Hábitos de higiene son fundamentales
Sonrisa sana y sin miedos
Los beneficios de visitar al dentista, por lo menos dos veces al año, han sido ampliamente difundidos por distintos medios de comunicación y a través de diferentes campañas de prevención. Para una adecuada higiene bucal, esencial para lucir una sonrisa estéticamente bella y saludable, los especialistas aconsejan acudir al odontólogo mucho antes de comenzar a sentir dolor, de lo contrario, aseguran, podría ser demasiado tarde para el diente afectado.
Los hábitos de la salud bucodental son básicos para mejorar la calidad de vida de la población y por lo mismo en muchos países se han lanzado campañas que apuntan a concientizar a las personas sobre la importancia de evitar, tempranamente, cualquier tipo de riesgo.
En España, por ejemplo, recientemente comenzó a difundirse la iniciativa “No esperes a que duela”, promovida por la Sociedad Española del Dolor, el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, el Consejo General de Colegios Oficiales de Odontólogos y Estomatólogos de España y la Fundación Dental Española.
La campaña incluye la implementación de un “DentalBus”, vehículo que recorre distintas ciudades con profesionales especializados, que realizan a bordo de la máquina exploraciones bucales de manera rápida, eficaz y totalmente gratuita. El proyecto responde a la preocupación de las autoridades sanitarias de ese país, ante un informe sobre Salud Bucodental de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que revela que nueve de cada diez españoles padece de caries y la mitad de los adultos periodontitis.
Alta sensibilidad
Las enfermedades bucodentales provocan dolor intenso y, si no se tratan a tiempo, incluso pueden terminar en la pérdida del diente, además de posibles problemas gastrointestinales, dolor de cabeza, malestar general y fiebre, entre otras alteraciones al organismo. Las afecciones más comunes son las caries y la periodontitis.
La primera comienza con una inflamación de las encías o gingivitis progresiva que deriva en inflamación e infección de los ligamentos y huesos que sirven de soporte a los dientes. Por su parte, las caries suelen provocar dolor una vez que penetran el esmalte, ya que luego se extienden al interior de la pieza, destruyendo progresivamente el diente. A medida que crece y avanza por la dentina genera profundas molestias, debido a la alta sensibilidad del tejido. Los cambios de temperatura suelen delatar la presencia de caries.
“Si se detecta cuando es muy pequeña no produce dolor y la corregimos con un pequeño empaste. El diente no se regenera como la piel, por tanto, hay que evitar que la caries lo destruya y quede con cicatrices durante toda nuestra vida”, explica la doctora Beatriz Lahoz, presidenta del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de de Navarra.
Tendencia peligrosa
En el mismo informe de la OMS se detalla que más de 5 mil millones de personas en el mundo padecen problemas dentales, lo que ha motivado la preocupación de los gobiernos y distintas fundaciones de salud, recalcando que los hábitos de higiene bucal adecuados son la única vía para revertir estas alarmantes cifras.
En Chile la realidad no es diferente, puesto que el 98% de la población, de acuerdo a estadísticas del Ministerio de Salud, sufre alguna deficiencia bucodental, como caries o gingivitis. Es más, la misma cartera de gobierno advierte que los chilenos visitan cada vez menos al dentista. Ante esto se están entregando en consultorios programas dentales preventivos a partir de los 6 meses de edad, pero los esfuerzos parecen ser insuficientes.
De acuerdo a un estudio realizado en 2007 por Odontólogos de la Universidad de La Frontera de Temuco, que abarcó 38 jardines infantiles en 22 comunas de la Región Metropolitana, a los 2 años ya existe un 17% de los niños con caries. Porcentaje muy significativo, en el sentido que el grupo estudiado depende directamente de sus padres o un adulto cercano, quienes, al menos en la teoría, son los responsables de poner énfasis y educar sobre el cuidado dental. La tendencia, por tanto, es peligrosa.
Más tecnología, menos temores
Pese a los reiterados consejos de las campañas preventivas, como controlar la ingesta excesiva de azúcar y mantener un debido control de la placa bacteriana, muchas personas no los ponen en práctica. Esto los lleva a la obligación de visitar a un dentista, cosa que algunos evitan a toda costa inventando cualquier argumento. La razón estaría, sugieren algunos expertos, en el temor que despiertan los dentistas, el cual se origina habitualmente en malas experiencias de la infancia. Por consecuencia, una parte importante de la población recurre al odontólogo cuando el dolor es prácticamente insoportable.
Para la Organización Mundial de la Salud, el temor desmedido al dentista o “odontofobia” existe y es un trastorno que afecta a más del 15% de la población, mientras que los individuos que logran contralor sus temores, igualmente sienten malestar o ansiedad. El olor característico de la consulta, sentarse en el sillón del especialista y más aún el ruido de la turbina dental alteran sus nervios.
Sin embargo, la tendencia actual de los odontólogos es implementar diferentes técnicas para disminuir las molestias y los temores de los pacientes, trasmitiéndoles así confianza y tranquilidad durante la consulta. Videos para distraerse, música relajante, aromaterapia e incluso tornos silenciosos son parte del secreto. Es más, en Estados Unidos y algunos países sudamericanos han surgido las denominadas “Clínicas Dentales Spa”, en las cuales se realizan masajes en los pies mientras el dentista trabaja y acupuntura antes del tratamiento.
Mike Gow, miembro del Centro del Miedo Dental y de la Sociedad Internacional para el Manejo de la Ansiedad Dental, comenta que “los odontofóbicos, en su mayoría, temen a las agujas, la perforación y la extracción del diente. Actualmente se fabrican agujas más finas y pequeñas para introducir la anestesia, los tratamientos son más eficaces y también el olor clásico de las consultas ha ido desapareciendo, porque muchos de los productos que lo causaban ya no se utilizan”.
Existe, además, el “Botón Dental” (con el cual el paciente puede detener la turbina); y sistemas como el “Wand”, que permite la liberación automatizada de anestesia local; y el “B - Calma”, técnica que utiliza una compleja mezcla de patrones de frecuencia que enmascara, mediante cascos, los sonidos en el ambiente odontológico. En esta línea, investigadores del King's College y las universidades londinenses de South Bank y Brunelhan desarrollaron un innovador dispositivo capaz de anular por completo el ruido que hacen las turbinas dentales. En Europa también existen salas de operaciones con anestesia general en un consultorio dental.
“La odontología es una especialidad que ha cambiado mucho en los últimos años, de ahí que los más jóvenes se conviertan en nuestros pacientes sobresalientes. Es muy raro que un niño haya pasado por una situación desagradable”, agrega Carlos García, presidente de la Asociación Profesional de Dentistas de España. Motivos de sobra para visitar al odontólogo, por lo menos, dos veces al año.
