Las alucinaciones del romántico Chopin
Considerado como uno de los más importantes compositores y pianistas de la historia, el maestro murió en 1849 a los 39 años de edad tras una vida llena de problemas de salud – incluyendo de las vías respiratorias, obstrucción nasal, infecciones pulmonares y recurrentes episodios de hemoptisis, tos y fiebre - que lo confinaron en cama a largos períodos de tiempo. Además, padeció disnea, edema en las extremidades y severos dolores de cabeza en los años previos a su muerte. La causa exacta de su deceso sigue siendo desconocida, y los resultados de la autopsia se perdieron.
Esta incertidumbre ha fomentado variadas especulaciones sobre lo que mató a Chopin. Una lista de diagnósticos propuesta incluye la tuberculosis pulmonar, estenosis mitral, fibrosis quística, enfisema pulmonar, síndrome de Churg-Strauss y aspergilosis broncopulmonar alérgica.
Según la reciente investigación realizada por el radiólogo Manuel Vázquez Caruncho y el neurólogo Francisco Brañas Fernández (Med Humanities 2011; DOI: 10.1136/jmh.2010.005405), ambos del Complexo Hospitalario Xeral-Calde de Lugo, en España, lo más probable es que haya sido una enfermedad genética ya que el padre de Chopin y dos de sus hermanas también sufrieron alteraciones respiratorias durante el transcurso de sus vidas. Más allá del origen de su muerte, sin embargo, los investigadores españoles exploraron las posibles causas de los episodios alucinatorios que Chopin sufría constantemente.
Uno de esos incidentes ocurrió mientras jugaba en la casa de un rico comerciante y que el músico describía en una carta un año antes de su fallecimiento: “una extraña aventura me sucedió mientras yo estaba ejecutando una Sonata en si bemol para algunos amigos ingleses”. "Había tocado el Allegro y el Scherzo más o menos bien, y estaba a punto de tocar March, cuando, de repente, vi salir de mi piano esas malditas criaturas que se me habían aparecido en una noche lúgubre en el monasterio de la Cartuja, en Mallorca. Tuve que descansar un tiempo con el fin de recuperarme, y después de eso seguí tocando sin decir una palabra".
Citando a otras fuentes de Chopin y personajes contemporáneos, los autores compilaron una lista de características alucinaciones: era capaz de recordar los episodios en detalle, experimentando algunos de forma muy irreal, parecía estar desconectado de la realidad, las alucinaciones se producían sobre todo por la noche, algunas se acompañaban de infecciones agudas y fiebre, la idea e imágenes de muerte eran recurrentes, tenía alucinaciones visuales complejas sin evidencia de señales de déficit neurológico.
Aunque las alucinaciones son el sello distintivo de diversos trastornos psiquiátricos, a Chopin no se le la podido asociar la psicosis, además, probablemente los episodios no fueron el resultado de la toxicidad de los medicamentos que ingería para varias dolencias, como el láudano. Las alucinaciones tóxicas pueden ser visuales, sinestésicas, táctiles o auditivas. Cuando son imágenes visuales por lo general son abstractas y precedidas de sensaciones visuales sin forma. Además, Chopin experimentaba alucinaciones antes de las frecuentes medicaciones.
En base a las descripciones de los episodios, los investigadores propusieron la epilepsia del lóbulo temporal como la principal causa, ya que puede producir alucinaciones visuales complejas, generalmente breves, estereotipadas y fragmentarias. Se observó también que los síntomas psiquiátricos - incluyendo la ansiedad, miedo, insomnio y depresión - pueden preceder los episodios epilépticos. Chopin se quejó de todos estos síntomas.
Aunque las causas de la epilepsia del lóbulo temporal son muy variadas, la esclerosis del hipocampo es el hallazgo patológico más común. La esclerosis del hipocampo consiste en la pérdida de células del hipocampo en las regiones CA1 y CA3 y el giro dentado. La región CA2 está relativamente a salvo. El correlato clínico de neuroimagen en la resonancia magnética se llama esclerosis mesial del lóbulo temporal. El lóbulo temporal es la región más epileptogénica del cerebro. De hecho, el 90% de los pacientes con anomalías epileptiformes interictales en regiones temporales en su electroencefalografía tiene un historial de convulsiones.
Los docentes reconocen no saber nada sobre su estado físico neurológico, no existen pruebas de proyección de imagen o de electrofisiología que podrían apoyar un diagnóstico definitivo, pero, una condición como la descrita en este artículo pudo fácilmente haber sido pasada por alto por los médicos de la época.
Finalmente, permanece la duda que añadir otro diagnóstico a la ya numerosa la lista ayudaría a entender el mundo artístico de Frédéric Chopin, pero reconocer la existencia de esta condición podría permitir separar la leyenda romántica de la realidad y arrojar la evidencia correspondiente para comprender mejor al hombre y su vida.
