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01 Agosto 2011

Revertir riesgos es fundamental

Corazones en alerta máxima

Según la Organización Mundial de la Salud, el 80% de las muertes prematuras por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse con un tratamiento que incluya una dieta saludable, dejar el cigarrillo y realizar actividad física constante. En Chile las cifras de morbilidad por estas causas alcanzan a casi el 30% de la población, por lo que resulta fundamental reforzar los programas de prevención.

La estadística es sencillamente preocupante y, al menos por ahora, no se vislumbra un cambio real que permita ver el futuro con más optimismo. Con la llegada de agosto, mes tradicionalmente dedicado al cuidado del corazón, es oportuno recordar que en Chile las enfermedades cardiovasculares son responsables de casi el 30% del total de fallecimientos de la población, constituyéndose en la primera causa de muerte de hombres mayores de 35 años y mujeres sobre los 50 años de edad. Cifras que obligan a mantenerse en estado de alerta y reforzar los programas de prevención implementados a nivel país en esta delicada materia.

La realidad chilena no está ajena al contexto internacional. Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, las enfermedades cardiovasculares provocan 17,5 millones de muertes en el planeta cada año y se estima que para el 2030 esta patología cobrará la vida de más de 24 millones de personas.

Según estudios realizados por especialistas, existen varios tipos de enfermedades cardiovasculares: hipertensión arterial, enfermedad arterial coronaria, enfermedad valvular cardíaca, accidente cerebrovascular (derrame cerebral o trombosis) y fiebre reumática o enfermedad cardíaca reumática.

Los factores de riesgo son el colesterol elevado, el tabaquismo, la hipertensión, la diabetes, la obesidad, el escaso consumo de frutas y verduras, el sedentarismo, la depresión, el consumo excesivo de sal y el stress. En ellos hay un denominador común: se trata de factores que pueden ser alterados con un cambio de conducta, costumbres y estilo de vida. Si a esto se suma un buen tratamiento prescrito por médicos especialistas la situación se puede revertir. Sin embargo, existen otros factores que no son modificables como el sexo, la edad y la carga genética.


Sintomatologías y precauciones

De acuerdo a la Sociedad de Cardiología y Cirugía Cardiovascular, SOCHICAR, aquellas personas que presentan factores de riesgo o tendencias hereditarias, deben estar atentas a los avisos sobre un posible ataque al corazón, que en caso de un infarto al miocardio son el dolor o molestias en el pecho, brazos, hombro izquierdo, mandíbula y espalda. Frente a un ataque al cerebro se pierde la fuerza muscular en las piernas, cara o brazos, junto a una dificultad para caminar, hablar o entender lo que dicen los demás.

En otros casos, las enfermedades cardiovasculares no presentan síntomas y se manifiestan a través de un infarto al corazón o cerebro, cuando las opciones de tratamiento y mejoría son mínimas. Si así ocurre, mientras antes se acuda a un centro médico más posibilidades hay de sobrevivir. Además, el riesgo de sufrir una discapacidad severa está latente.

Frente a esto, los controles preventivos cobran gran relevancia, como glicemia, perfil lipídico, electrocardiograma, procedimientos cardiológicos no invasivos como test de esfuerzo y ecocardiograma, entre otros.

Para la OMS, el 80% de las muertes prematuras por estas enfermedades podrían evitarse con un tratamiento que incluya una dieta saludable, dejar el cigarrillo y realizar actividad física constante. Estos cambios de hábitos disminuirían en un 50% la posibilidad de sufrir problemas cardíacos.

Esto es precisamente lo que se pretende recalcar en el Mes del Corazón, que se celebra desde 1967. En esta fecha distintos organismos e instituciones públicas y privadas desarrollaran diversas actividades para concientizar a la ciudadanía y persuadirla a experimentar un efectivo cambio de hábitos, que perdure en el tiempo y que, de esta manera, sea garantía de una disminución en los casos de riesgo a nivel país.

Dr. Jorge Gajardo Navarrete

Respecto a este delicado escenario, el doctor Jorge Gajardo Navarrete, jefe de la Unidad de Enfermedades Cardiovasculares del Sanatorio Alemán, profesor asistente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Concepción y miembro del equipo del Servicio de Cardiología del Hospital Guillermo Grant Benavente de Concepción, entregó su opinión a SAVALnet.

“Esto es un problema serio de salud pública y muy difícil de solucionar, porque están arraigados una serie de hábitos en nuestra sociedad que tienen que ver con la alimentación y con una cantidad paupérrima de gente que realiza alguna actividad deportiva, entre otros. Yo creo que la situación es inquietante porque la enfermedad coronaria y la hipertensión siguen en ascenso y esto deriva de un problema crónico de nuestro país, que es su alta incidencia de obesidad y por ende síndrome metabólico y diabetes”, reflexiona.

