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31 Octubre 2011

La sociabilidad virtual del cerebro humano

Según un estudio del UCL Institute of Cognitive Neuroscience de Londres, las redes sociales podrían incrementar el tamaño de las zonas cerebrales vinculadas con la emoción y la sociabilidad. De esta manera, se podría comprender mejor la evolución del cerebro, uno de los desafíos más importantes de la ciencia.

Nuestro comportamiento social y la evolución de nuestro cerebro ha sido un tema de discusión desde los tiempos antiguos. Nos hemos desarrollado dentro de grupos sociales por no menos de 55 millones de años, hecho que ha determinado nuestra necesidad de congregarnos, cooperar y comunicarnos con otros.

Aristóteles definió al ser humano como un zoón logikón y un zoón politikón, es decir, como un animal racional y social o político; donde la esencia de la naturaleza humana radica en su racionalidad y sociabilidad. De manera que la sociedad no se opone a la naturaleza, sino que es un desarrollo de la misma.

No existe prácticamente ningún pensador occidental, con algún grado de influencia, que no haya tratado el tema. Darwin, sin ir más lejos, en El origen del hombre lo abordó desde la perspectiva de las ciencias naturales, a través de la sociabilidad. En el marco de la discusión acerca de las diferencias entre los seres humanos y los demás animales, reconoció, al igual que sus contemporáneos, que existía una distinción entre ambos y afirmó que ésta residía en la conciencia o sentido moral.

Él estableció que el compromiso de un individuo para comportarse de manera social, así como las ventajas que éste aportaba, se extendían únicamente al ámbito del grupo o tropa, no así a la especie y en este sentido destacó el papel que la empatía, como mecanismo motivacional para el comportamiento social, jugaba en este proceso.

Hoy, los avances tecnológicos y, por consiguiente, las nuevas formas de comunicación, nos han mostrado una manera diferente de relacionarnos. La actual representación de la evolución humana, nos ha llevado a cambiar nuestros estilos de socialización, donde la virtualidad ha pasado a ser el protagonista principal de esta nueva tendencia.

Internet –la famosa red de redes, como la llaman algunos- se ha encargado de interconectar y entrelazar a las personas de una manera distinta, a través de sistemas o estructuras sociales en los que se realiza un intercambio entre sus miembros, y de los usuarios de una red con los de otra, que puede ser otro grupo u otra organización.

Con la incorporación y presencia de esta plataforma tecnológica, es extraño encontrar a alguien que no forme parte de algún tipo de red social en Internet. Si pensamos en ellas más allá que en un simple mundo virtual, nos daremos cuenta que se pueden convertir en un paso más dentro del proceso de comunicación interpersonal, abierta a nuevas e infinitas posibilidades, personalizadas y multimedia, capaces de crear y recrear vínculos amistosos, familiares y profesionales.
Esta comunicación dinámica, a través de las redes sociales –como Facebook, Twitter, Google +, Foursquare, Quora, por nombrar algunas- permite sacar un mejor provecho de los recursos que poseen los miembros que participan activamente en estos grupos.

Facebook, por ejemplo, tiene más de 800 millones de usuarios registrados alrededor de todo el mundo. Desde su creación, en 2004, y después de su traducción a idiomas diferentes del inglés, no sólo ha crecido en usuarios, sino que ha transformado la forma en la que las personas utilizan Internet.

En Chile, por ejemplo, se han realizado estudios respaldados por universidades que afirman que el 73 por ciento de los jóvenes chilenos entre 18 y 29 años son usuarios de esta plataforma.

El doctor José Luis Contreras, conocido como el Dr. Blog, fue uno de los primeros blogueros chilenos (http://serviciodeurgenciapac.blogspot.com), que se enfocó en el área sanitaria. “En mi caso la virtualidad me ha ayudado a aumentar las posibilidades, los contactos y la interacción, con amigos, profesionales y pacientes, pero jamás ha reemplazado el contacto directo con ellos”, confesó.

“Yo tengo 5000 contactos en Facebook, 2800 en mi cuenta Twitter @natho47, plataformas a través de las cuales oriento, ayudo, me ayudan y aprendo, pero cuando tengo que ver a un paciente debo tocarlo, escucharlo, por eso considero que con son dimensiones complementarias. En mi blog he tomado contacto con más de 400 mil personas, más de los contactos que he tenido en 20 años de práctica médica”.

La creciente difusión de los servicios que entregan la web y las redes sociales a los usuarios es una característica notable de la sociedad actual, donde el grado en que los individuos participan en estas redes varía considerablemente.

Conscientes de este nuevo escenario, un grupo de médicos del UCL Institute of Cognitive Neuroscience de Londres, realizó un primer acercamiento sobre el impacto que tienen sobre nosotros las redes e investigó la base biológica del grado de participación de los individuos en ellas. Los autores concluyeron que el número de amigos que las personas tienen en la red social Facebook es proporcional al tamaño de ciertas regiones del cerebro, por lo que este hallazgo podría ayudar a comprender mejor la evolución del cerebro, uno de los desafíos más importantes de la ciencia.

Para realizar este estudio, los investigadores, encabezado por el doctor Ryota Kanai, realizaron imágenes de resonancia magnética al cerebro de 125 estudiantes universitarios –todos usuarios de Facebook- y compararon los resultados con el tamaño de sus grupos de amigos, tanto en la red social como en el mundo real. En promedio los participantes tenían 300 amigos, pero los más “conectados” contaban con hasta 1.000 contactos diferentes en su red.

Los resultados mostraron que cuanto mayor era el número de contactos que tenía una persona en Facebook, mayor era el volumen de materia gris en cuatro regiones del cerebro, entre ellas la amígdala, asociada a la respuesta emocional y a la memoria, así como otras zonas clave para identificar las señales que se producen durante la comunicación con otras personas.

Además, los investigadores determinaron que existía una relación entre tamaño red social de amigos on-line y los contactos íntimos en el mundo real, ya que un porcentaje importante de los voluntarios indicó que utilizaban la plataforma que Facebook les brindaba para apoyar sus relaciones sociales ya existentes, manteniéndolas o reforzándolas, y no sólo para crear redes de nuevos amigos virtuales.

Según señalan los autores, este descubrimiento permitiría empezar a entender cómo nuestras interacciones con el mundo virtual influyen en la estructura cerebral de cada individuo y reafirma que los más sociales en las redes, lo son también en la vida real.

“Yo no creo que las redes sociales puedan influir en la estructura cerebral de una persona. Lo que sí puedo decir es que han cambiado la forma de comunicarnos y relacionarnos. En mi caso esto ha modificado mi práctica y tengo la convicción de que el Sistema de Salud Chileno para desarrollarse planamente debería incorporar estas plataformas de ayuda”, comentó el doctor Contreras.

Si bien los científicos no están del todo seguros de lo que esto significa, ni tampoco si el tamaño del cerebro es la causa o la consecuencia de la actividad en redes sociales, es un hecho de que muchas personas están dispuestas a averiguarlo, pasando horas y horas en Facebook y respondiendo todas y cada una de las menciones en Twitter. Si usted es una de ellas y alguien lo increpa, ya tiene una respuesta: diga que es por el bien de la ciencia.

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