Un trabajo estable para un corazón sano
Concepción se prepara para recibir después de 32 años el Congreso Chileno de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, encuentro que contará con la participación de 20 connotados expositores extranjeros, que junto a destacados panelistas nacionales, recorrerán todo el espectro de la cardiología, cardiocirugía y cirugía vascular, a través de atractivas conferencias, plenarias, mesas redondas y debates, además de las tradicionales jornadas chileno-española y Clínica Mayo.
Será la edición XLIX y el punto de reunión elegido es el centro de eventos Suractivo. “Esperamos que a partir de este 2012 la ciudad se integre regularmente al circuito de congresos anuales de SOCHICAR, dado su pujante realidad cardiológica y cardioquirúrgica, que se expresa en las facultades de medicina de las universidades de Concepción, San Sebastián y Católica de la Santísima Concepción; las unidades de hemodinamia de los hospitales Regional, Las Higueras, Clínica Sanatorio Alemán y Clínica Biobío; tres centros de electrofisiología; tres centros cardioquirúrgicos, con 800 cirugías cardíacas al año; y la activa filial de nuestra sociedad”, coinciden los doctores José Luis Vukasovic y Rodrigo Hernández, presidente de SOCHICAR y secretario general del congreso, respectivamente.
Este año una de las principales novedades será el desarrollo de dos cursos modulares, denominados “Lo que el cardiólogo tiene que saber y Urgencias cardiovasculares 2012”. También destacarán las primeras jornadas conjuntas entre SOCHICAR y la Sociedad Chilena de Anestesia, sobre ecocardiografía transesofágica intraoperatoria; y las sesiones conjuntas entre el Departamento de Arritmias de SOCHICAR y la EHRA, dependiente de la Sociedad Europea de Cardiología.
Mientras todo esto ocurrirá en la Región del Bío Bío, entre el sábado 1 y el martes 4 de diciembre, en Europa aún es materia de discusión el reciente estudio realizado por un grupo de investigadores norteamericanos que concluyó que la inestabilidad laboral prolongada afecta a la salud cardíaca, aumentando significativamente el riesgo de sufrir un infarto agudo al miocardio.
El análisis se llevó a cabo en el marco de la crisis económica que atraviesa España, que desencadenó una alta tasa de desempleo que bordea el 25 por ciento. Aunque ya se sabía que el estrés y el miedo que experimentan los individuos cuando viven estas apremiantes situaciones pueden afectar la salud mental, provocar alteraciones psicosomáticas e incluso dañar el corazón, la gran mayoría de los estudios se limitaba a hechos puntuales, dejando de lado las consecuencias que podían asomar en el mediano y largo plazo.
Vale decir, para los autores del estudio, publicado en la revista Archives of Internal Medicine (Arch Intern Med 2012; () :1-7. doi: 10.1001/2013.jamainternmed.447.), perder el trabajo una vez eleva las posibilidades de sufrir un infarto, durante el primer año de desempleo, un 35 por ciento. Sin embargo, si la situación se prolonga en el tiempo o bien se reitera varias veces, el riesgo de un colapso cardíaco se dispara hasta un 63 por ciento.
Los científicos, pertenecientes a la Universidad de Duke, Estados Unidos, aseguran haber detectado que el riesgo de infarto asociado a múltiples despidos laborales es de una magnitud similar a la de otros factores tradicionales, como el tabaquismo, la diabetes mellitus o la hipertensión.
Para llegar a estos resultados, los científicos realizaron un seguimiento a 13.451 estadounidenses, cuyas edades iban desde los 51 hasta los 75 años de edad, analizando distintas variables como la calidad de sus vidas laborales entre 1992 y 2010, para luego determinar el vínculo existente con la salud cardíaca durante el mismo periodo. De esta forma, determinaron que los índices de infartos eran significativamente más altos entre los desempleados, pero además se evidenciaba un efecto acumulativo que se reflejaba en el mayor grado de incidencia en aquellas personas que habían perdido varias veces su trabajo durante su carrera.
Hormonas como el cortisol y las catecolaminas provocaron importantes cambios en el organismo, elevando, en situaciones de estrés prolongado, la tensión arterial y la frecuencia cardíaca, aumentado la agregación plaquetaria y por ende detonando una serie de alteraciones metabólicas como la resistencia a la insulina.
Dado que la inestabilidad laboral no muestra, al menos por ahora, señales claras de retroceso en España, no se sabe hasta dónde pueden llegar los costos cardiovasculares de un prolongado desempleo o una repetida pérdida de trabajos, se plantea en la investigación.
Aunque se conoce que el estrés genera una serie de alteraciones fisiológicas y que si éstas se mantienen en el tiempo generan daños sobre la salud, el mecanismo exacto que traslada esos cambios en una enfermedad no está definido, reconocen en la Sociedad Española de Cardiología. Expertos de ese país reconocen que la crisis puede llevar a un mayor número de eventos cardiovasculares, puesto que un desempleado o un trabajador inestable suele despreocuparse de mantener hábitos sanos, como controlar el tabaquismo o seguir una dieta. Por lo mismo recomiendan a los médicos de atención primaria incentivar en la población la práctica de algún deporte o bien adquirir técnicas para el manejo del estrés, como el yoga o la meditación.
Un tema para discutir, ¿por qué no?, en el gran encuentro científico que se vivirá en Concepción, a partir de este sábado 1 de diciembre.
