Sol al acecho: cáncer de piel
Desde que se van las últimas nubes del invierno, los rayos de sol comienzan a ser cada día más fuertes. Ya en verano, junto con la ropa ligera y los pies casi descalzos, llegan los rayos más dañinos. Bajo el anhelo de un bronceado perfecto, algunas células epidérmicas pueden empezar a dividirse sin control, generando un carcinoma o melanoma, según el tipo celular dañado.
Si las células afectadas no son aquellas que producen el pigmento que da color a la piel, se desarrollará un cáncer denominado no melanoma, entre los que se encuentran el carcinoma de células basales, el carcinoma escamocelular, el sarcoma de Kaposi, el carcinoma de las células de Merkel y el linfoma cutáneo.
Si son los melanocitos los que proliferan desmesuradamente, estaremos en presencia del cáncer de piel menos común pero más peligroso: melanoma.
La exposición a la radiación ultra violeta produce algunos efectos beneficiosos como síntesis de vitamina D; pero los efectos deletéreos de la radiación UV son mayores, e incluyen las quemaduras solares, daño ocular, fotoenvejecimiento, inmunosupresión, daño del ADN, mutaciones y cáncer cutáneo.
Los rayos de sol no dañan a todos por igual, tienen zonas favoritas. Personas de piel, ojos y cabellos claros, y mayores de 40 años son más propensos a sufrir algún tumor de piel. También influyen los antecedentes familiares de melanoma y la exposición al sol y quemaduras solares, ya que la mayoría se presenta en áreas regularmente expuestas a la luz solar o a otro tipo de radiación ultravioleta.
La geografía también hace su aporte. Quienes viven en latitudes cercanas al ecuador boreal tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer cutáneo. El hemisferio Sur siempre posee mayor radiación UV que el hemisferio Norte, ya que en verano esta más cercano al sol y la capa de ozono es más delgada.
Tanto los rayos UVA como UVB causan el daño celular que generara cáncer cutáneo.
Los rayos UVA son más peligrosos por su capacidad de producir melanomas, ya que entre el 19 y 50 % de la radiación UVA alcanza la profundidad de los melanocitos, mientras que UVB solo entre un 9 y un 14 %. Además, los rayos UVA pueden atravesar las ropas utilizadas en verano, las ventanas de los autos, y casas a diferencia de los UVB. Son más potentes en inducir bronceado y originan alteración del material genético. Por su parte, los rayos UVB son 1000 veces más potentes en producir quemaduras solares.
Cuando preguntar
Los cánceres de piel pueden tener muchas apariencias diferentes: pueden ser pequeños, brillantes o cerosos; escamosos o ásperos; firmes y rojos; en costra o sangrantes; o tener otras características. Por lo tanto, hay que acudir al médico ante cualquier aspecto sospechoso. Algunas de las características de manchas o zonas irregulares de la piel son, por ejemplo, asimetría: la mitad del área anormal es distinta a la otra; tiene bordes irregulares; su color cambia de un área a otra con sombras de color canela, café o negra, y algunas veces blanca, roja o azul. Por lo general estas lesiones tienen un diámetro mayor de 6 mm.
Tecnología para melanoma
El color de la piel y el tiempo que tarda en aparecer el enrojecimiento cutáneo tras la exposición solar sin protección son importantes factores de riesgo del melanoma maligno en la población.
Un equipo de científicos del departamento de Dermatología de la Universidad de Florencia, Italia, ha evaluado ambos elementos de forma instrumental, utilizando tecnologías específicas, para correlacionarlos con el riesgo de sufrir melanoma maligno. Primero se midió el color de la piel a través de un cromaméter, que permite realizar estudios cutáneos y obtener datos sobre las manchas, las erupciones y el color de la piel.
Por otro lado, el equipo científico también analizó la sensibilidad a los rayos UVB de cada uno de los 143 pacientes con melanoma y de los 102 controles que participaron en este estudio.
Para evaluar esta sensibilidad se utilizó la dosis eritémica mínima (MED, por sus siglas en inglés), es decir, el tiempo que tarda en aparecer el primer enrojecimiento cutáneo tras la exposición solar en una epidermis desprotegida, que varía según sea el tipo cutáneo.
Al igual que el color de la piel, esta dosis se mide normalmente de forma visual, basada en la evaluación subjetiva del eritema, pero no siempre resulta tan precisa como se espera. Por esta razón, este equipo italiano midió los valores de MED y el color de la piel con métodos instrumentales, la relación entre ambos y su papel como factores de riesgo independientes.
Se observó una clara correlación entre el incremento del riesgo de melanoma y las variables fenotípicas, tales como el color de los ojos, un fototipo bajo (claro), color de piel, gran número de lunares y la presencia de nevus atípicos. "Cuanto más baja es la dosis eritémica mínima, mayor probabilidad habrá de presentar quemaduras solares y esto es proporcional al fototipo, es decir, la piel de tipo I (aquella que siempre se quema y nunca se broncea) tiene una MED baja y sus probabilidades de quemarse ante la exposición solar son mayores", concluye el doctor López Estebaranz, autor del estudio, publicado en la última edición de Clinical and Experimental Dermatology.
Según los resultados de la investigación, esta asociación está relacionada con el incremento del melanoma maligno, llegando incluso a presentarse el doble de probabilidades de desarrollar melanoma en aquellos individuos más vulnerables.
Pronóstico y prevención
Las expectativas dependen de muchos factores, incluyendo el tipo de cáncer y la prontitud con que se diagnosticó. El carcinoma de células basales y el carcinoma escamocelular rara vez se diseminan a otras partes del cuerpo, a diferencia del melanoma.
Cualquier lunar, úlcera o tumor en la piel deben ser examinados de inmediato por un médico. Se debe tomar en serio los cambios que se presenten en un lunar o cualquier tumor súbito en la piel.
La mejor forma de prevenir el daño a la piel es minimizar la exposición al sol, lo que no significa quedarse sin disfrutar de la playa o el campo. Al salir, se debe proteger la piel usando prendas como sombreros, camisetas de manga larga, pantalones o faldas largas.
Por otro lado, la luz solar es más intensa al mediodía, por eso se debe tratar de evitar s exposición entre las 11 y las 15 horas. También es recomendable usar filtros solares preferiblemente con factor protección solar de al menos 15, y aplicarlo por lo menos media hora antes de la exposición y reaplicarlo con frecuencia.
Los consejos son bastantes sencillos, pero si se siguen pueden ayudar a prevenir un problema mayor, tanto en niños como en adultos.
