Pierre Auguste Renoir:
El impresionismo y la artritis de un pintor
Pierre Auguste Renoir, destacado pintor impresionista francés, es conocido a nivel mundial por sus pinturas resplandecientes e Ãntimas, en particular las que representan desnudos femeninos. Ha sido considerado como uno de los más grandes exponentes de su época por la armonÃa de sus lÃneas, la brillantez de su color y el encanto Ãntimo de sus muy variados temas pictóricos.
A diferencia de otros impresionistas, le interesó más la representación de la figura humana individual o en retratos de grupo que los paisajes. Además, tampoco subordinó la composición y plasticidad de la forma a los intentos de interpretación de los efectos de la luz.
Renoir nació en Limoges, el 25 de febrero de 1841. Desde muy pequeño trabajó como decorador en una fábrica de porcelanas de ParÃs y ya a la edad de 17 años copiaba pinturas sobre abanicos, pantallas de lámparas y persianas. Ingresó a la Academia de Bellas Artes, en 1862, y se matriculó en la escuela del pintor suizo Charles Gabriel Gleyre, donde conoció a Fridéric Bazille, Claude Monet y Alfred Sisley.
En 1864 exhibió por primera vez su obra en ParÃs, pero no obtuvo cierto reconocimiento hasta 1874, en la primera exposición de pintores de la nueva escuela impresionista. El baile del Moulin de la Galette es una de las obras más famosas del impresionismo. Un café parisino es el escenario al aire libre donde las figuras humanas y la representación de la luz muestran el verdadero dominio pictórico del artista.
El gran legado de Renoir muestra su gran habilidad de mostrar el brillante y nacarado color y textura de la piel y para comunicar un sentimiento lÃrico unido a la plasticidad del tema. Su representación de la gracia femenina no ha sido superada en la historia de la pintura moderna. Muchos de sus últimos cuadros tratan también el mismo tema pero en un estilo cada vez más acentuado rÃtmicamente.
Cuesta creer que este genio de la pintura padeció, por más de 25 años de artritis reumatoide, una enfermedad crónica, sistémica e inflamatoria que afecta las membranas sinoviales de muchas articulaciones del cuerpo. A pesar de que no existen registros médicos, gracias a las fotografÃas, a su registro personal y a notas de gente que lo conocÃa, se ha podido establecer el curso de su enfermedad.

Se piensa que su artritis comenzó cuando tenÃa alrededor de 50 años, se volvió más agresiva en la década siguiente y durante los últimos años de su vida lo dejó prácticamente inválido.
Hace una década, uno de los nietos del pintor, el doctor Paul Renoir, asistió al congreso europeo de reumatologÃa y reveló algunos aspectos, hasta entonces desconocidos, de la enfermedad de su abuelo.
Para Renoir pintar fue casi una necesidad fÃsica y a veces una cura, como si desease crear sobre el lienzo aquellas cosas que tenÃa que perderse en la vida real a causa de su incapacidad.
La gracia del pintor francés es que ideó la forma para poder seguir pintando a pesar de su enfermedad. Cuando no pudo sostener la paleta de colores entre sus dedos, la sostenÃa entre sus rodillas o la dejaba al borde de su caballete, el que ya estaba perfectamente acondicionado a la altura de su silla de ruedas.
Como se le hacÃa muy difÃcil tomar los pinceles entre sus manos, pedÃa que se las ataran a las manos, por lo que “cambiaba el pincel con menos frecuencia que antes y se hizo más lento. Esto podrÃa explicar por qué empleaba una pincelada cada vez más corta y empezó a pintar sobre seco", comentan los reumatólogos que han estudiado este tema.
A Renoir le gustaba mucho pintar lienzos a gran escala, cosa que le fue difÃcil con su patologÃa, pero ideó un cabellete con un sistema de poleas para mover la tela. El lienzo se fijaba a dos tiras de madera que giraban sobre ejes unidos por la cadena de su bicicleta. Mediante una manivela, la tela subÃa y bajaba.
La grave artritis reumática le causó terribles dolores. Los huesos se le encorvaban y la carne se le secaba. En 1907 pesaba 49 kilos y apenas podÃa sentarse. Después de 1910 no pudo ya desplazarse con muletas y quedó postrado en una silla de ruedas.
Uno de los pocos impresionistas que prefirieron la figura humana al paisaje, murió siendo un artista universalmente famoso, e incluso en 1914 pudo ver cómo entraban en el Louvre algunas de las obras por él pintadas. En la actualidad, gran parte de sus obras se encuentran en exhibición en el museo d'Orsay de ParÃs.
