SAVALnet CL

https://www.savalnet.cl/mundo-medico/reportajes/el-trote-del-equino-sanacion-a-traves-del-movimiento.html
09 Noviembre 2015

El trote del equino: sanación a través del movimiento

  • Dr. Luis Guerrero Cerda

    Dr. Luis Guerrero Cerda

  • Liz Hartal

    Liz Hartal

  • Klga. Renate Bender

    Klga. Renate Bender

Desde los tiempos de Hipócrates, 460 a.C, se ha hecho referencia al llamado milagro terapéutico que produce el ritmo de la equitación en la salud de pacientes, En la actualidad, la denominada hipoterapia colabora en el tratamiento de patologías como el autismo, esclerosis múltiple y síndrome de down.

Procedente del griego “Hippos”, caballo, esta técnica se refiere a la alternativa terapéutica basada en el movimiento multidimensional del caballo para el tratamiento de diferentes afecciones físicas y mentales.

En la actualidad, niños y adolescentes son quienes mayores beneficios terapéuticos obtienen, mejorando patologías como el autismo y algunos síntomas como la incapacidad de demostrar afecto, la hiperactividad, incluso pacientes en sillas de rueda y que han logrado caminar después de un tiempo. Estos son algunos de los milagros que el movimiento específico de un caballo puede conseguir.

Pese a no ser una terapia muy tradicional en Chile, existen varios centros que trabajan esta metodología y que se han ido abriendo paso en la conciencia de las personas. Quienes la promueven, aseguran que el efecto beneficioso del movimiento del caballo se conoce desde hace miles de años, en la época donde los griegos aconsejaban practicar equitación con el fin de mejorar el estado anímico de los enfermos incurables, incluso el propio Hipócrates, en uno de sus tantos escritos, comentaba sobre los saludables resultados que esta práctica traía. Más tarde, en el siglo XVII, la medicina utilizó la equitación como método para combatir la gota, enfermedad que por ese entonces causaba importantes pérdidas.

Los inicios

Durante la historia de la humanidad, el caballo ha estado al lado del hombre sirviéndole como medio de transporte, de trabajo en la agricultura y la ganadería como también en las contiendas bélicas.

Pese a ello, los primeros datos referidos a la hipoterapia -propiamente como terapia- provienen del año 1875, época en la que el neurólogo francés Chassiagnac descubrió que el caballo en movimiento mejoraba notablemente el equilibrio y el control muscular de sus pacientes. 

Fue así como a fines de la Primera Guerra Mundial, en Gran Bretaña, Olive Sands, dama inglesa que trabajaba como voluntaria en el Hospital Ortopédico de Oswentry recoge la teoría y pone a disposición sus caballos para el beneficio de los pacientes ahí atendidos, consiguiendo excelentes resultados. Acto que conlleva a la formación del primer grupo de equinoterapia para atender al gran número de heridos de la Primera Guerra Mundial en el Hospital Universitario de Oxford. 

Pese a que la técnica pasa a ser bastante reconocida en el círculo de la medicina, termina por acaparar el interés de la comunidad cuando Liz Hartal, practicante de equitación, quien a sus 16 años sufre una grave poliomielitis, sin embargo continuó con su entrenamiento. Luego, en las Olimpiadas de 1952 obtiene la medalla de plata en adiestramiento compitiendo con los mejores jinetes del mundo. Al subir al podio con sus dos muletas despertó el interés de la comunidad médica, llamando la atención de muchas personas en relación a los beneficios potenciales de la relación con el animal.

Finalmente, a partir de 1960 se generaliza su empleo de forma progresiva en Alemania, Austria, Suiza, Noruega, Inglaterra y Francia, comenzando a emplearse el término hipoterapia.

En 1987 se funda la American Hippotherapy Association. La especialidad fue reconocida en Estados Unidos en 1999.

Metodología:

Antes de cualquier proceso, lo fundamental es que el paciente entre en relación con el animal, esto es algo fundamental ya que la confianza ayudará a conseguir un estado de relajo y en consecuencia la eficacia de la terapia.

