La obesidad como infección
Globosidad es el nuevo término para referirse a la obesidad, debido a los altos niveles que ha alcanzado esta patología especialmente en países desarrollados. Incluso ya es denominada la auténtica pandemia del siglo XXI.
La preocupación radica en los efectos directos de la condición sobre la salud y por su asociación con las principales enfermedades crónicas de nuestro tiempo: las enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer.
En Chile el panorama no es mejor. De hecho, la obesidad es uno de los principales problemas de salud pública, existiendo más de 200 mil obesos mórbidos que tienen indicación quirúrgica obligatoria. Además, en 2007 la revista Forbes ubicó a Chile como el segundo país con más obesidad de Latinoamérica, con un 65,3% de población con sobrepeso. Es decir, más de la mitad de nuestra población tiene trastornos alimenticios, ya sea por malos hábitos de alimentación o por falta de ejercicios.
Pero ¿son realmente estos dos últimos factores los desencadenantes de esta patología?, ¿qué diría una mujer si supiera que la obesidad podría ser una enfermedad infecciosa? Seguramente la respuesta sería “¡no quiero padecer esa infección de ninguna manera!”.
Y es que un estudio [J Dent Res. 2007 May;86(5):400-9] demostró que las mujeres obesas tienen una bacteria en la boca que las con peso normal no poseen. Los niveles de diversas bacterias eran diferentes entre las mujeres con sobrepeso y las saludables, pero una en concreto, la Selenomonas noxia, aparecía en la saliva de un 98,4% de las obesas, una cifra muy elevada que los expertos creen que se debe tener en cuenta.
El trabajo se realizó con 313 mujeres con una masa corporal de entre 27 y 32 (el índice normal se sitúa entre los 20 y 25) y analizando los resultados de sus muestras de saliva surgió la interrogante de qué posibilidad hay de que el aumento de peso esté directamente relacionado con la flora de la mucosa oral.
¿Un problema dental?
La bacteria mencionada es una de las causantes de la periodontitis, una inflamación de las encías, que se da tanto en niños como en adultos. También se ha encontrado en mujeres que recientemente han dado a luz a niños prematuros y por debajo de su peso.
La posible relación entre periodontitis y obesidad aún no está claramente definida. Sin embargo, los investigadores observaron que el tejido adiposo secreta activamente una variedad de citoquinas y hormonas que están involucradas en procesos inflamatorios, por lo que ambas enfermedades podrían tener el mismo patrón. “Nuestro objetivo es que los periodoncistas estén alerta cuando atiendan a un paciente obeso”, dice uno de los autores del estudio.
Aún falta dilucidar si la Selenomonas noxia es una causa o una consecuencia y realizar más estudios para reforzar esta nueva hipótesis. De hecho, los investigadores del estudio, liderados por J.M. Goodson, afirman que la relación entre la obesidad y las bacterias orales es mucho más compleja y variada, y que puede ser circunstancial.
De todos modos, este estudio es un paso más en el camino para dilucidar los misterios de una de las enfermedades más comunes pero, a la vez más desconocidas de nuestra sociedad.