¿Podemos esperar un cambio efectivo en los hábitos alimenticios de la población?

Yo creo que los cambios por espontánea iniciativa no van a ocurrir. Pienso que es necesario que todos los esfuerzos en esta materia puedan transformarse en una ley para poder controlar la situación. A nivel país se están haciendo algunas cosas, como la reducción de la sal en algunos alimentos y la restricción de la venta de comida chatarra en establecimientos comerciales, pero da la sensación que estamos recién dando los primeros pasos en este aspecto y que no se está haciendo algo realmente contundente e impactante.


Estrategia país

El Ministerio de Salud establece como plan de trabajo y líneas de acción el Programa de Salud Cardiovascular (PSCV), en el cual las decisiones terapéuticas se basan en la probabilidad de un individuo de sufrir un evento cardiovascular en el futuro (infarto agudo al miocardio o ataque cerebral). Este enfoque reemplaza las decisiones terapéuticas basadas en la presencia y cuantía de factores de riesgo aislados (hipertensión, diabetes y dislipidemia).

“De lo que se habla hoy en día es cuál es tu riesgo de sufrir un evento cardiovascular a 10 años. En esto sin duda tienen alguna participación los factores de riesgo tradicionales, pero eso no es todo, hay otras cosas. Actualmente se están usando parámetros distintos para poder identificar mejor el riesgo de cada persona, por ejemplo, parámetros de inflamación y la medición de PCR ultrasensible”, explica Jorge Gajardo.

En el fondo, lo que el Ministerio de Salud está haciendo es generar las herramientas para identificar los riesgos individuales y así clasificar a los pacientes en bajo riesgo, riesgo intermedio o alto riesgo. Sin duda que las personas deben controlar sus factores de riesgo, pero hay otras variables que no se pueden manejar, como la hipertensión, que es indolora, y la carga genética. Por eso hay que mantenerse alerta.


Labor preventiva

Una de las instituciones más tradicionales y de mayor prestigio en nuestro país es la Cruz Roja, cuya filial en Concepción recientemente celebró sus 94 años de servicio a la comunidad. Un área de trabajo de sus voluntarios es realizar labores preventivas, entregando a la población la información base para implementar reales cambios de conducta, por lo tanto, frente al avance de las enfermedades cardiovasculares, tienen un rol muy significativo.

Cruz Roja Chilena

A través de su Dirección Nacional de Salud, la Cruz Roja Chilena ayuda a la comunidad a mejorar su calidad de vida, mediante la promoción de estilos de vida saludables y la educación. El objetivo es concientizar y sensibilizar a la población sobre las causas y características de las enfermedades, como una forma de prevenir su ocurrencia.

Los orígenes de la organización se remontan al año 1863, en la Convención de Ginebra, donde un grupo de cinco jóvenes suizos presentó el proyecto de creación de la Cruz Roja Internacional, con el fin de proteger y curar a los heridos durante los conflictos bélicos.

Esta propuesta se fundamentó en los ideales de su compatriota Henri Dunant, Premio Nobel de la Paz en 1901, quien publicó el libro llamado “Un recuerdo de Solferino”, que recogía sus memorias, experiencias y recuerdos vividos en la Batalla de Solferino, en 1859, mientras realizaba un viaje de negocios. El conmovedor contenido del texto inspiró a este grupo de ciudadanos a fundar una organización de ayuda que no tuviera fronteras, distinciones de raza, religión, condición social ni credo político.

En la actualidad, el trabajo de Cruz Roja Chilena se orienta en torno a tres áreas esenciales: respuesta en casos de desastre, preparación para desastres, y salud, entendida como una condición para el bienestar de la humanidad.

En el contexto de este nuevo Mes del Corazón, la organización, que cumple 108 años en Chile, realizará en coordinación con Laboratorios SAVAL una serie de operativos preventivos en distintas ciudades del país.

“La labor preventiva es una de nuestras tareas más importantes. Por este motivo, durante este mes dedicado al cuidado del corazón, realizaremos distintos operativos que buscan influir positivamente en la calidad de vida de las personas. En conjunto con distintas instituciones, nuestros voluntarios estarán tomando la presión y entregando información necesaria para llevar un estilo de vida saludable que favorezca el cuidado del corazón”, comenta Kareen Díaz Jackson, Presidenta de la Cruz Roja, Filial Concepción.

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