la neurociencia. Uno de ellos es el trabajo de un grupo de científicos de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, quienes lograron generar las condiciones para estudiar las diferentes estructuras del órgano, e incluso sus neuronas, sin la necesidad de diseccionarlo. A través de la aplicación de una novedosa tecnología, consiguieron transparentar por completo un cerebro de roedor, técnica que puede ser utilizada bajo los mismos parámetros en el cerebro humano.
Los detalles de esta nueva herramienta clínica, bautizada como Clarity, se publicaron en la revista británica Nature, donde se describe cómo el procedimiento tridimensional deja al descubierto las neuronas, estructuras moleculares, fibras y conexiones nerviosas, augurando así un gran potencial, entre otros, para el análisis del proceso de aprendizaje, la formación de la memoria y el tratamiento de patologías como el Alzheimer.
El proyecto contempló una serie de procedimientos químicos que transformaron los tejidos biológicos preservando su integridad, volviéndolos transparentes y permeables a las macromoléculas. Los científicos captaron los lípidos del cerebro, responsables de mantener la estructura de este órgano e impedir que la luz entre en su interior, sin ningún tipo de alteración, inyectando luego un gel especial que elimina la opacidad del tejido cerebral.
Aunque ya desde hace varios años se trabaja con cerebros de ratones y embriones transparentes para poder observar con fluorescencias distintos órganos y tejidos, en esta oportunidad el hidrogel utilizado mejora considerablemente la calidad de la imagen, resultados que se han repetido en la experimentación con cerebros humanos que se conservaban en bancos de tejidos, procedentes de donaciones. A través de distintas tinciones se han podido analizar funciones cerebrales, genéticas y anatómicas a partir de un solo cerebro, sin fraccionarlo repetidas veces en el laboratorio como ocurría con el método tradicional.
Sin lugar a dudas, este procedimiento revolucionará la metodología de estudio de la anatomía del cerebro, como también la transformación que sufre cuando se ve atacado por las patologías neurodegenerativas. La información obtenida y conclusiones que se desprendan de la aplicación de esta técnica podrían cambiar las estrategias de prevención y los tratamientos contra estas enfermedades.
Nexo genético
Paralelamente, un equipo de investigadores publicó en la revista The Lancet un interesante estudio que plantea la existencia de un nexo genético entre varias enfermedades psiquiátricas, como el autismo, la esquizofrenia, el trastorno bipolar, la depresión y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Los científicos descubrieron cuatro regiones del ADN que se relacionan con estas patologías mentales, lo que muchas veces dificulta distinguir las fronteras entre éstas.
Aunque aún resulta temprano aventurar el desarrollo de nuevos tratamientos, el análisis proporciona la primera evidencia de que cinco enfermedades psiquiátricas que se manifiestan durante la niñez o en la edad adulta y que se tratan como categorías distintas, efectivamente comparten factores genéticos moleculares de riesgo. Estos hallazgos, por ende, podrían ayudar a mejorar la clasificación de las enfermedades psiquiátricas.
Por otro lado, la revista New England Journal of Medicine publicó recientemente los resultados de una sorprendente investigación, realizada en la Universidad de Columbia, que plantea que no sólo sería posible observar el dolor en imágenes del cerebro, sino que por primera vez también se podría medir su intensidad y determinar si un tratamiento farmacológico es o no efectivo.
En el estudio participaron 114 voluntarios que se sometieron a cambios de calor en su antebrazo, a diferentes temperaturas y en ningún caso lo suficientemente intensas como para causar daños en la piel y sólo por lapsos no superiores a 20 segundos. Posteriormente se utilizaron imágenes de una resonancia magnética funcional que registró los cambios en la actividad cerebral en las personas, en base al flujo de sangre. A partir de estas imágenes los computadores generaron patrones que se iluminaban ante la presencia del dolor.
Aunque la investigación se encuentra en etapas preliminares, los autores se muestran esperanzados en que el cerebro pueda así proporcionar un indicador más fidedigno sobre el dolor, ya que la información que entrega el paciente es insuficiente y abiertamente subjetiva. Estos avances beneficiarían principalmente a los individuos que tienen poca o nula capacidad de comunicación, como los bebés, las personas con demencia u otro tipo de incapacidad física o intelectual.
De esta forma se abre la posibilidad de medir el dolor y entender una experiencia que hasta el momento sólo se sustentaba en el relato del afectado y que, además, responde a una de las razones más habitual de consulta con los especialistas. En definitiva, progresos que dejan a la neurociencia en la primera línea de la innovación, análisis y discusión médica, justo cuando en Chile una de las sociedades científicas más tradicionales y consolidadas se aboca a mantener informada y actualizada a la población sobre la importancia de prevenir, diagnosticar y tratar de manera acertada las patologías cerebrales.
