Color y calidez: esperanza en la pared
Murales de huevos para las clínicas de fecundación in vitro, una composición de cromosomas confeccionada con calcetines a rayas para el departamento de genética o, simplemente, la foto de una flor abierta a la luz del sol para los pacientes oncológicos. Sea como sea, Gina Glover ha hecho poco a poco de los hospitales un lugar más grato y alegre, aporte por el cual recibió a principios de octubre la medalla de la Sociedad Real de Fotografía del Reino Unido.
Nacida en Londres, se especializó en bellas artes, pero derivó a la fotografía cuando fue madre a principios de la década de los `80, ya que participó tomando fotos de su hospital local en una campaña comunitaria contra el cierre del lugar. Desde entonces ha trabajado en 15 hospitales en todo el país. La artista ha desarrollado con enorme entusiasmo la fotografía de servicio público, utilizando no sólo elementos físicos proporcionados por médicos, pacientes y familiares, sino su larga experiencia junto a todos ellos en diversos hospitales de su ciudad natal.
Collages y fotografía
Lo que de lejos parece sólo una gran mórula pintada, descubre, al mirarla más de cerca, ramas de un almendro en flor en cada una de las células de ese futuro ser humano. En otra pared, un conjunto de diversos espermatozoides agitan sus coloridas colas. Están confeccionados con corbatas, cedidas por médicos, que reflejan las variaciones en la estructura de los gametos masculinos. Así es como la pared de la unidad de Reproducción asistida del Guy's Hospital simbolizara el trabajo que Gina Glover desarrolló en su relación con el personal y los pacientes de dicha unidad.
Pero además de las creaciones un tanto colectivas con corbatas, dulces, test de embarazos o huevos, o los fotomontajes con tomas de la naturaleza, Gina Glover ha inmortalizado a diferentes pacientes, en situaciones tan cotidianas para ellos como dolorosas para cualquier persona ajena a un centro de salud. Dializados y enfermos de sida posan gustosos para la artista, y a pesar de sus dolencias son capaces de mostrar al resto una gran sonrisa.
La motivación de Gina es el desafío de hacer accesible el ambiente y el proceso médico. Para ello pasa largas horas observando procedimientos científicos y conversando con médicos y pacientes. Al entender el trabajo de los demás, ella genera a su vez, ideas para sus propias obras.
Explica que su cámara es su “ultima herramienta”, ya que pasa mucho tiempo construyendo relaciones con el personal de salud y con los pacientes. Para ella, la fotografía de un paciente riendo es un “proceso de dejarse ir y dejar al sujeto hablar por sí mismo”. Para Gina Glover, el arte en el hospital es vital, porque un ambiente más agradable hace que la gente se sienta más cómoda. “La ciencia médica y el arte son ingeniosas, aunque de manera muy distinta. Pónganlas juntas y se fertilizarán e inspirarán entre ellas”.
