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05 Junio 2023

¿Es necesario dormir más en invierno?

Falta de luz natural y bajas temperaturas interrumpen el ciclo de sueño y vigilia. Estudio alemán revela que se deben cambiar los hábitos durante los meses fríos y oscuros para mantenernos saludables y productivos.

El sueño es un fenómeno que provoca profunda fascinación. Si bien el interés científico y médico es reciente, desde la antigüedad filósofos, escritores y religiosos de diversas culturas quisieron entender cuáles son sus mecanismos fisiológicos y el sustrato neuroanatómico que ha estado envuelto de misterio, controversias y especulaciones. 

Hoy sabemos que se trata de un proceso fisiológico de vital importancia para la salud integral de los individuos. Es fundamental para mantener la salud física y mental. Se ha demostrado que promueve la memoria [1], regula emociones [2], mejora funciones metabólicas [3] y el balance energético, modera el sistema inmunitario [4] y desempeña un papel fundamental en el equilibrio entre estrés y recuperación a través de su influencia en la actividad del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal [5].

Sin embargo, un grupo de científicos de la Charité Universitätsmedizin de Berlín en Alemania se propuso investigar si la arquitectura del sueño humano varía sustancialmente según las estaciones [6].

Respuesta a la adversidad del entorno

La hibernación es un proceso natural a través del cual ciertos animales (osos, murciélagos, tortugas y mariposas) reducen su metabolismo para ahorrar energía y así enfrentar situaciones desfavorables del ambiente. Este mecanismo de defensa "desactiva" sus organismos de manera temporal, hasta que su hábitat resulta ser más adecuado para continuar con sus vidas, lo cual les permite no migrar a lugares más cálidos durante el invierno en busca de comida [7].

Estos cambios fisiológicos y de comportamiento también se aprecian en animales que habitan en climas cálidos. Al fenómeno se le conoce como estivación, una especie de "letargo veraniego" en el que algunas especies (Otala láctea, Xenopus laevis, Hypera postica) entran a un sueño profundo para ayudarlas a combatir las altas temperaturas de la época del año.

Aunque los humanos no hibernamos, en invierno tenemos un sueño de movimientos oculares rápidos (REM, por sus siglas en inglés) más largo en comparación con el verano y uno menos profundo en otoño. Esto se debe, principalmente, al cambio de estación que modifica la duración del día y la exposición de luz.

El dormir activa fuertemente el cerebro en dos fases: NO REM y REM (durante la cual se producen las experiencias oníricas), las que -al mismo tiempo- atraviesan de cuatro a seis ciclos por noche, que pasan del descanso ligero al profundo y se reinician cada 80 a 100 minutos [8]. 

Más sueño REM invernal

El equipo de científicos dirigido por la doctora Aileen Seidler de la Charité Universitätsmedizin reclutó a 292 individuos que se habían sometido a polisomnografías en la Clínica de Sueño y Cronomedicina del Hospital St. Hedwig de Berlín. 

Estos estudios se llevan a cabo regularmente en pacientes que experimentan dificultades para dormir utilizando un laboratorio especial donde se pide a los afectados que reposen de forma natural sin despertador. En este entorno, se puede controlar la calidad y el tipo de sueño, así como su duración.

Se excluyó a aquellos que tomaban medicamentos que alteran el proceso, a los que presentaron fallos técnicos durante la prueba y a quienes tenían latencia del sueño REM de más de 120 minutos. Quedaron 188 candidatos. 

A pesar que los individuos se encontraban en un entorno urbano con baja exposición a la luz natural y alta contaminación lumínica, lo que debería afectar a cualquier estacionalidad regulada por este factor, los científicos encontraron cambios sutiles, pero sorprendentes, a lo largo de las estaciones.

Aunque el tiempo total de descanso parecía ser una hora más largo en invierno que en verano, este resultado no fue estadísticamente significativo. Sin embargo, el sueño REM fue 30 minutos más extenso en la estación más fría y oscura del año. 

Se sabe que está directamente relacionado con el ritmo circadiano, que se ve afectado por el horario del sol, ya que es la fuente de luz más potente a la cual estamos expuestos. Aunque el equipo reconoció que estos resultados deberían validarse en una población que no experimente dificultades para dormir.

En contra de la biología

"Esta investigación debe replicarse en una gran cohorte de sujetos sanos. La estacionalidad es omnipresente en cualquier ser vivo de este planeta. Aunque seguimos funcionando sin cambios durante el invierno, la fisiología humana se regula a la baja. Por lo que las sociedades necesitan ajustar duración y tiempo de sueño o los horarios escolares y laborales según la temporada", explica el doctor Dieter Kunz, coautor del trabajo.

Más si consideramos que la mayoría de las personas mantiene un patrón similar los 365 días: se van a la cama después de mirar televisión, alrededor de las 10:30 a 11:00 de la noche y se levantan a partir de las 6:00 de la mañana. En el caso de los niños, a lo más, se los envía a dormir una a dos horas antes.

Los relojes biológicos afectan a toda actividad del individuo e imponen una ritmicidad diaria a numerosas funciones, por ejemplo al sueño y vigilia, pero también a aquellas relacionadas con procesos fisiológicos, metabólicos y hormonales.

Estos hallazgos proporcionan la primera evidencia de la necesidad de ajustar los hábitos de sueño, no los husos horarios, según la estación. Tal vez, la solución es acostarnos temprano en los meses más oscuros y fríos del año.

Referencias
[1] Leong RLF, Cheng GH, Chee MWL, Lo JC. The effects of sleep on prospective memory: a systematic review and meta-analysis. Sleep Med Rev. 2019;47:18–27.
[2] Baglioni C, Spiegelhalder K, Lombardo C, Riemann D. Sleep and emotions: a focus on insomnia. Sleep Med Rev. 2010;14(4):227–38.
[3] Morselli LL, Guyon A, Spiegel K. Sleep and metabolic function. Pflugers Arch. 2012;463(1):139–60.
[4] Besedovsky L, Lange T, Born J. Sleep and immune function. Pflugers Arch. 2012;463(1):121–37.
[5] van Dalfsen JH, Markus CR. The influence of sleep on human hypothalamic-pituitary-adrenal (HPA) axis reactivity: a systematic review. Sleep Med Rev. 2018;39:187–94.
[6] Seidler A, Weihrich KS, Bes F, de Zeeuw J, Kunz D. Seasonality of human sleep: Polysomnographic data of a neuropsychiatric sleep clinic. Front Neurosci. 2023;17:1105233.
[7] Wie funktioniert der Winterschlaf? https://smartsleep.com/blogs/schlafmagazin/winterschlaf
[8] How Sleep Works. Sleep Phases and Stages. https://www.nhlbi.nih.gov/health/sleep/stages-of-sleep

Por Carolina Faraldo Portus

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