En los primeros contactos, la persona deberá acercarse al caballo, acariciarlo, darle de comer y muy importante, generar un contacto físico para tomar conciencia del volumen del animal, de su cuerpo. Importante es aclarar que el objetivo de la hipoterapia no es que el paciente aprenda a montar, simplemente deberá colocarse sobre el caballo, acompañado en todo momento por el fisioterapeuta quien vigilará que se adopten las posiciones que faciliten la circulación sanguínea, mejoren el equilibrio y el sentido espacial.

El lugar específico donde se debe sentar es en la cruz del caballo, lugar donde la columna es más alta, en este punto se reciben los movimientos de los músculos anteriores y posteriores, que son los que provocarán el estímulo. Por lo general, las primeras sesiones tienen una duración que va desde los 15 hasta los 30 minutos, dos o tres veces por semana. A medida que el paciente va mejorando, estos tiempos se amplían, llegando a sesiones de una hora.

Pero, ¿qué es lo que realmente le ocurre al cuerpo fisiológicamente? el movimiento de vaivén que genera el caballo es muy similar a los que realiza el cuerpo humano al caminar. Esto genera que la persona se vea obligada a reaccionar frente a una serie de estímulos producidos por el trote del equino, adaptándose y respondiendo naturalmente frente múltiples y diferentes sensaciones.

Por todo ello, esta terapia ha demostrado ser de utilidad en personas con problemas de variada índole: esclerosis múltiple, parálisis cerebral, autismo, síndrome de down, espina bífida, traumas cerebrales y enfermedades neurodegenerativas, entre una larga lista de otras afecciones.

El caballo ha demostrado ser un animal enormemente perceptivo, el cual es capaz de identificar que una persona es diferente a los demás y por ende se comporta de forma distinta a como lo haría con cualquier otro jinete, lo cual contribuye al éxito de la terapia.

Hipoterapia en Chile:

En nuestro país, la hipoterapia comenzó a aplicarse en 1986, con la llegada a Chile de la kinesióloga alemana Renate Bender, quien unió su deporte favorito con su profesión especializándose en esta área e iniciando sus actividades en instalaciones del Ejército de Chile y en los campos deportivos de la Universidad Católica de Chile. 

En marzo de 1992, Bender fundó junto al criador de caballos, Ronald Wilkins, la Sociedad Chilena de Kinesiterapia e Hipoterapia, la primera y más antigua institución en el país en practicar esta técnica.  

En 1995 la Fonadis (Fondo Nacional de la Discapacidad) aprobó el primer proyecto de hipoterapia para beneficiar a 40 niños y jóvenes con discapacidad. El año 1996 la municipalidad de Las Condes comienza con el primer proyecto en la comuna. A partir de los grandes logros obtenidos en su realización, se decidió crear un programa permanente en los diferentes centros ecuestres del Ejército y de Carabineros de Chile, con el objetivo de ampliar la posibilidad de rehabilitación de la mayor cantidad de personas con discapacidad que lo necesitaran de forma gratuita. 

Luego, en marzo del 2004 un equipo multidisciplinario, compuesto por José Miguel Manzo Ruiz (instructor de equitación terapéutica); Francisco Urra Riveros (ex oficial del ejército); y Florencia Cortes Campos (kinesióloga), viajan a la ciudad de Montevideo en Uruguay a perfeccionarse en un curso avanzado de hipoterapia, organizado por la Asociación Nacional de Rehabilitación Ecuestre (ANRE). Este grupo, es el primero del país en recibir formación profesional en esta innovadora modalidad de terapia para rehabilitar a personas discapacitadas o con necesidades especiales. El paso dado por estos profesionales da la partida en la realización de terapias ecuestres bajo el principio de equipo multidisciplinario, empleando el caballo como agente mediador en la estimulación psicosocial. 

De regreso a nuestro país, este equipo inicia su trabajo en la rehabilitación integral de discapacitados, con miras a la capacitación e integración de los centros donde se trabaja esta modalidad terapéutica, apuntando a la unificación y estructuración de una entidad de carácter nacional. 

