Higiene extrema, amiga del asma
El asma, trastorno inflamatorio de las vías respiratorias, representa la enfermedad crónica más frecuente de la infancia y adolescencia. De hecho se estima que afecta entre el 5 y el 12 % de todos los niños y adolescentes de la población mundial, es decir, diez de cada cien pacientes pediátricos tienen asma. Además, durante los últimos años se ha registrado un incremento a nivel mundial del número de niños con asma y dicha tendencia ha sido relacionada con factores ambientales, como la contaminación del aire, e incluso de alimentación. Todo esto aparte del polvo, ejercicio, polen y el humo del tabaco que son los más comunes desencadenantes del asma.
Sin embargo, un reciente estudio publicado en la revista Journal of Clinical Investigation [J Clin Invest. doi:10.1172/JCI44845] relaciona una mayor prevalencia de esta enfermedad con una menor exposición a los microorganismos en los primeros años de vida. Es decir, una excesiva protección frente a los microorganismos en la infancia aumenta el riesgo de asma.
Los investigadores del estudio, realizado por la Escuela de Medicina de Harvard en Boston, Estados Unidos, y las universidades de Tsukuba en Japón y Birmingham en Reino Unido, proporcionan evidencias en ratones que apoyan esta teoría e incluso identificaron un mecanismo subyacente para explicar esta protección, algo que esperan ayude a desarrollar vías para prevenir el asma.
En su estudio, la infección de ratones lactantes con el virus de la gripe A protegió a los animales cuando fueron adultos frente a un modelo de asma. La protección se asoció con la expansión de un subconjunto de células inmunes conocidas como células NKT. Así, el artículo destaca que la protección mediada por NKT en el modelo de asma estudiado podría también haber sido inducida por el tratamiento de los ratones lactantes con una molécula derivada de la bacteria Helicobacter pylori. Por ello, sugieren que el tratamiento de niños con las terapias que activan la población celular de NKT podría prevenir el desarrollo de asma en los menores.
Esto se suma a otros estudios que han demostrado que los niños tienen menos probabilidades de desarrollar la enfermedad respiratoria si son portadores de la bacteria Helicobacter pylori. Por otro lado existen más investigaciones científicas que aseguran que las alergias alimentarias también aumentan el riesgo de los ataques de asma.
Sobre este tema, y reafirmando la idea de que una excesiva protección frente a los microorganismos en la infancia aumenta el riesgo de ciertas patologías, habló en una entrevista a SAVALnet el doctor Andrés Vives, gastroenterólogo infantil de Clínica Las Condes. El especialista señaló que “aproximadamente 3 ó 5% de los niños menores de un año tienen alergia alimentaria y se cree que es por el exceso de usos de antibióticos y el exceso de un ambiente muy aséptico. Esto es lo que llamamos la teoría de la higiene. Es decir, las madres se han preocupado tanto de mantener estéril lo que rodea a su hijo, que ha hecho que haya menos bacterias capaces de estimular nuestro sistema inmunológico, entonces el organismo ahora está preocupado de los alimentos más que de las bacterias. También hay que considerar que existe un factor genético, ya sea padres asmáticos o de rinitis, o de piel seca que facilita todo esto”, comentó.
Diabetes y Asma
Otro estudio que habla sobre esta frecuente patología crónica es uno realizado recientemente en Dinamarca y publicado en la revista Allergy. En sus páginas, los investigadores aseguran que comprobaron que los pacientes que tienen diabetes tipo 2 tienen el doble de riesgo de desarrollar asma. "Hay cada vez más pruebas de que el asma, quizás más en adultos, tiene un fuerte componente metabólico con inflamación sistémica del tejido graso", dijo el doctor Simon Francis Thomsen, del Hospital Bispebjerg de Copenhague.
Esto es interesante porque el asma es una enfermedad alérgica y según el especialista, “poco interés se le prestó a otros aspectos de su etiología y patogénesis. Si el asma se debe, en parte, a alteraciones metabólicas, la mejor prevención sería quizás a través del ejercicio y la dieta", añadió.
Si bien son numerosos los estudios que hablan sobre asma, lo cierto es que se debe cuidar a los niños de los actuales factores ambientales y los modelos de alimentación, pero nunca una sobre protección de higiene, ya que puede tener contrarias consecuencias a futuro.
