Codo de celular, la afección más reciente
Es un signo de los tiempos, a medida que más y más personas utilizan los celulares o teléfonos móviles, y otros equipos de alta tecnología, son más propensas a terminar con lo que los medios denominan “el codo de celular” y que los médicos llaman síndrome del túnel cubital.
Esta enfermedad es la segunda condición más frecuente de los síndromes de compresión nerviosa en las extremidades superiores después del síndrome del túnel carpiano, explica el doctor Peter J. Evans, director del Centro de la mano y las extremidades superiores de la Clínica Cleveland en Ohio, Estados Unidos, autor principal de un reciente artículo publicado en la revista Cleveland Clinic Journal of Medicine (May 2009; 76(5):306-308), en donde también se puede encontrar indicaciones sobre su diagnóstico y tratamiento.
El síndrome se produce comúnmente después del uso prolongado del teléfono celular y se manifiesta como hormigueo, dolor, quemazón o adormecimiento en el antebrazo y mano cubital. El antebrazo cubital es la mitad inferior del brazo, entre el codo y la muñeca, que se enfrenta a uno cuando se dobla el brazo para tocar el hombro.
En la mayoría de los casos el tratamiento es efectivo y hace desaparecer el dolor, hormigueo y entumecimiento, pero los pacientes diagnosticados prematuramente presentarán más posibilidades de la plena recuperación sensorial y motora.
Esta afección ocurre cuando la parte del nervio cubital que va desde la parte superior del brazo a la inferior y que rodea al codo llega a ser comprimida cuando el codo se mantiene doblado durante largos períodos, por ejemplo, cuando se tiene un teléfono celular al oído o, por extensos momentos en el trabajo, o dormir con el brazo presionado. Estas posiciones ponen el nervio cubital en tensión que lo hace extenderse entre 5 a 8 milímetros. Además, la posición doblada reduce el espacio disponible para el nervio, aumentando la presión en el túnel en más de 20 veces. Esto se agrava aún más cuando los individuos se apoyan sobre el codo, por ejemplo, al hablar por teléfono en un escritorio o mesa.
El efecto final es que el suministro de sangre al nervio disminuye lo que lleva a la hinchazón, por lo que aún hay menos espacio en el túnel, estableciéndose un círculo vicioso. Una causa menos común se produce cuando el nervio se desliza dentro y fuera de su "surco" en la parte trasera del codo. Esto también causa inflamación e hinchazón debido a la fricción repetitiva de deslizamiento al interior y exterior.
Si bien la incidencia exacta para el codo de celular no se conoce, Evans y colegas sugieren que el aumento del uso de móviles y computadores agrava y potencia la condición. En la actualidad hay unos 3,3 mil millones de contratos de teléfonos celulares en todo el mundo, o una de cada dos personas.
Los autores también señalan que, en muchos casos, la enfermedad puede ser tratada sólo con cambiar la forma en que se utilizan estos aparatos y evitar las cosas que empeoran la condición, tal como el cambio de un modelo a otro, o la utilización de un kit de manos libres.
El síndrome del túnel cubital se produce también como resultado de un conjunto de actividades que involucran el uso del brazo doblado, con o sin presión al codo. Por ejemplo, cuando se habla por teléfono mientras se apoya el codo, o sentado durante muchas horas frente a un computador o en una estación de trabajo con los codos doblados en más de 90 grados, o conducir con un brazo doblado presionado contra la puerta o ventana. Estas posiciones durante mucho tiempo o con demasiada frecuencia pueden empeorar los síntomas.
También se puede agravar durante la noche. Especialmente si se duerme con los brazos doblados. Impedir "la flexión del codo", por ejemplo envolviendo una toalla alrededor del codo al dormir es una sencilla pero eficaz manera de superar esto, afirman los mismos autores. Si los nervios se inflaman demasiado y la simple actividad física no funciona, los especialistas aconsejan utilizar anti-inflamatorios inyectables, o en casos más extremos, la cirugía para descomprimir el nervio o moverlo desde el exterior hacia el interior del codo, y así aliviar la presión sobre las estructuras nerviosas.