Un practicante de la técnica:

El neurólogo Luis Guerrero Cerda vive en Colina, es un amante de la medicina y la sanación. Es director del Centro Masterhipoterapia, corporación dedicada a la educación, diagnóstico, cuidado, promoción, prevención y rehabilitación de niños y adultos con discapacidades físicas y/o diferentes, mediante la utilización de técnicas de medicina tradicionales y complementarias, utilizando principalmente al caballo como medio terapéutico.

Los pacientes del doctor Guerrero han logrado avances que en algún momento se veían imposibles de realizar, pero a través de un importante trabajo personalizado, ha logrado conseguir más de alguna sonrisa de parte de sus pacientes y familiares.

"El efecto que produce el animal es fundamental en los niños impedidos, ya que ellos no conocen lo que significa una marcha normal, por lo que al estar frente a estímulos fisiológicamente correctos, su organismo tiende a responder de modo normal, corrigiendo de esta forma las respuestas anormales que el niño presenta".

"Para un paciente que nunca ha caminado, que siempre ha estado en una silla de ruedas, al montar un caballo ocurre que su cerebro recibe la información de que está caminando, y ese mismo órgano envía la información a los músculos, articulaciones, al sistema propioceptivo, al sistema del equilibrio y le dice “tú estás caminando”, no sé qué cosa más maravillosa puede haber la verdad".

En este sentido, el caballo apoya como consuelo sanador, mediante su actividad otorga señales al cerebro que permiten a la persona sentir que puede moverse y desplazarse normalmente. 

El hecho de que el doctor Guerrero se dedique a esto no es una coincidencia, a los nueve meses de edad sufrió de poliomielitis, episodio que hoy lo hace vivir con una secuela de esa enfermedad. "Sé de qué se trata la rehabilitación diaria desde pequeño, el no haber podido realizar cosas que otros niños podían hacer. La perseverancia hizo que dejara los aparatos ortopédicos, abandonara la sobreprotección de mis padres y familiares, y por sobre todo, nunca dejar de soñar que todo se puede, paso a paso, verbo a verbo", concluye.

Proyecciones

Finalmente, y teniendo en cuenta que existen múltiples terapias paralelas a las de la medicina alopática, la hipoterapia tiene un punto diferenciador. Este es que la técnica es asumida por el paciente como una diversión. Se desarrolla al aire libre, pudiendo disfrutar de cuanto le rodea y no en un lugar cerrado. Montar a caballo es una terapia, pero también una diversión y utilizando correctamente ambas facultades, se pueden conseguir óptimos resultados.

Sin embargo, pese a sus excelentes resultados, y pese a que se ha convertido en una actividad extendida y con gran proyección en Chile, aún son escasos los profesionales calificados que manejan esta terapia y aún menos los lugares en los cuales se puede realizar.

Finalmente, la proyección de la técnica en el país debe tender a la unificación nacional con la finalidad de otorgar bases científicas sólidas, unificar criterios y materializar una red de apoyo psicosocial, materializar equipos multidisciplinarios con bases éticas y morales, lo que permitirá un mejor desarrollo y tratamiento a las personas que se puedan beneficiar de este tratamiento.

“Cura cuando puedas, pero consuela siempre”, decía el maestro Hipócrates. El consuelo también es sanador porque ayuda a entender que se debe construir la felicidad amando y aceptando lo que se tiene.

Dr. Luis Guerrero Cerda

Dr. Luis Guerrero Cerda

Liz Hartal

Liz Hartal

Klga. Renate Bender

Klga. Renate Bender

Mundo Médico

Destacado Galería Multimedia

XVIII Curso de Prevención Cardiovascular

29 Abril 2024

El tradicional encuentro organizado por la Sociedad Chilena de Cardiología, y dirigido por los doctores Mónica Acevedo, María Virginia...

Actualización y conocimiento en curso de urología

13 Abril 2024

Profesionales nacionales y extranjeros se encontraron en el Hotel Mandarin Oriental de Santiago (Chile), con el fin de compartir novedade...