Thiel soft-fix method:
La nueva técnica para investigar los cuerpos
Promovida en Austria esta nueva manera de practicar embalsamamiento produce cadáveres realistas para el empleo médico, una nueva herramienta tecnológica que permitirá no sólo mejorar las habilidades quirúrgicas, sino que también descubrir y adoptar nuevos procedimientos médicos.
La figura de Leonardo da Vinci fue crucial en el desarrollo de la cultura occidental, por algo se le ha llamado el padre del alto Renacimiento. A los 15 años, su padre lo envió como aprendiz al taller de Andrea del Verrocchio, importante, escultor, pintor y orfebre de Florencia. Su preocupación por la calidad y su interés por expresar la movilidad vital de la figura humana fueron elementos importantes en la formación artística del joven genio, quien se inició en diversas actividades, desde la pintura de retablos y tablas, hasta la elaboración de grandes proyectos escultóricos en mármol y bronce.
Desafiando la tradición eclesiástica, estudió la anatomía humana, participando en la disección de cadáveres de criminales en la Facultad de Medicina de la ciudad. Como en aquella época no existían la refrigeración o la conservación con formol y los cuerpos se descomponían muy rápido, Leonardo debía trabajar rápidamente, realizando observaciones y apuntes con gran curiosidad. Sus estudios de anatomía le permitieron conocer las proporciones físicas de las personas, logrando bosquejos de asombrosa exactitud al representar la figura humana, que constituyen verdaderas obras de arte en la actualidad.
Para llegar a ser un buen artista, Leonardo estaba convencido que se debía conocer de manera perfecta y acabada el cuerpo humano. Su interés por la anatomía lo llevó a transformarse en un hombre innovador: fue el primero en seriar sus disecciones y, en el arte, introdujo técnicas gráficas nuevas como la representación en cortes transversales, ya que siempre quiso copiar con precisión científica la realidad observada.
Sus estudios anatómicos recogidos en el Manuscrito Anatómico A se centraron en la osteología y la miología, y en sus láminas se plasmaron los intentos de comprender el funcionamiento humano que incluso se usan en las escuelas de medicina de hoy, donde el cuerpo humano sigue siendo un misterio en muchos de sus aspectos y en un desafío pendiente que tiene la ciencia.
Siglos más tarde, en Austria, gracias a los avances de la ciencia y la tecnología en medicina, es posible conservar cuerpos de manera más natural. Este pionero método de embalsamamiento –Thiel soft-fix method- permitirá que estudiantes y profesionales de la salud puedan perfeccionar sus habilidades quirúrgicas y así favorecer la adopción de nuevas técnicas y tecnologías en esta área.
El embalsamamiento suave fue creado a principios de 1960 por el anatomista Walter Thiel, quien comenzó a buscar una alternativa a los efectos nocivos del formaldehído. Todo empezó en su carnicería del sur de Austria, cuando notó que el jamón curado con salmuera tenía una mejor textura que la preservada con formaldehído de su laboratorio.
Comenzó a investigar sobre el tema y desarrolló una técnica (Anales de Anatomía (1992) 174:185-195; (2002) 184:267-269) que se basó en una mezcla de compuestos de sal y muy bajas cantidades de formaldehído volátil y formalina, lo que causó un efecto en la fijación de tejido con un número de propiedades únicas.
Los cadáveres conservados con el método de Thiel no tienen olor detectable, tienen una gran flexibilidad natural, una excelente conservación del color de los músculos, las vísceras y vasos sanguíneos, y las fantásticas propiedades de conservación antimicrobianas. Los cuerpos se pueden diseccionar sin necesidad de usar guantes y pueden permanecer a temperatura ambiente.
Además, con la introducción de líquido de embalsamar a través de la arteria iliaca externa y el drenaje del seno sagital superior, ahorra al cuello inferior y a regiones del triángulo femoral de daños durante el procedimiento de embalsamamiento.
Los cadáveres deben estar en un tanque, en el que son remojados y transferidos a bolsas de plástico. Antes del proceso, tienen que ser afeitados para que el pelo no se transforme en algo viscoso con los fluidos. Cada cuerpo necesita de 20 litros de líquido de preservación. Posteriormente, se les inyecta colorante rojo para darle un color más realista a los vasos sanguíneos y a la carne.
Este procedimiento presenta una serie de ventajas didácticas significativas sobre los métodos tradicionales de embalsamamiento: tanto la piel como los músculos mantienen su flexibilidad, lo cual permite el movimiento de las extremidades; los órganos internos también son claramente identificables y responden al bisturí del cirujano como si fueran los de un cuerpo con vida, lo que facilita el entendimiento sobre cómo el cuerpo puede responder a una operación quirúrgica particular.
La posibilidad de que los cirujanos puedan probar una técnica sobre un cadáver antes de operar a un paciente vivo, les permite a ellos y a los estudiantes de medicina entender la anatomía, minimizar daños potenciales y ensayar el procedimiento antes de llevarlo a la práctica de verdad.
Este método de embalsamamiento, que para algunos puede resultar macabro, es una herramienta muy prometedora para otros usos educativos innovadores en la enseñanza anatómica y clínica de los futuros profesionales de la salud del mundo, algo que el mismo Thiel nunca imaginó.
