Cambios en el estilo de vida para prevenir el glaucoma
Actividad física, una dieta rica en vegetales de hoja verde, la suplementación con vitamina B3 y la incorporación de prácticas de meditación son algunas de las modificaciones beneficiosas para enfrentar la enfermedad.
Caracterizado por una pérdida progresiva y selectiva de las células ganglionares de la retina y sus axones en el nervio óptico, el glaucoma lidera la lista de la Organización Mundial de la Salud de las principales causas de ceguera irreversible [1, 2]. A pesar de esto, sus mecanismos biológicos y fisiopatología siguen siendo objeto de investigación [3].
Una presión intraocular (PIO) elevada constituye uno de los factores de riesgo más conocidos en la evolución de esta enfermedad, lo que ha aumentado la conciencia sobre la importancia de sus fluctuaciones [3, 4]. Es el aspecto más relevante que puede ser modificado en relación con la prevención o disminución de la progresión del glaucoma [4, 5].
Cambios en el estilo de vida también pueden proteger el nervio óptico del estrés y daño [2]. Incorporar en la rutina diaria ejercicios, meditación, suplementos y una dieta saludable son algunas de las medidas que se debiesen adquirir para disminuir el impacto de esta patología neurodegenerativa que afecta la calidad de vida de millones de personas a nivel mundial.
El movimiento y sus beneficios
Se ha demostrado que adultos con mala visión tienen una restricción en su actividad física. Al disminuir el campo visual, la afección se asocia con un tiempo reducido en actividades de alto nivel y menos pasos caminados al día.
En un estudio que analizó 141 pacientes glaucomatosos de aproximadamente 65 años, se determinó que mayores niveles de actividad física se vinculan con tasas significativamente más lentas de pérdida del campo visual. Incluso, se estima que una actividad ligera puede ser beneficiosa. Por ejemplo, la caminata, que es una de las más comunes entre adultos mayores [6].
Por otro lado, una investigación en ratones reveló que las células de la retina tienen la capacidad de resistir lesiones y adaptarse al envejecimiento. Tras un daño inducido por presión, el ejercicio forzado invirtió el impacto negativo de este último en la función del nervio óptico. Esto verifica que la actividad física puede modificar los efectos de los años en el ojo y proteger la retina de laceraciones [2].
Dieta y suplementos
El consumo de ciertas frutas y verduras como la suplementación dietética pueden ser beneficiosos para disminuir la probabilidad de esta afección [7, 8]. Encontrado en verduras de hoja verde, una mayor ingesta de nitrato dietético se relaciona con 20% a 30% menos riesgo de glaucoma primario de ángulo abierto. Mientras que los vegetales inversamente asociados a esta patología son el kale (col rizada) y berza [9]. Al igual que el consumo de jugo de naranja y criptoxantina [8].
El uso terapéutico de la vitamina B3 reduce significativamente la vulnerabilidad a la enfermedad, favoreciendo la salud y el metabolismo mitocondrial. Al combinarse con medicación que reduce la PIO, este suplemento resulta protector [7]. A corto plazo, altas dosis de nicotinamida y piruvato también pueden mejorar la sensibilidad del campo visual en pacientes con pérdida funcional moderada [10].
El poder de la mente
La amenaza que representa la pérdida de visión puede traer estrés psicológico, ansiedad comórbida y depresión, afectando significativamente la calidad de vida de pacientes. Este estrés puede aumentar los niveles endógenos de cortisol, lo que a su vez eleva la presión intraocular.
Intervenciones cuerpo-mente han demostrado ser buenas terapias complementarias. Al enfocarse en el cerebro y la reducción del estrés, meditar es útil para un tratamiento integral. La meditación consciente es un conjunto de prácticas que busca balancear el bienestar mental y emocional a través de una atención plena y dirigida. Su efecto de relajación contrarresta aspectos negativos de cambios en el estado de ánimo.
En un estudio de 60 participantes programados para una trabeculectomía, 30 de ellos realizaron una meditación consciente durante 21 días. Esta modificó el transcurso de la enfermedad al tener un efecto directo en la PIO. Disminución que puede ser explicada por un aumento del flujo de salida trabecular mediado por óxido nítrico, un incremento de los niveles de melatonina y una reducción del cortisol endógeno [5].
Más allá de los medicamentos, modificaciones en el estilo de vida juegan un rol fundamental en el manejo y prevención de esta patología. Esto puede consistir en una actividad física ligera, la incorporación de vegetales de hoja verde y suplementos como la vitamina B3. Mientras que prácticas como la meditación pueden aportar a un manejo integral del glaucoma, mejorando la atención y calidad de vida del paciente.
Referencias:
[1] Chrysostomou, V. et al. (2017). A Short Term High-Fat High-Sucrose Diet in Mice Impairs Optic Nerve Recovery after Injury and This is Not Reversed by Exercise. Experimental Eye Research 162 (2017) 104e109
[2] Chrysostomou, V. et al. (2014). Forced Exercise Protects the Aged Optic Nerve Against Intraocular Pressure Injury. Neurobiology of Aging 35 (2014) 1722e1725
[3] Gillmann, K. et al. (2021). The Effect of Daily Life Activities on Intraocular Pressure Related Variations in Open‑Angle Glaucoma. Scientifc Reports
[4] Jassien, J. et al. (2015). Intraocular Pressure Rise in Subjects with and without Glaucoma during Four Common Yoga Positions. PLOS ONE
[5] Dada, T. et al. (2020). Effect of Mindfulness Meditation on Intraocular Pressure and Trabecular Meshwork Gene Expression. ELSEVIER INC
[6] Lee, M. et al. (2019). Greater Physical Activity is Associated with Slower Visual Field Loss in Glaucoma. Ophthalmology
[7] Williams, P. et al. (2017). Vitamin B3 modulates mitochondrial vulnerability and prevents glaucoma in aged mice. Science
[8]Coleman, A. et al. (2008). Glaucoma Risk and the Consumption of Fruits and Vegetables Among Older Women in the Study of Osteoporotic Fractures. American Journal of Ophthalmology, 145(6)
[9]Kang, J. et al. (2016). Association of Dietary Nitrate Intake with Primary Open-Angle Glaucoma. JAMA Ophthalmol
[10] De Moraes, C. et al. (2022). Nicotinamide and Pyruvate for Neuroenhancement in Open-Angle Glaucoma. JAMA Ophthalmol